Verdad en Libertad, en colaboración con Infovaticana, ha entrevistado a Agustín Radrizzani, Arzobispo de Luján.
¿Podría contarnos cómo surgió su vocación al sacerdocio y a la vida consagrada?
Mi vocación surgió por el atractivo que tuve al ver a religiosos que vivían felices. El primer paso fue querer ser como ellos y querer vivir con ellos. Después me di cuenta de que este era un llamado especial de Dios, del atractivo por ser sacerdote y también por ser religioso.
¿Cuál es su lema episcopal y por qué lo eligió?
Nosotros hemos creído en el amor. Es de la Primera Carta de Juan. En esto consiste la caridad, no en que nosotros amamos a Dios, sino en que Él nos amó primero, porque estoy convencido de que si nosotros vivimos permanentemente esta fe en el amor de Dios, nuestra vida cambia.
¿Es difícil compatibilizar su misión de obispo con su vocación de salesiano?
No, no es difícil. Lo que sí tengo es una sensibilidad especial para el trato con los jóvenes. Entonces donde hay niños y donde hay jóvenes, me siento más cómodo porque Dios me ha llamado a ser padre, hermano y amigo de ellos.
¿Desde cuándo conoce a Jorge Mario Bergoglio?
Desde 1992 cuando él se incorporó a la Conferencia Episcopal.
¿Qué recuerdos tiene de él en la etapa en la que usted fue vicepresidente de la Conferencia Episcopal y él presidente?
Recuerdo que a él le ha agradado siempre el diálogo, la participación. Y compartía con nosotros los distintos problemas que existían a nivel de patria y a nivel de Conferencia Episcopal. El diálogo y la participación.
¿Cuál cree que está siendo la aportación más importante a la Iglesia del nuevo Papa?
Yo creo que lo que más está dando el Papa Francisco, al mundo es acercar el mundo al evangelio y acercar el evangelio a las personas, centrados en Jesucristo. Es la Nueva Evangelización.
¿Cómo influye en la vida de los diocesanos y en la planificación pastoral la presencia de la Basílica de Nuestra Señora de Luján como centro neurálgico de la fe en Argentina?
Influye mucho en cuanto que nuestros laicos, nuestros religiosos, religiosas y sacerdotes tienen al Santuario de Luján como la mayor riqueza que tenemos en nuestra patria. Es un imán. La Virgencita desde 1630 sigue atrayendo el corazón de los argentinos, y por lo tanto atrae también nuestro corazón. Considero que ha sido un don de Dios el hecho de que el Papa me haya pedido presidir esta querida diócesis.
¿Cómo se ha enfocado en su diócesis la Misión Continental a la que ha convocado Aparecida?
En 2007 se hizo Aparecida y ahí se lanzó la idea de la Misión Continental. Hemos constituido en nuestra diócesis un equipo de Misión Continental y éste equipo ha hecho un ideario con cuatro temas fundamentales, que son Koinonía, Martyría, Diakonía y Liturgía. La comunión, el testimonio, el servicio y la liturgia -la celebración. Ese ideario hemos tratado de volcarlo en las comunidades para después salir como dice el Papa, a las periferias geográficas y existenciales.
Estamos asistiendo al grave fenómeno de la descomposición familiar, de hecho nuestro Papa ha convocado a un Sínodo Extraordinario para tratar la pastoral familiar, ¿cuáles cree que deberían ser los pasos a dar en este sentido?
Me parece que lo más importante es volver a centralizar todo en la persona humana, en el bien común y en el eje donde se plasma la persona humana que es en la familia: papás convencidos de su fe y de su rol de padres; madres convencidas de su fe y de su rol de madres. Así, los niños y las niñas van creciendo en esta iluminación familiar como nosotros hemos tenido la ayuda de papá y de mamá para crecer en la fe.
Los obispos de Argentina llevan bastante tiempo denunciando el enorme flagelo que supone la droga, ¿qué puede aportar la catequesis de niños para detener esta epidemia?
Creo que una cosa importante es la concientización. Nuestros niños deben vivir a la luz del testimonio de papá y mamá, a la luz de los mayores y sabiendo que la droga es algo muy negativo para el crecimiento de la personalidad. Entonces en la catequesis de niños, nosotros tenemos que apuntar a anunciar la presencia de Jesucristo. Que nada, pero nada, vale tanto como amar a Jesucristo. Recuerdo que en la primera comunión Domingo Savio, que es el santo jovencito por antonomasia, dio como propósito: mis amigos serán Jesús y María, y la muerte antes que pecar. Pero, ¿por qué dijo «la muerte antes que pecar»?, no porque él estuviera huyendo permanentemente del pecado, sino porque quería ser siempre amigo de Jesús y de María. De esta amistad y de esta intimidad con Jesús y con la Virgen se deduce el alejamiento de todo tipo de egoísmo, porque el pecado es egoísmo.
