| 13 marzo, 2014
Los nuevos tiempos deciden la asunción de Blázquez como la respuesta más acorde para un ambiente eclesial donde no se entiende lo que significan “valores no negociables” y se aplaude una supuesta teología “hecha de rodillas” que induce a la confusión acerca de la doctrina sobre la indisolubilidad del matrimonio. Lea el artículo del sacerdote Roberto Esteban Duque en «La Firma Invitada».
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