Los tres jóvenes detenidos han dicho a la policía que tiraron en unos arbustos el trozo de tela empapado con la sangre del papa polaco porque pensaron que no tenía ningún valor. Se baraja la hipótesis del encargo de un coleccionista.
Los presuntos ladrones de 23, 24 y 18 años han confesado haber sido los autores del robo y también han indicado a los agentes que los han interrogado dónde habían enterrado el crucifijo y el relicario de oro, que desaparecieron en la madrugada del domingo de la iglesia de San Pietro della Ienca, en L’Aquila, en la región de Los Abruzzos, donde estaba custodiada.
Según informa La Reppublica, la policía no da crédito al testimonio de los detenidos. Más de medio centenar de agentes con perros especializados en la búsqueda de personas siguen buscando en los alrededores de la pequeña iglesia de San Pedro, el trozo de tela empapado con la sangre de cuando el papa polaco cuando fue herido en el ataque del 13 de mayo de 1981 en la Plaza de San Pedro.
La policía italiana ha detenido a dos personas por el robo de la reliquia perteneciente a Juan Pablo II y que fue sustraída el pasado sábado en la pequeña iglesia de San Pietro della Ienca, en el L’Aquila, en la región italiana de Los Abruzos. Las autoridades continúan buscando la ampolla que contiene la sangre, que aún no ha aparecido.
El robo fue descubierto por Franca Courier, la hija del presidente de la asociación cultural San Pedro Ienca, y tras entrar en la iglesia de piedra se dieron cuenta de que faltaba el relicario de oro y un crucifijo.
El presidente de la asociación San Pietro della Ienca, Pasquale Corriere, responsable del santuario del que desapareció la reliquia, explicó a los medios italianos que falta aún el trozo de tela pero que confían en poder encontrarlo.
El fiscal de L’Aquila David Mancini ha ordenado un nuevo interrogatorio a los dos detenidos para que confiesen dónde se encuentra la reliquia.
Precisamente hoy llegó el llamamiento del histórico secretario de Juan Pablo II, el cardenal polaco Stanislaw Dziwisz, para que los ladrones restituyeran la reliquia antes de la canonización del pontífice prevista para el próximo 27 de abril.
En 2011, Dziwisz entregó a la comunidad de Los Abruzzos esta reliquia como «una muestra de su amor hacia la montaña».
Juan Pablo II se encontraba muy unido a la zona donde se erige el pequeño santuario donde se ha cometido el robo, al encontrarse muy cerca de la montaña de Gran Sasso, cerca de los Apeninos, donde el Papa Woytila acudía con cierta frecuencia a pasear, meditar e incluso esquiar.
En un primer momento se barajó la posibilidad de que se tratase de un robo para realizar algún rito satánico, pero posteriormente se ha pensado en la posibilidad de que se trate de un robo vinculado a un coleccionista.
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