¿Quiénes somos nosotros para cerrarle las puertas al Espíritu Santo? fue la pregunta recurrente que el Papa Francisco repitió en su homilía de la Misa matutina, en la capilla de la Casa de Santa Marta, este lunes dedicada a la conversión de los primeros paganos al cristianismo. El Espíritu Santo – reiteró – es el que hace que la Iglesia vaya «más allá de los límites, hacia adelante». El Espíritu sopla donde quiere, pero una de las tentaciones más recurrentes de quien tiene fe es la de ponerle trabas en el camino y de desviarlo hacia una dirección, en lugar que hacia otra. Una tentación que no faltaba tampoco en los albores de la Iglesia, como muestra la experiencia que vive Simón Pedro, en el episodio de los Hechos de los Apóstoles, presente en la liturgia. Una comunidad de paganos acoge el anuncio del Evangelio y Pedro es testigo ocular de la bajada del Espíritu Santo sobre ellos, pero primero duda en tener contacto con lo que siempre había creído ‘impuro’. Y luego recibe duras críticas de parte de los cristianos de Jerusalén, escandalizados por el hecho de que su jefe había comido con unos ‘no circuncisos’ y hasta los había bautizado. Un momento de crisis interna, que el Papa recuerda con un matiz de ironía:
«Algo que no se podía ni pensar…. Si mañana llegara una expedición de marcianos, por ejemplo, y algunos de ellos vinieran donde nosotros, digo marcianos ¿no?… Verdes, con esa nariz larga y las orejas grandes, como los pintan los niños… Y uno dijera: «Pero, yo quiero el bautismo”. ¿Qué pasaría?».
Pedro comprende su error cuando una visión le ilumina una verdad fundamental: nadie puede llamar ‘profano’ lo que ha sido purificado por Dios. Y al narrar estos hechos a la muchedumbre que lo critica, el Apóstol – recuerda también el Papa Francisco – tranquiliza a todos con esta afirmación: ¿Si por lo tanto Dios les ha dado el mismo don que nos dio a nosotros, por haber creído en el Señor Jesucristo, quién soy yo para poner impedimentos a Dios?:
«Cuando el Señor nos indica el camino ¿quiénes somos nosotros para decir: ‘¡No Señor, no es prudente! No, hagamos así…? Y Pedro en esa primera diócesis – la primera diócesis fue Antioquía – toma esa decisión: ¿Quién soy yo para poner impedimentos?’. Una bella palabra para los obispos, los sacerdotes y también para los cristianos. Pero ¿quiénes somos para cerrar puertas? En la Iglesia antigua, incluso hoy, está el ministerio del hostiario. Y ¿qué hacia el hostiario? Abría la puerta, recibía a la gente, la hacía pasar. Pero ¡nunca fue el ministerio del que cierra la puerta!
Aún hoy, recordó el Papa Francisco, Dios ha dejado la guía de la Iglesia «en manos del Espíritu Santo». Y «el Espíritu Santo es el que, como dice Jesús, nos enseñará todo» y «hará que nos acordemos de lo que Jesús nos ha enseñado»:
«El Espíritu Santo es la presencia viva de Dios en la Iglesia. Es el que hace que la Iglesia ande, el que hace que la Iglesia camine. Cada vez más, más allá de los límites, hacia adelante. El Espíritu Santo con sus dones guía a la Iglesia. No se puede comprender la Iglesia de Jesús sin este Paráclito, que el Señor nos envía para ello. Y cumple estas opciones impensables ¡pero impensables! Para usar una palabra de San Juan XXIII: es precisamente el Espíritu Santo el que actualiza la Iglesia: verdaderamente la actualiza y hace que vaya adelante. Y nosotros los cristianos debemos pedir al Señor la gracia de la docilidad al Espíritu Santo. La docilidad a este Espíritu, que nos habla en el corazón, nos habla en las circunstancias de la vida, nos habla en la vida eclesial en las comunidades cristianas, nos habla siempre».
(CdM – RV)
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Nuestro amado Vicario de Cristo para su Iglesia, el Papa Francisco, nos vuelve a manifestar con sus palabras, sus obras y sus enseñanzas, su intima cercanía a la voluntad divina, y debemos acompañarle con nuestra oración en esta tarea que Dios ha puesto sobre sus hombros, para que siempre acierte a ser dócil al Espíritu Santo, imitando al primer Vicario de la Iglesia, San Pedro, según el episodio de la primera Iglesia que nos presenta hoy la Iglesia en la primera lectura de la Eucaristía.
Es esperanzador para quienes nos sentimos verdaderamente integrados en nuestra Santa Madre la Iglesia, reconocer que Cristo ha regalado un digno Pastor a su rebaño, como sucesor de San Pedro, y este Pastor ha entrado por la Puerta verdadera que es Cristo y nosotros, su rebaño, conocemos su Voz, que procede de Dios, y la seguimos.
Gloria y alabanza eterna a Dios que siempre hace maravillas por nosotros.
«Algo que no se podía ni pensar…. Si mañana llegara una expedición de marcianos, por ejemplo, y algunos de ellos vinieran donde nosotros, digo marcianos ¿no?… Verdes, con esa nariz larga y las orejas grandes, como los pintan los niños… Y uno dijera: “Pero, yo quiero el bautismo”. ¿Qué pasaría?».
