El Hijo, ¿es o no es igual al Padre en cuanto al poder?

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Objeciones por las que parece que el Hijo no es igual al Padre en cuanto al poder:
1. Se dice en Jn 5,19: El Hijo no puede hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre. Pero el Padre puede obrar por sí mismo. Por lo tanto, el Padre es mayor que el Hijo en lo que se refiere al poder.
2. Mayor poder tiene el que manda y enseña que el que obedece y escucha. Pero el Padre manda al Hijo, según aquello de Jn 14,31: Tal como me mandó mi Padre, así actúo.Y el Padre también enseña al Hijo, según aquello de Jn 5,20: El Padre ama al Hijo y le enseña todo lo que El hace. Y el Hijo escucha, según aquello de Jn 5,30: Según escucho, juzgo. Por lo tanto, el Padre es mayor que el Hijo en cuanto al poder.
3. A la omnipotencia del Padre pertenece el que pueda engendrar un hijo igual a sí mismo. Dice Agustín en el libro Contra Maximin.Si no pudo engendrar a alguien igual a sí mismo, ¿dónde está la omnipotencia del Padre? Pero el Hijo no puede engendrar un Hijo, como se demostró anteriormente (q.41 a.6 ad 1.2). Por lo tanto, el Hijo no puede hacer todo lo que hace la omnipotencia del Padre. Consecuentemente, no es igual a El en poder.
Contra esto: está lo que se dice en Jn 5,19: Todo lo que hace el Padre, lo hace el Hijo.
Respondo: Es necesario afirmar que el Hijo es igual al Padre en poder. Pues el poder para actuar es una consecuencia de la perfección de la naturaleza. Pues vemos en las criaturas que, cuanto más perfecta es la naturaleza de un ser, tanto mayor es su poder para obrar. Quedó demostrado anteriormente (a.4) que los mismos conceptos de paternidad y filiación divinas exigen que el Hijo sea igual al Padre en grandeza, esto es, en la perfección de la naturaleza. Por eso hay que concluir que el Hijo ha de ser igual al Padre en potestad. Lo mismo cabe decir del Espíritu Santo con respecto a ambos.
A las objeciones:
1. En la expresión el Hijo no puede hacer nada por sí mismo, al Hijo no se le quita ninguno de los poderes que tiene el Padre, puesto que a continuación se añade: Todo lo que el Padre hace, lo hace el Hijo. El objetivo es demostrar que el Hijo tiene su poder del Padre, del cual tiene también su naturaleza. Por eso dice Hilario en IV De Trin.La unidad de la naturaleza divina es ésta: Que de tal modo obre el Hijo por sí mismo que no obre de sí mismo.
2. En aquello de enseñar el Padre y escuchar el Hijo, no hay que entender más que el que el Padre comunica al Hijo la sabiduría, como le comunica su esencia. A esto puede aplicarse también el mandato del Padre, puesto que al engendrarle le dio desde la eternidad la ciencia y la voluntad para actuar. O, más bien, hay que aplicar esto a Cristo según la naturaleza humana.
3. Así como la misma esencia que en el Padre es paternidad, en el Hijo es filiación, así también, uno mismo es el poder con el cual el Padre engendra y por el que el Hijo es engendrado. Por eso es evidente que todo lo que puede el Padre, también lo puede el Hijo. Sin embargo, no se puede concluir que pueda engendrar, pues esto sería pasar de la sustancia a la relación, pues la generación en Dios significa relación. Por lo tanto, el Hijo tiene la misma omnipotencia que el Padre, pero con otra relación. Porque el Padre la tiene como el que da, y esto es lo que se indica cuando se dice que puede engendrar. El Hijo la tiene como el que recibe, y esto es lo que se indica cuando se dice que puede ser engendrado.

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