El Padre y el Hijo, ¿se aman o no se aman por el Espíritu Santo?

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Objeciones por las que parece que el Padre y el Hijo no se aman por el Espíritu Santo:
1. Agustín, en el VII De Trin., prueba que el Padre no es sabio por sabiduría engendrada. Pero, así como el Hijo es sabiduría engendrada, así también el Espíritu Santo es Amor que procede, como ya se dijo (a.1). Por lo tanto, el Padre y el Hijo no se aman con el Amor que procede y que es el Espíritu Santo.
2. Cuando se dice: El Padre y el Hijo se aman por el Espíritu Santo, el verbo amar tiene sentido esencial o nocional. Pero tomado en sentido esencial, la frase no puede ser verdadera, porque, por el mismo motivo, podría decirse que el Padre conoce por el Hijo.Tomado en sentido nocional, tampoco puede ser verdadera, porque, por el mismo motivo, podría decirse que el Padre y el Hijo espiran por el Espíritu Santo, o que el Padre engendra por el Hijo. Por lo tanto, de ninguna manera es verdadera la frase el Padre y el Hijo se aman por el Espíritu Santo.
3. Es el mismo el amor con el que el Padre ama al Hijo, se ama a sí mismo y nos ama a nosotros. Pero el Padre no se ama por el Espíritu Santo. Porque ningún acto nocional vuelve sobre su principio; pues no puede decirse: El Padre se engendra o el Padre se espira. Luego tampoco puede decirse que el Padre se ama por el Espíritu Santo, si amarse toma en sentido nocional. Por lo mismo, el amor con que nos ama no puede ser el Espíritu Santo, porque implicaría relación con la criatura, y esto pertenece a la esencia. Por lo tanto, es falsa la frase: El Padre ama al Hijo por el Espíritu Santo.
Contra esto: está lo que dice Agustín en el VI De Trin.: El Espíritu Santo es por quien el Engendrado es amado por el Progenitor y por quien ama al Progenitor.
Respondo: Este problema entraña dificultad cuando en la frase: El Padre ama al Hijo por el Espíritu Santo, el ablativo se toma en sentido causal, por lo cual parece que el Espíritu Santo sea el principio del amarse el Padre y el Hijo. Esta acepción es inaceptable. Por eso algunos dijeron que la frase: El Padre y el Hijo se aman por el Espíritu Santo, es falsa. Añaden que Agustín se retractó de esta frase de modo equivalente cuando se retractó de esta otra: El Padre es sabio con sabiduría engendrada.Otros dijeron que se trata de una proposición impropia, cuya explicación es: El Padre ama al Hijo por el Espíritu Santo, esto es, por amor esencial, que se apropia al Espíritu Santo. Otros dijeron que el ablativo tiene sentido de signo, y se aplica diciendo: El Espíritu Santo es signo de que el Padre ama al Hijo, esto es, en cuanto procede de ellos como amor. Otros dijeron que el ablativo tiene sentido causal formal, porque el Espíritu Santo es el amor con el que formalmente el Padre y el Hijo se aman mutuamente. Otros dijeron que el ablativo tiene sentido de efecto formal. Estos son los que más se acercaron a la verdad. Para demostrarlo, hay que tener presente que, como las cosas generalmente son llamadas por sus formas, como blanco por la blancura, hombre por su humanidad, todo aquello que es llamado por algo, en cuanto a esto tiene razón de forma. Ejemplo: Este está cubierto por el vestido. Este ablativo tiene sentido causal formal, aun cuando no sea forma. Así, sucede que algo puede ser llamado por lo que procede de él mismo, y no sólo como el agente por la acción, sino también como por el objetivo de la misma acción, que es el efecto, cuando el mismo efecto está indicado en el concepto de acción. Ejemplo: Decimos que el fuego calienta por la calefacción, aun cuando la calefacción no sea calor, que es la forma del fuego, sino la acción producida por el fuego. Otro ejemplo: Decimos que el árbol florece por las flores, aun cuando las flores no sean la forma del árbol, sino determinados efectos que surgen de ella misma. Por lo tanto, en esta línea hay que decir que en Dios amar es tomado en dos sentidos: Esencial y nocional. En sentido esencial, el Padre y el Hijo no se aman por el Espíritu Santo, sino por su esencia. Por eso dice Agustín en XV De Trin.¿Quién se atreverá a decir que el Padre no se ama a sí mismo, al Hijo y al Espíritu Santo más que por el Espíritu Santo? En esto se fundamentan las primeras opiniones mencionadas. En sentido nocional, amar no es más que espirar amor, como decir es producir palabras, y florecer,flores. Por lo tanto, así como se dice que el árbol florece por las flores, así también se dice que el Padre se habla y habla a la criatura por la Palabra o el Hijo; y se dice también que el Padre y el Hijo se aman y nos aman por el Espíritu Santo o Amor que procede.
A las objeciones:
1. En Dios ser sabio o inteligente no tiene más sentido que el esencial. Así, no puede decirse que el Padre sea sabio o inteligente por el Hijo. Pero amar se toma en sentido no sólo esencial, sino también nocional. Por eso podemos decir que el Padre y el Hijo se aman por el Espíritu Santo, tal como quedó establecido.
2. Aun cuando en el concepto de alguna acción esté implicado un determinado efecto, el principio de la acción puede ser llamado o por la acción o por el efecto. Así podemos decir que el árbol florece por floración o por las flores. Pero cuando en la acción no está incluido un determinado efecto, entonces el principio de la acción no puede ser llamado por el efecto, sino sólo por la acción; pues no decimos que el árbol produce la flor por la flor, sino por la producción de la flor.Así, pues, al decir espira o engendra, está incluido sólo el acto nocional. Por eso, no podemos decir que el Padre espire por el Espíritu Santo o que engendre por el Hijo. Sí podemos decir que el Padre habla por la Palabra —como persona que procede—, y quehabla por la dicción —como acto nocional—. Porque decir, cuando indica producir la Palabra, implica una determinada persona que procede. Por lo mismo, amar, en sentido nocional, indica producir amor. Así, puede decirse que el Padre ama al Hijo por el Espíritu Santo —como persona que procede—, y por el mismo amor —como acto nocional.
3. El Padre no sólo ama al Hijo por el Espíritu Santo, sino que también se ama a sí mismo y nos ama a nosotros. Porque, según se dijo (a.1), amar, tomado en sentido nocional, no sólo implica la producción de la persona divina, sino también la persona producida por amor que guarda relación con lo amado. Por eso, así como el Padre se habla y habla a toda criatura por la palabra engendrada, en cuanto que la Palabra engendrada representa suficientemente al Padre y a toda criatura: así también se ama y ama a toda criatura por el Espíritu Santo, en cuanto que el Espíritu Santo procede como Amor de la primera bondad por la que el Padre se ama y ama a toda criatura. Resulta evidente también que la relación con la criatura implicada en la Palabra y en el Amor que procede, es algo secundario; esto es, en cuanto que la verdad y la bondad divina son el principio del conocer y del amar a toda criatura.

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