Al Padre, ¿le corresponde o no le corresponde ser principio?

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Objeciones por las que parece que al Padre no puede llamársele principio del Hijo o del Espíritu Santo:
1. Según el Filósofo, principio y causa son lo mismo. Pero no decimos que el Padre sea causa del Hijo. Luego tampoco debe decirse que sea su principio.
2. Se dice principio por su relación a lo iniciado. Así, pues, si el Padre es principio del Hijo, se sigue que el Hijo ha tenido principio; por lo tanto ha sido creado. Esto parece que es erróneo.
3. La palabra principio se fundamenta en la prioridad. Pero, como dice Atanasio, en Dios no hay ni antes ni después. Luego, a Dios no le debemos aplicar la palabra principio.
Contra esto: está lo que dice Agustín en el IV De Trin.El Padre es principio de toda la deidad.
Respondo: La palabra principio no indica más que aquello de lo que procede algo; pues a todo aquello de lo que procede algo, sea del modo que sea, lo llamamos principio. Y al revés. Por lo tanto, como el Padre es Aquel de quien procede otro, se sigue que el Padre es principio.
A las objeciones:
1. Los griegos utilizaron indistintamente los nombres causa y principio en su aplicación a Dios. Pero los doctores latinos sólo utilizaron el de principio, no el de causa. La razón de esto estriba en que principio es más general que causa, como causa es más general que elemento; pues el primer término, o también la primera parte de algo recibe el nombre de principio, pero no el de causa. Cuanto más general es un nombre, tanto más convenientemente se aplica a Dios, como ya se dijo (q.13 a.11), porque los nombres, cuanto más concretos son, tanto más convenientemente determinan el modo de ser de la criatura. Por eso, el nombre causa parece indicar diversidad sustancial y dependencia de otro por parte de alguien; cosa que no sucede con el principio. Pues en todos los géneros de causa, siempre se encuentra por alguna perfección o virtud la distancia entre la causa y lo causado. Pero principio lo utilizamos también en aquellas cosas que no mantienen diferencias de este tipo, sino sólo cierto orden. Por ejemplo, cuando decimos que el punto es principio de la línea, o también cuando decimos que la primera parte de la línea es principio de la línea.
2. Ciertamente encontramos que los griegos dicen que el Hijo y el Espíritu Santo tienen inicio. Pero no es éste el uso de principio que hacen nuestros doctores. Porque, aun cuando atribuyamos al Padre alguna autoridad por razón del principio, sin embargo, ni al Hijo ni al Espíritu Santo les atribuimos ningún tipo de subordinación o empequeñecimiento que pueda dar pie al error. Sobre esto dice Hilario en el IX De Trin.:Por conceder autoridad, el Padre es mayor; pero el Hijo, a Quien le concede su mismo ser, no es menor.
3. Aun cuando la palabra principio originariamente tenga sentido de prioridad; sin embargo, no indica prioridad, sino origen. Pues, como dijimos (q.13 a.2 ad 3a.8), no es lo mismo el sentido original de un nombre que el sentido que se le da al aplicarlo.

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