«Tratamos de construir una humanidad donde la fuerza de los poderosos compense la debilidad del débil y donde la fuerza del débil compense la fragilidad de los poderosos”

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Esta mañana, el arzobispo Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, se ha encontrado en el Palacio Apostólico Vaticano, al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, saludando de nuevo a los embajadores que ya había conocido durante su servicio en la Secretaría de Estado y presentándose a los que todavía no había encontrado.

Después de agradecer al Cuerpo Diplomático las felicitaciones por su nombramiento como Secretario de Estado, así como por Navidad y Año Nuevo, el arzobispo ha pronunciado un discurso, en francés, del que reproducimos amplios extractos.

“En una época en que muchas partes del mundo se enfrentan a múltiples formas de violencia y a la persistencia de las desigualdades sociales , quisiera manifestar de nuevo mi voluntad de cooperar en la búsqueda de la paz y el respeto de la dignidad de cada persona. No podemos permanecer indiferentes ante el sufrimiento que afecta dramáticamente a los seres humanos”.

“Tenemos que demostrar que la paz es posible, no es una utopía… sino un bien específico que viene de Dios y que podemos ayudar a construir a través de nuestro compromiso personal y de la solidaridad… Para ello, es necesario trabajar juntos para establecer una cultura de paz, respondiendo con valentía a los desafíos que ponen en peligro la convivencia auténtica entre las personas y los pueblos. Haciendo así respondemos a una de las aspiraciones más profundas del hombre, la aspiración a la felicidad. ¿La misión de los diplomáticos no es acaso trabajar para que el mundo sea más feliz por el establecimiento o fortalecimiento de relaciones cada vez más fraternas?”.

“Como ha expresado muchas veces el Papa Francisco, el ser humano, cada hombre y mujer que vive en nuestro mundo ha sido creado para la alegría y la búsqueda de,… la verdadera alegría. Ciertamente, en muchas circunstancias de la vida, la alegría es a menudo oscurecida. No siempre es evidente. Sin embargo, está presente en el bien que se hace todos los días, en la belleza de la naturaleza, en las personas, en los acontecimientos… Se encuentra también en los progresos para conseguir la paz y la comprensión entre los pueblos, por muy limitados y frágiles que sean. Es la alegría del encuentro y el intercambio, del diálogo y la reconciliación”.

“¡Esta es la humanidad que tratamos de construir juntos! Una humanidad que sea una familia real, una humanidad en que el diálogo prevalezca sobre la guerra a la hora de resolver los desacuerdos, una humanidad donde la fuerza de los poderosos compense la debilidad del débil y donde la fuerza del débil compense la fragilidad de los poderosos”.

“Sabemos que los hombres y las mujeres de hoy en día necesitan encontrar en su camino personas profundamente humanas y fraternas que les dan esperanza para el futuro! El Papa Francisco quiere que los cristianos sean esas personas, y quiere que la Iglesia anuncie, testimonie y aporte alegría, como ha repetido en la Exhortación apostólica Evangelii Gaudium, que puede ser vinculada idealmente a la carta que escribió siendo arzobispo de Buenos Aires, a sus fieles con motivo de la apertura del Año de la Fe. Desde las primeras líneas hablaba de una Iglesia cuyas puertas estuviesen abiertas, símbolo de la luz, la amistad, la alegría, la libertad y la confianza. Y, al concluir el Año de la Fe y escribiendo a la Iglesia universal, el Papa reafirmaba su convicción de querer una Iglesia menos preocupada por reforzar sus fronteras y más por crear encuentros y comunicar la alegría del Evangelio”.

“Para los cristianos, esta alegría tiene su fundamento en la persona de Jesús cuyo nacimiento celebramos dentro de unos días. ¡Que la alegría y la paz ayuden a vuestros pueblos a crecer y avanzar hacia un futuro mejor!”.

Fuente: Vatican Information Service

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Comentarios
0 comentarios en “«Tratamos de construir una humanidad donde la fuerza de los poderosos compense la debilidad del débil y donde la fuerza del débil compense la fragilidad de los poderosos”
  1. El Secretario de Estado del Vaticano, Mons. Pietro Parolin, aún cuando se está dirigiendo al cuerpo diplomático, ya habla como el Papa Francisco: «la fuerza de los poderosos compense.. y la fuerza del debil..». Un verdadero galimatías, que pretende decir algo interesante y acaba por decir muy poco, ó es que él se lo cree? ¿Que diría Jesús de este lengüaje..?

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