Se ha constatado en Argentina un aumento de la cristianofobia con numerosas profanaciones que han saltado a la prensa internacional. Han llegado incluso a quemar un muñeco gigante del Papa Francisco. ¿Qué piensa de esta situación?
Yo creo que el demonio se pone muy mal cuando nosotros estamos mancomunados y muy unidos en el anuncio de Jesucristo y anuncio del evangelio. Entonces esta vida que es de testimonio de amor a Dios y amor al prójimo, esto le pone mal al demonio, entonces utiliza los corazones débiles que no se entregan del todo a Dios para poder tener profanación de ermitas, profanación de la Santísima Virgen, profanación de la Eucaristía, quemar una imagen del Papa… Eso porque todo lo que hable de Dios, de Jesucristo y del evangelio, todo esto al demonio lo pone muy mal. Se sirve de aquellas personas que en la alternativa entre una vida santa y una vida que se permite todo, prefieren la vida que se permite todo, sin darse cuenta de que después van a tener una frustración, una angustia y una tristeza que destruye la vida.
¿Cómo ve la situación de la Iglesia Católica en Argentina?
En una de las últimas charlas que tuve con el que fuera Cardenal Bergoglio me decía: qué alegría que nos da que la Iglesia Argentina está cada vez más unida. Nosotros seguimos adelante un proceso comunional. Esta vida de comunión que tenemos entre nosotros influye también para la evangelización.
El Papa Francisco está haciendo un esfuerzo por la transparencia en la financiación de la Iglesia. ¿Qué cree usted que debería hacer la jerarquía para mejorar su credibilidad en este punto?
Me parece que dos cosas son importantes. Primero el testimonio. Él habló de los autos muy caros, habló también de un obispo que había gastado millones de euros para arreglar su casa episcopal. Es el testimonio de sobriedad, de pobreza, de sencillez que nace de la imagen de Francisco de Asís. En segundo lugar, evitar cualquier cosa que pueda sonar a abusos. Abuso con los empleados, abuso del dinero, abuso de transparencia. Que la gente sepa dónde vivimos y cómo vivimos.
¿Cuál debería ser el límite de la tolerancia del Obispo ante un sacerdote, consagrado o consagrada con un comportamiento irregular grande?
Aquí tienen que ir unidas dos cosas. La primera es la claridad, la justicia y la verdad. Y la segunda es la paternidad, la fraternidad y la caridad. Y tenemos que llegar a unir ambas cosas. El límite es la defensa del pueblo de Dios. El límite es el testimonio de la Iglesia que tiene que presentar siempre una forma testimonial de vivir. Y entonces el límite sería: si yo sé que el pueblo, los niños, las niñas están perjudicados, yo tengo que decirle a ese hermano sacerdote que así la cosa no funciona. Y entonces será cuestión de alejarlo del ministerio, hacerle recomendaciones y sobre todo éstas dos cosas: tiene que tener dirección espiritual y apoyo psicológico.
¿A qué santos tiene especial devoción?
San Don Bosco, San Francisco de Asís, el Beato Juan XXIII, San Vicente de Paul, San Ignacio de Loyola, Santa Teresita de Lisieux, Santa Edith Stein y el Beato Carlos de Fuocauld.
¿Qué libro está leyendo actualmente?
«Luz del Mundo», una entrevista que le hace al Papa Emérito Benedicto XVI un periodista alemán.
¿Cuál es su hobby? ¿Tiene algún hobby en particular?
Me agrada mucho leer, sobre todo biografías de los santos.
¿De qué equipo de fútbol es?
Soy de Racing de Avellaneda porque mi tío, que ya murió, era de Racing. Además yo he nacido en Avellaneda.
¿Qué música escucha?
La que escucho es cuando viajo: Chopín, Mendelssohn, la Negra Sosa, Los Fronterizos. La música actual que es muy bullanguera no me gusta.
¿Cuál es su película favorita?
«La Misión» (1986), «Monsieur Vincent» (1947), «Sonrisas y lágrimas» (1965) y «De dioses y de hombres» (2010). De Anthony Hopkins «Lo que queda del día» (1993), «Tierras de penumbras» (1993) y «El hombre elefante» (1980).
¿Cuál es su comida favorita?
Soy alérgico al pescado y trato de comer poca carne roja, me agradan las ensaladas y las pastas.
¿Con qué personaje del siglo XX le gustaría tomar un café?
He tenido relación con el Cardenal Pironio, he estado muy cerca de Teresa de Calcuta y he conocido al prior de Taizé, Roger Schutz.
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