Los Reyes Católicos consagraron a los Santos Mártires Ciriaco y Paula una de las cuatro parroquias fundacionales tras la reconquista en 1487, designaron a los Santos Mártires Ciriaco y Paula Patronos de la ciudad de Málaga en 1490, e incluyeron a los Santos Patronos en el Escudo de Armas en 1494.
Todos estos aspectos han permanecido inalterados hasta el momento presente. El día 18 de Junio ha sido una fiesta fundamental en la ciudad durante siglos, aunque de forma intermitente. Hasta el año 1986, el día 18 de Junio era fiesta local civil.
La tradición transmitida ampliamente en la historiografía local, afirma que los Santos Ciriaco y Paula fueron dos jóvenes malagueños pertenecientes a una floreciente comunidad cristiana existente en nuestra ciudad y presidida por el Obispo San Patricio.
Apresados en el contexto de la décima persecución del emperador Diocleciano y Maximiano, fueron sometidos a dolorosos tormentos con el propósito de que renunciaran a su fe y adorasen a las divinidades paganas.
Como no consiguieron tal propósito, fueron condenados a muerte y lapidados, atados a sendos troncos de unas palmeras, esto sucedió en el margen del río Guadalmedina el día 18 de Junio del año 303 de nuestra era, en el lugar que aún hoy conocemos como Paseo de Martiricos. Ocurrida la muerte, cayó un fuerte aguacero que impidió que sus cuerpos fuesen quemados, y sus hermanos cristianos los recogieron y procedieron a su sepultura.
Se desconocen los datos en torno a su nacimiento, infancia o juventud. se ignora dónde han sido depositados sus cuerpos aunque tradicionalmente se afirmaban que no podían estar muy lejos de la ciudad, junto a la ribera del río Guadalmedina, de donde se arrancaron las piedras para lapidarlos.
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