El Cardenal perdió los papeles en la celebración de la Santa Misa y, desde el altar, dirigió unas duras palabras contra un jesuita, con el que mantiene una discrepancia por asuntos políticos.
(Andrés Beltramo para Vaticaninsider) Son la congregación religiosa del Papa, pero eso no les salvó de llevarse una dura reprimenda. En medio de una misa y ante decenas de feligreses, el arzobispo de Santo Domingo no pudo más y arremetió contra la Compañía de Jesús. Nicolás de Jesús López Rodríguez recriminó a los jesuitas su apoyo al reclamo de nacionalidad de los descendientes de haitianos que nacieron y residen en la República Dominicana. Y tronó: “A mí hay que respetarme en este país”.
El discurso del purpurado, contrariado hasta los gritos, quedó registrado en un video casero y se convirtió en una bomba cuando fue dado a conocer por el canal de televisión SIN. Ni bien se difundió la grabación, desde diversos sectores se comparó la actitud del arzobispo con la del Papa Francisco, quien ha apelado numerosas veces a la misericordia y cuyo primer viaje como pontífice fue a Lampedusa, la isla italiana de los inmigrantes ilegales.
Todo ocurrió la tarde del domingo 26 de enero, durante la misa conclusiva de un encuentro organizado por la Conferencia Dominicana de Religiosas y Religiosos (Condor) en el auditorio de la Casa Santa Pablo en Santo Domingo. López Rodríguez arremetió especialmente contra el sacerdote jesuita Mario Serrano, director del Centro Bonó y quien ha encabezado numerosas protestas públicas a favor de los haitianos.
“Tengo dentro una profunda laguna, fui educado por los jesuitas, quise y quiero a los jesuitas, pero con este sinvergüenza no me interesa nada. Que se ha dedicado, con unos grupos izquierdistas, a hacer lo que a él le da la gana. ¡A mí hay que respetarme en este país, aunque ese señor se crea que es el supremo pontífice! Yo estoy muy incómodo, molesto. No acepto que un sacerdote ande diciendo tonterías públicamente. Aquí está el superior de los jesuitas, dígale: ‘cállese y punto’. ¿Quién es usted para andar hablando tonterías?”, exclamó.
Agregó que nadie ha hecho por Haití como la República Dominicana y, por lo tanto, no es cierto que un jesuita esté haciendo más que el propio cardenal que dijo luchar, con todos los medios posibles, “naturalmente defendiendo a la República Dominicana”.
“Excúsenme pero me siento profundamente molesto, con los jesuitas mis formadores en el seminario, porque no han puesto en su sitio al señor Mario Serrano. Que se ponga en su sitio, yo no soy compañero de él. Así que por favor, tengan la bondad, de poner las cosas en su sitio. Usted es un religioso, usted sométase a la obediencia o, sino, deje la congregación y dedíquese a otra cosa”, apuntó.
Mientras el cardenal arengaba los sacerdotes presentes se iban encogiendo, algunos miraban el suelo en actitud reflexiva.
Desde hace meses y en varias ocasiones López Rodríguez ha cuestionado el accionar del Centro Bonó en contra de una sentencia del Tribunal Constitucional que, en septiembre de 2013, emitió una sentencia en la cual estableció que no son dominicanos los hijos de extranjeros en tránsito nacidos en el país desde 1929. Esa decisión afectó prácticamente a tres generaciones personas que han vivido toda su vida en la República Dominicana e incluso contaban con la nacionalidad, gracias a otras determinaciones legales.
En su momento el Centro expresó su “más profunda indignación ante la sentencia absurda, insensata e injusta mediante la cual el TC crea la figura de personas extranjeras en tránsito en un período que abarca 85 años, para justificar la desnacionalización de miles de dominicanos y dominicanas de ascendencia haitiana”.
El dictamen y sus consecuencias han dividido a la opinión pública en el Caribe, aunque el presidente dominicano prometió que se buscarán nuevas soluciones jurídicas que incluyan a los registros civiles.
Ayuda a Infovaticana a seguir informando
Si es que lo he dicho ya; a este hay que ponerlo en su sitio. No solo al jesuita, sino al Cardenal. No se puede permitir que se hable asi desde el altar. Menos de un succesor de los apostoles. Por eso la iglesia dominicana esta podrida. Su pastor es mas un funcionario que un consagrado a las cosas del Señor.
Las formas no son adecuadas desde luego. Pero el pueblo cristiano está harto de religiosos (especialmente los jesuitas, a la cabeza de la podredumbre eclesial en el posconcilio) a los que no les dicen nada. Así que por eso bravo por usar el báculo cardenal!!
A este Cardenal tendrá alguien que llamarle al orden. Supongo que de Roma. ¡Vaya soberbio! ¡Gentuza así sobra en la Iglesia de Jesús!
El cardenal López Rodríguez tendría que llamar también sinvergüenza al cardenal Timothy Dolan, que ha dicho lo mismo que el P. Serrano. Por cierto, fíjense en los gemelos que el cardenal López Rodríguez luce en distintas fotos: toda una muestra de pobreza evangélica…
Señor Cardenal López Rodriguez, al igual que Cristo nuestro maestro, en este caminar no podemos tener bandera, raza, ni partidismo, que no sean la verdad y la justicia; para que así, el Padre de amor se haga vida en nosotros, elimine, erradique y destierre el gesto amenazador y la palabra ofensiva. Que podamos compartir el pan con el hambriento y saciar la necesidad del humillado. Así y sólo así, podremos ser verdaderos discípulos del pobre de Nazareth. Así y sólo así, vendrá la luz y destronará la oscuridad, la soberbia, la ignorancia y llenará esa profunda laguna que usted dice llevar por dentro, y por ende, habrá paz en su corazon.
ciudadanía: Ei universo
Religión: El amor
Raza: Sin marca
El cardenal se encuentra inerme ante los ataques personales y como dominicano de un religioso, probablemente extranjero, y que sabe que no hay ningún país del mundo, de cualquier régimen, que no ponga limitaciones a la inmigración.
Esto es especialmente doloroso para la Republica dominicana que sufrió la invasión y domino de Haití y contrasta con la negación de ayuda de todo el mundo a Haití, pretendiendo que el peso recaiga sobre un país sumamente pobre como la República Dominicana.
Creo que la Iglesia no es lugar para este tipo de defensa, pero eso es explicable, aunque no justificable, por la indefensión en que se encuentra el Cardenal ante ataques y críticas personales de alguien bajo al protección de la Orden y de la Iglesia.
Disculpen, el cardenal no llamó sinvergüenza al jesuita Mario Serrano por discrepancias políticas con él, sino por defender a los hijos de haitianos indocumentados que viven en la República Dominicana. Esto es, por ponerse de parte de los empobrecidos, humillados e injusticiados. Algo, por otra parte, coherente con un seguidor de Jesús.
No deformen los hechos.