| 25 febrero, 2014
No proceder a nuevas contrataciones, no reemplazar a los que se retiran, no renovar los contratos de duración determinada, deshacerse de los que son empleados con periodo de prueba de un año y bloquear las prórrogas. Son las instrucciones de la Secretaría de Estado para reducir costes laborales. Se dice en Roma que la ciudad vive de papá estado y mamá Iglesia. Parece que Parolin quiere adelgazar la estructura burocrática de la Santa Sede. Lea el artículo de Sandro Magister y traducido por Infovaticana
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