A pesar de no gozar ya del «privilegio de representación de obispos», el gobierno español, a través de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, ha intentado interferir en cuestiones de vida de la Iglesia.
Soraya Sáenz de Santamaría Antón, vicepresidenta del gobierno de España, ha finalizado una visita de Estado al Vaticano, hecha con objeto de reiterar por tercera vez la invitación del gobierno al Romano Pontífice para que visite España el próximo año con motivo de las celebraciones por el V centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús.
A pesar de que esta invitación ya había sido extendida por los reyes don Juan Carlos y doña Sofía, y después de haber sido reiterada por sus sucesores, Felipe y Letizia, el gobierno sintió la necesidad de volver a extender la invitación de manera oficial, por tercera vez, en el contexto del abandono por parte del gobierno del proyecto de supuesta reforma de la ley del aborto.
La vicepresidenta del gobierno afirmó que en sus conversaciones con S.E.R. el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede, se trató la agenda de la diplomacia conjunta entre ambos Estados, así como temas relacionados con los «jóvenes, mayores, la situación de las familias y de la clase media en general«, en palabras de la propia Sáenz de Santamaría. En declaraciones posteriores a su entrevista con el cardenal Parolin, la vicepresidenta confirmó que se habían hecho referencias tocantes a la situación política del Principado de Cataluña.
Según fuentes citadas por El Confidencial, el gobierno ha presentado quejas a Roma con el objeto de presionar a la Santa Sede para que controle la opinión de sus pastores, sobre todo en lo referente a la posición de algunos en el asunto soberanista.
Según las fuentes de dicho periódico, la sucesión del arzobispo de Barcelona, el cardenal Martínez Sistach, ha sido uno de los temas en los que el gobierno ha intentado influir en la decisión del Vicario de Cristo, a pesar de que el rey don Juan Carlos renunció al «privilegio de presentación de obispos» que desde antaño, y avalado por el concordato previo, Su Majestad Católica el rey de España, aconsejado por el gobierno, hacía tradicionalmente a Roma. Este privilegio fue objeto de renuncia explícita y voluntaria del rey y su gobierno, formalizado en las reformas hechas al concordato en el año 1976.
La presión del gobierno, según se cita en los medios citados anteriormente, ha conseguido que la Santa Sede retrase el nombramiento de un sucesor al arzobispado de Barcelona, a pesar de que el movimiento más importante de la jerarquía eclesiástica española ya ha sido anunciado en semanas pasadas.
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Es una indecencia por parte del gobierno. Pero no se puede esperar otra cosa. En las próximas elecciones se les dará la respuesta que merecen.
Por un Estado confesional y «anticlerical» y por una Iglesia política y antipartidista.
Por un Estado confesional y «anticlerical»
Por un Estado que legisle y administre según la Ley Natural y sus consecuencias en la sociedad, tal como enseña el Magisterio y que no se deje dominar ni privilegie delincuentes amparándose en el fuero eclesiástico.
Por una Iglesia política y antipartidista
Por una Iglesia que no se avergüence de defender las consecuencias políticas y sociales de la Verdad revelada y la aplicación de la Doctrina Social y que no tome partido, traicionando y dividiendo a los fieles, por agrupaciones progres de derechas contrarias a la naturaleza del Hombre y su dignidad
El Estado, su Administración no debe ser clerical, en el mejor de los casos dando privilegios a los clérigos notables, de forma protocolaria o interesada, y en el peor convirtiendo en funcionarios a éstos, como los Estados protestantes como el ente estatal británico,
Mucho menos con el clericalismo acobardado del español, que, por ejemplo, no encarcela a obispos, arciprestes, abades, etc… filoterroristas.
Un Estado que se precie debe de reabrir Zamora
Frente al cesaropapismo que busca poner la Iglesia al servicio del Estado el Nacionalcatolismo que hace que la Administración, las Leyes, etc.. sirvan a la Nación y beneficien a sus habitantes, instaurando un Orden Social Cristiano según la Ley de Dios y la naturaleza humana
La postura del Gobierno es absolutamente lógica y tiene todo el derecho del mundo a hacerla valer en Roma y donde haga falta. Aquí los únicos que están enredando continuamente en asuntos que no les competen son los eclesiásticos. Véase, sin ir más lejos, el reciente caso del obispo Novell.
¿Se podía esperar algo más cuando los obispos también se intrometen en política? ¿O aquí nadie va a aceptar que lo de Novell fue «un poco» pasado de la raya?
No sé, no sé, si será así, como dice esta información.
Desde luego que la visita de la Vice no tiene ningún sentido, y la Iglesia tenía que haberla rechazado por innecesaria e inoportuna.
Puede ser que al gobierno le interese pasear a Soraya como futura candidata a la alcaldía de Madrid, y no les veo yo con escrúpulos suficientes como para no caer en la tentación de utilizar a la Iglesia, pero le interesa a la Iglesia?.
En fin, enredos a los que no se debe prestar la Iglesia, ni era fácuil se prestase con Rouco.
EL PROBLEMA NO ES QUE ESTE GOBIERNO SE ENTROMETA. ESTE GOBIERNO SIN DUDA HA COMETIDO MUCHOS ERRORES, PERO NO EL QUE ESTE ARTÍCULO LE ATRIBUYE. EL PROBLEMA ES QUE HAY MUCHOS OBISPOS ESPAÑOLES QUE PARECEN MAS POLÍTICOS QUE OBISPOS. ¿A QUE EL GOBIERNO NO SE HA QUEJADO DE MONSEÑOR REIG PLA QUE ES QUIEN MAS LE CRITICA? POR QUE REIG PLA SE MANTIENE A PESAR DE SUS DURAS CRITICAS EN EL CAMPO DE LA MORAL. LOS OTROS OBISPOS NO. UN POCO DE SERIEDAD SEÑORES DE INFOVATICANA. NO SE PUEDE PEDIR AUTONOMÍA CUANDO SON VARIOS OBISPOS LOS QUE SE SALEN CONTINUAMENTE DE SU LABOR Y SE DEDICAN A LA POLÍTICA, ADEMÁS A OPCIONES CONCRETAS Y OPINABLES QUE ADEMÁS SUELEN SER FURIBUNDAMENTE ANTICATÓLICAS.