Un tribunal paquistaní rechazó el jueves la apelación de Asia Bibi, condenada hace cuatro años a la pena de muerte por confesar a Cristo. Según Lainformacion.com, Asia Bibi, madre de cinco hijos, que fue condenada a muerte por blasfemia en noviembre de 2010 después de ser acusada por mujeres musulmanas de su pueblo, con las que se disputó, de haber insultado al profeta, ha sido confirmada en su condena a muerte. En un caso que recuerda el sistema de las castas, estas últimas rechazaron beber agua en un vaso que Asia Bibi acababa de utilizar, al considerar el agua impura, pues la cristiana bebió antes que ellas. Días más tarde, las mujeres contaron lo sucedido a un imam local que demandó a la joven mujer por blasfemia. La ley paquistaní sobre la blasfemia, acusada por los liberales de ser instrumentalizada para solucionar los conflictos personales pero defendida por los islamistas, prevé la pena de muerte para quienes denigren a Mahoma. Como el país respeta la moratoria sobre la pena de muerte, muchas personas han sido condenadas a la pena capital por blasfemia, pero ésta no ha sido aplicada desde 2008, excepto en el caso de un soldado condenado por una corte marcial. La organización no gubernamental Amnistía Internacional (AI) ha descrito este jueves como «una gran injusticia» la decisión de un tribunal paquistaní de ratificar la pena de muerte dictada contra Asia Bibi, una mujer cristiana acusada de blasfemia. «Se trata de una grave injusticia. Asia Bibi nunca debió ser condenada, y menos aún a muerte, y el hecho de que tenga que pagar con su vida un argumento es enfermizo», ha dicho el subdirector de AI para Asia Pacífico, David Griffiths. «Hay graves preocupaciones en torno a la limpieza del juicio contra Asia Bibi, y su salud física y mental ha empeorado drásticamente durante los años en los que ha pasado en casi total aislamiento en el corredor de la muerte», ha manifestado. «Debe ser liberada inmediatamente y la condena ha de ser retirada«, ha agregado Griffiths, quien ha sostenido que «las leyes se usan a menudo para ajustar venganzas personales, tanto contra miembros de grupos religiosos minoritarios como contra musulmanes». En este sentido, ha lamentado que «aquellos que se pronuncian contra las leyes sufren represalias terribles». «Sin embargo, las leyes contra la blasfemia violan el Derecho Internacional y deben ser revocadas o reformadas inmediatamente para que cumplan con los estándares internacionales», ha remachado.
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