Hoy por la mañana Francisco saludó a los Padres sinodales expresando su profundo agradecimiento a todos los que trabajan y participan en la III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos.
Alentando a impulsar el espíritu de sinodalidad, explicó que dado que los presidentes delegados, deben ser elegidos por el Papa, pidió al Consejo postsinodal que presentara una propuesta y él ha nombrado a los que el mismo Consejo le propuso.
Tras destacar la gran responsabilidad de ayudar a las Iglesias particulares en el camino del Evangelio de la familia, el Santo Padre exhortó a dos actitudes de hermanos en el Señor: hablar con parresia y escuchar con humildad. A que lo hagan con mucha tranquilidad y paz, porque el Sínodo se desarrolla siempre ‘cum Petro et sub Petro’ – con Pedro y bajo Pedro – y la presencia del Papa es garantía para todos y custodia de la fe:
«Ustedes traen la voz de las Iglesias particulares, reunidas a nivel de Iglesias locales mediante las Conferencias Episcopales. La Iglesia universal y las Iglesias particulares son de institución divina; las Iglesias locales entendidas así con de institución humana.
Esta voz ustedes la traen en sinodalidad. Es una gran responsabilidad: traer las realidades y problemáticas de las Iglesias, para ayudarlas a caminar por esa senda que es el Evangelio de la familia.
Una condición general de base es ésta: hablar claro. Que nadie diga: ‘Esto no se puede decir; pensarán de mí así o así…’ Hay que decir todo lo que se siente con parresia. Después del último Consistorio – en febrero de 2014 – en el que se habló de la familia, un Cardenal me escribió diciendo: qué pena que algunos Cardenales no hayan tenido el coraje de decir algunas cosas por respeto al Papa, pensado quizá que el Papa pensara de forma distinta. Esto no va bien, esto no es sinodalidad, porque hay que decir todo lo que en el Señor se siente que se debe decir: sin respeto humano, sin temor. Y, al mismo tiempo, se debe escuchar con humildad y acoger con corazón abierto lo que dicen los hermanos. Con estas dos actitudes se ejercita la sinodalidad.
Por ello les pido, por favor, estas actitudes de hermanos en el Señor: hablar con parresia y escuchar con humildad.
Y háganlo con mucha tranquilidad y paz, porque el Sínodo se desarrolla siempre ‘cum Petro et sub Petro’ – con Pedro y bajo Pedro – y la presencia del Papa es garantía para todos y custodia de la fe.
Queridos hermanos, colaboremos todos juntos para que se afirme con claridad la dinámica de la sinodalidad ¡Gracias!»
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Supongo que aunque esto se lo dice a los Padres sinodales, será válido para todos los cristianos. Santidad recogemos el guante, y denunciaremos honestamente lo que consideramos son palmarios incumplimientos de su función, injusticias o errores doctrinales o a veces simples tonterías que emite por desgracia con demasiada frecuencia para ostentar ese cargo. Hablaremos claro «sin respeto humano» y sin temor, aunque esto bien entendido, tratando de respetar la persona, pero sin renunciar al humor la ironía o la sátira cuando se produzcan los numerosos errores o algo pero a que por desgracia nos tiene acostrumbrados.