¿Y esto lo ha dicho Francisco Vicario de Cristo en la tierra?
¿Qué debe de pensar El Altísimo desde el cielo?
Me perdonen mis amigos argentinos, pero ese estilo bastante grandilocuente, muy pagado de sí mismo, puede ser válido para una realidad o cultura concreta, pero no es asertiva para la generalidad de los creyentes.
Estoy un poco harto de faltas de respeto y desprecios al Vicario de Cristo. Máxime cuando la critica es completamente estúpida.
Estimado Sr. Gabriel Ariza: Hay un dicho muy acertado que viene a afirmar que «Cuando alguien quiere maltratar a un perro… siempre encontrará un motivo y un palo».
Ya me he dado cuenta que, por desgracia, tenemos que soportar la visita y comentarios de algunos que nunca serán capaces de ver ni apreciar nada positivo, por muy inmenso y luminoso que sea, en quien ya tienen predeterminado que hay que darle leña. Creo que disfrutarán malsanamente algún placer, aunque sea a costa de hacer el ridículo con sus «sermones antipapa» que aburren hasta a los pingüinos.
Pero lo más desagradable es su falta de respeto a todos. Comenzando por la venerable figura del Papa para los cristianos y siguiendo con nosotros por despreciar y herir nuestros sentimientos religiosos. Personalmente llego a pensar que son victimas del poder del demonio y que solo el poder y la fuerza de Cristo puede liberarlos de esa influencia maligna.
En nombre de los que me consta que leen sus artículos con fruicción y provecho le animo a seguir su trabajo y le encomendamos en nuestra oración para que Dios le bendiga con la paz y alegría de su Amor.
Maite, el primero en poner ejemplos sencillos fue Cristo. Él hablaba de pastores, agricultores, lámparas, semillas, árboles…no comparto su alarmismo y al igual que gabriel me cansa tanto ataque. Puedes no estar de acuerdo con cosas que hagan los Papas, pero algunos es que no pasan ni media con Francisco…
la vulgaridades y las tonterías de bergoglio muestran una vez mas que el cargo de papa le quedo grande. creo yo que la verdadera vocación de bergoglio era ser un animador cómico de un programa de tv.
la vulgaridades y las tonterías de bergoglio muestran una vez mas que el cargo de papa le quedo grande. creo yo que la verdadera vocación de bergoglio era ser un animador cómico de un programa de tv.
Lo que más amarga al amargado es no lograr amargarle la vida a los demás.
Porque es tan aburrido su discurso que solo tiene el vacío a su alrededor.
Le encomiendo al poder de intercesión de la Santísima Virgen de Fátima, la Madre de Dios y milagrosa protectora de la Iglesia (con el Papa como Vicario de su Hijo), para que le consiga un corazón generoso y santo con la conversión de sus errores.
Dios te Salve María, Virgen Santísima de Fátima, llena eres de gracia…
VIVA EL PAPAAAAA!!!!!!
VIVA FRANCISCO I !!!!!!!
VIVA LA SANTA MADRE IGLESIAAAA !!!!!!
Querido Francisco, te animamos a que sigas dando estos ejemplos pintorescos que provocan tantas alegrías en nuestros corazones. TE QUEREMOS !!!!
Para histéricos y otros agoreros, recomiendo este artículo de Pablo Ginés.
http://religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=35538
Cada vez que escucho «quien soy yo para…» me pongo a temblar.
Lo que yo me pregunto es qué hace Infovaticana informando y alabando las palabras del Papa mientras alojan los artículos de César Uribarri que no deja de sembrar sospecha y arrojar basura sobre el Papa Francisco, Vicario de Cristo querido por Dios para estos tiempos.
Ya dieron la patada a este bloguero en Religión en Libertad por eso y ahora ha recalado aquí.
Señor Gabriel Ariza: los comentaristas antifrancisco que rondan por aquí (Maite C., @Olorapescadero y Filomena de Pasamonte) son los que aplauden a Uribarri. Eche un ojo a sus dos últimos posts.
Usted verá lo que hace, pero ya sabe que no se puede seguir a dos señores. Un poco de limpieza nunca está de más.
Un cordial saludo.
Sr bytre, otra cosa, destila usted la oscuridad, retorcimiento , y envidiosa mediocridad de un Rubalcaba. Ya sabemos que está aquí para ejercer de tal. Y qué feo es el gachó!
Con todo el respeto no hago más que preguntarme cada vez que escucho el «quien soy yo para esto o para aquello» si no habrá un problema de identidad o de otra índole que desconozcamos.
Estimado Anacoreta: Con auténtica caridad y respeto, me atrevo a comentarle que, si lee usted el artículo que encabeza estos comentarios, encontrará en el 6º párrafo que esa frase la toma Su Santidad, el Papa Francisco, de San Pedro en la primera lectura en los Hechos de los Apóstoles, que correspondía ese día. Pienso que no hay ningún problema negativo de identidad, sino una identidad y concordancia entre la Sagrada Escritura y la enseñanza del Papa, lo cual es lo deseable y necesario.
Reciba mis atentos saludos
¿Que quien eres tú?. Francisco, como buen jesuita y argentino, para más inri, ni Dios te entiende. Solo me queda por oir de tu boca algo positivo de la Iglesia de «siempre» para que seas algo más creible. A veces rezo por él pero, sres. me cuesta y mucho