| 01 julio, 2014
Mateo 8,23-27
En aquel tiempo, subió Jesús a la barca, y sus discípulos lo siguieron.
De pronto se levantó un temporal tan fuerte, que la barca desaparecía entre las olas; él dormía.
Se acercaron los discípulos y lo despertaron gritándole:
-¡Señor, sálvanos, que nos hundimos!
El les dijo:
-¡Cobardes! ¡Qué poca fe!
Se puso en pie, increpó a los vientos y al lago, y vino una gran calma.
Ellos se preguntaban admirados:
-¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y el agua le obedecen!
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