Se desconoce la cuna, niñez y juventud del santo; pero consta que ya en el año 626 era obispo de Zaragoza.
(Catholic.net)- Participó en la corriente de pensamiento y acción isidoriana que tanto influyó en la cultura de su época y aún en tiempos posteriores. De hecho, fue discípulo de san Isidoro, obispo, escritor y doctor de la Iglesia (c. 560-636). Insistió cerca de él para que diera término a las Etimologías, la conocida y la más famosa e importante obra de san Isidoro donde se recoge el saber antiguo tomado indiscriminadamente de escritores tanto paganos como cristianos y que consta de veinte libros que fueron obligado libro de texto en las escuelas medievales, al tiempo que cauce de transmisión del saber antiguo. La división de toda la obra y sus títulos se deben a san Braulio.
Estuvo presente en los concilios V (636) y VI (638) de Toledo que fueron convocados para fortalecer la autoridad real y donde se resolvieron determinadas cuestiones de régimen eclesiástico y litúrgicas. En estos concilios se contribuyó a elaborar también el sistema de elección de los reyes por los obispos y magnates y llegó a ratificarse la imposibilidad de ser elegido rey alguien que no perteneciera a la nobleza goda.
Se le atribuyen también a san Braulio las Actas de los mártires de Zaragoza.
Llegó a escribir más de 44 cartas, gracias a las cuales pueden llegar a conocerse muchos aspectos de la España visigoda.
Ejerció el santo una notable influencia entre los reyes del tiempo intentando suavizar las leyes con espíritu cristiano y procurando potenciar la unidad del reino. Con Chindasvinto -rey que fue elegido por la nobleza al considerarlo fácilmente manipulable debido a su gran ancianidad-, cuando dicta leyes muy severas contra los magnates traidores que rompieran su juramento de lealtad al rey, llegando a decretar la deportación, la reducción a la esclavitud de sus familias y a la confiscación de sus bienes. De la misma manera, mostró también influjo decisivo cabe el rey Recesvinto, el que reprimió la rebelión del noble Troya, cuando ponía sitio a la ciudad de Zaragoza, el mismo año de la muerte de san Braulio.
La fiesta de este hombre que intervino fuertemente en la vida eclesiástica, política y social de su tiempo es el 26 de Marzo ya que murió en este día del año 651.
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No sé porque nadie le hecha una vueltita a ver la vida de los santos, pues creo que sí nosotros somos como los ladrillos de el edificio, los santos son el cemento que nos une, ya que son los que han tenido fe de sobra y muchos con sangre lo demostraron, luego nos quejamos de la Iglesia, de los «de arriba», cuando los feligreses también, enseñamos el cobre. Aquí está el pobrecito de San Braulio, solito, esperando un saludo,. Pues ! Que viva San Braulio!, ???
¡Vive San Braulio!
¡¡¡Ruega por nosotros, ante nuestro Creador!!!