Según afirma el portal VozPópuli, el jesuita Ladaria y Ruiz Martorell son los dos candidatos para suceder a Sistach en la sede de la Ciudad Condal. El Padre Ladaria estudió en la Universidad de Madrid, donde se graduó con una licenciatura en Derecho en 1966. Entró en la Compañía de Jesús el 17 de octubre de 1966. Asistió a la Universidad Pontificia de Comillas, Madrid, y a la escuela de Sankt Georgen de Filosofía y Teología en Fráncfort del Meno, Alemania. Fue ordenado sacerdote el 29 de julio de 1973. El 9 de julio de 2008 es nombrado por el papa Benedicto XVI Secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe asignándole la Sede titular de Thibica con dignidad arzobispal. Recibió la consagración episcopal de manos del Cardenal Tarcisio Bertone el 26 de julio del mismo año en la Basílica de San Pedro. El padre jesuita Luis Francisco Ladaria Ferrer es profesor de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma desde 1979, de la que fue vicerrector (1986-1994). Es mundialmente conocido por su famosa publicación “Teología del pecado original y de la gracia”. Según Vozpópuli, «el Vaticano se dispone a enviar un mensaje inequívoco al nacionalismo catatalán en vísperas de la convocatoria del referéndum indepenedentista que impulsa Artur Mas. En Roma se da por segura la designación del arzobispo Luis Francisco Ladaria, un jesuita mallorquín de 70 años, catalanohablante, como sustituto del cardenal Lluís Martínez Sistach al frente de la muy complicada diócesis de Barcelona y, por extensión, faro y guía de la Tarraconense.»
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¿Con 70 años?
Y sin ninguna experiencia como obispo diocesano
También es posible que sea simplemente un obispo «de transición», que no irrite a los nacionalistas demasiado pero que tampoco sea un nacionalista, y que vaya quitando de los puestos principales de la diócesis a los más nacionalistas y colocando a gente que no lo sea tanto.
Me cuesta creerme está noticia. Si el Vaticano nombrara obispo para Barcelona a un desconocido, solo para «enviar un mensaje inequivoco al nacionalismo catalán» se metería en política y además enemistandose con la mayoría de la población. Y si esto se debiera a la influencia de al conferencia episcopal española aun se hace más urgente crear una de tarraconense. En Madrid no entienden nada de nada sobre Cataluña.