La Gendarmería Vaticana ha arrestado ayer al polaco Jozef Wesolowski, quien fuera nuncio de Su Santidad en República Dominicana, acusado de pederastia y demás escándalos sexuales. El Papa Francisco ha sido claro en su respuesta a las acusaciones contra el polaco Jozef Wesolowski. El ex-sacerdote había sido nuncio de Su Santidad en República Dominicana, y había utilizado dicho puesto para cometer actos criminales, entre los que se encontraban el abuso de menores. En junio de este año, Roma anunciaba no solo el cese de la titularidad de la nunciatura por parte de Wesolowski, sino también su reducción al estado laical. Dicha condena, sumamente inusual para un alto cargo, refrendaba la veracidad de las acusaciones en su contra. El día de ayer, la Santa Sede ha anunciado que el ex-sacerdote está en arresto domiciliario por órdenes directas de Su Santidad el Papa, quien ha dado la directiva a la Gendarmería Vaticana, según su condición de soberano del Estado Vaticano.
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Bien por el Papa. Que le encierren a este señor en Castelgandolfo hasta su juicio, tras el cual lo deberían de desterrar a Irak a que intente Evangelizar al Estado Islámico en expiación por sus pecados.
Diría que le ahorquen, pero sonaría muy fuerte.
Tendrían que ofrecerle una capsula con cianuro. Por lo menos eso le ahorraría el tener que vivir toda la vida con semejantes crímenes.
Que bien quedas con esta operación de imagen.
Iba a escribir un comentario o dos sobre lo extraño y curioso que un jefe de estado dé una orden de arresto. Es verdaderamente esperpéntico e inaudito. El señor Cigüeña acaba de escribir esto (con permiso de Infovaticana): «Un acreditado canonista español, no voy a decir la diócesis desde la que me escribe, me comunica que hoy en el Vaticano no hay cárcel. Wesolowski ha sido reducido al estado laical, cosa que en un arzobispo es la repera, pero ha impugnado la decisión y ahora se está a la espera de lo que los tribunales decidan. Lo que causa una situación de aparente impunidad. El Papa la ha querido cortar con el arresto pero una vez más o no sabe o está mal aconsejado. Porque eso no se le ocurriría ni al Tucho. Capaz por otra parte de cualquier insensatez. En el Vaticano están pues a la espera de la decisión de sus instancias judiciales que no están acostumbradas a «lios» semejantes y que tienen acreditada tendencia a hacer eternos los procesos. Pero ello está causando que se extienda la opinión de que el Vaticano es un refugio de pederastas. Que lo utilizan para evadir responsabilidades por actos delictivos en otros países. El Vaticano carece de tribunales «civiles» verdaderamente operativos, se vio en el caso «Paoletto». Y también de cárceles. Por los pactos lateranenses las condenas se cumplen en cárceles italianas y así se quiso hacer de nuevo pero el Gobierno italiano pidió una compensación de 12.000 euros mensuales por atender al preso por lo que se resolvió encerrándole en una habitación en el cuartel de la Guardia Suiza de la que salía todos los días a pasear con su familia. Hoy trabaja en el Bambino Gesú con un buen sueldo y nadie cree en el Vaticano que fuera el principal responsable de lo sucedido.
Y así se está en Roma con la preocupación añadida de que pueda estallar otro escándalo de mayores proporciones que el del nuncio Wesolowski. Pienso que ya se están calentando los motores para ello.»