El arzobispo de Valencia se confesó ayer de rodillas mientras un centenar de sacerdotes administraban también el sacramento de la Penitencia en la Plaza de la Virgen, abarrotada por miles de fieles, durante el rezo del rosario ante la imagen original de la Virgen de los Desamparados, en la primera salida de la talla gótica desde 1961. El acto estaba enmarcado dentro de la Misión Magnificat, predicaciones que han tenido efecto por todas las parroquias de la diócesis. En esta predicación que ha tenido lugar en la plaza de la Virgen de los Desamparados Monseñor Osoro se ha dirigido a los fieles para invitarles a confesarse: “No tengáis vergüenza en confesaros, que en definitiva es recuperar, la dignidad que Dios nos ha dado; también vuestro Arzobispo se tiene que confesar, también lo hace y lo necesita más que vosotros porque tiene que hablar no sólo de palabra sino con la vida misma, así que no tengáis miedo porque Dios os ama y os quiere de verdad”. Tras ello, ha invitado a los sacerdotes, vestidos con alba, a distribuirse por la Plaza para ofrecer la confesión a quien lo desease, y, en el momento en que salían por el pasillo habilitado delante de la imagen original patrona, ha hecho indicaciones a uno de ellos para que subiera a la tarima y le ha pedido que le confesara a él también. El prelado ha permanecido durante unos cinco minutos de rodillas confesándose ante el sacerdote, que estaba sentado en una silla y, tras ello, monseñor Osoro se ha vuelto a poner en pie para continuar dirigiendo el rezo del Rosario.
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