El Papa visita una parroquia para administrar los sacramentos

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En el día de ayer el Papa Francisco visitó la Parroquia San Cirilo de Alejandría, en su diócesis, para administrar los Sacramentos del Bautismo, Confirmación, Penitencia y Eucaristía.

A su llegada a la parroquia, situada en el barrio Tor Sapienza, en la parte este de la ciudad de Roma, el Papa deseó encontrarse con los enfermos y los niños que se preparan para la Primera Comunión, también con los padres y los niños bautizados y los jóvenes que recibirán el Santo Crisma.

Después el Pontífice confesó él mismo a algunos fieles de la parroquia, y a las las 6 p.m. el Santo Padre presidió la liturgia eucarística durante la cual, impartió el Sacramento de la Confirmación a algunos jóvenes.

Junto al Papa Francisco concelebraron el Cardenal vicario de Roma, Agostino Vallini; el Obispo auxiliar del sector este de la Diócesis de Roma, Mons. Giuseppe Marciante; el párroco de San Cirilo de Alejandría, don Marco Ridolfo; y el anterior párroco don Marc Benazet.

En su homilía, Francisco recordó la lectura de Isaías que habla del camino que nos lleva al Monte del Señor. «Ese monte -dijo el Papa- es el encuentro con Jesús, que nos ama y que ha dado la vida por nosotros». Y precisó que entretanto «a Jesús lo encontramos siempre, todos los días: en la oración, en los sacramentos, en el bautismo» y también «en la confirmación y la comunión». Advirtió del peligro que la Confirmación se transforme en el «sacramento del adiós» después del cual uno se aleja de la Iglesia. «¡No debe ser así!» dijo. Y reiteró: «La vida es un camino que lleva a Jesús y cuando este camino no lleva a Jesús no es un camino cristiano». El santo padre recordó también que «ir hacia Jesús significa pedirle que perdone nuestros pecados» y que no hay que desanimarse porque «Jesús buscaba especialmente a los pecadores». Delante del público que le escuchaba con gran atención, el papa indicó que «la vida cristiana es caminar, ir adelante, unidos como hermanos, amándose uno con los otros, para así encontrar al Señor». Y a los nueve niños a quienes impartió la Confirmación, el obispo de Roma les dijo: «A ustedes queridos jóvenes, con el sigilo del Espíritu Santo, ahora tendrán más fuerza y coraje para ir hacia Jesús». Al despedirse les dijo: «Les agradezco este espacio del camino que hemos hecho juntos, les agradezco por vuestra acogida y vuestra alegría». Y les pidió oraciones «porque las necesito». Y precisó que «si algo de la organización de esta visita les molestó, quizás algún exceso de seguridad o de miedo, sepan que no estoy de acuerdo con esto, y estoy con ustedes». “Nuestra vida es un camino que tenemos que recorrer para llegar al encuentro con Jesús. Lo más importante que le puede pasar a una persona es encontrarse con Jesús… que nos quiere, nos ha salvado y dio su vida por nosotros”, ha dicho el Papa, dirigiéndose sobre todo a los nuevos confirmados. “Podemos preguntarnos: ¿Pero cuando encontramos a Jesús? ¿Sólo al final?: ¡No!… Toda la vida es un encuentro con Jesús, cuando rezamos, cuando vamos a misa y cuando hacemos obras buenas; cuando visitamos a los enfermos y cuando ayudamos a un pobre; cuando pensamos en los demás, cuando no somos egoístas, cuando somos amables… En estas cosas encontramos siempre a Jesús. Y el camino de la vida es éste: caminar para encontrar a Jesús”. “Acordaos siempre: la vida es un camino. Un camino para encontrar a Jesús. Al final y siempre. Un camino donde no encontramos a Jesús no es un camino cristiano… “Pero alguno me dirá -ha improvisado Francisco- tu sabes que este camino para mi es difícil, porque soy un pecador, he cometido tantos pecados… ¿cómo puedo encontrar a Jesús?. ¿Sabéis que las personas que Jesús buscaba eran sobre todo pecadores? Y ésto es lo que reprochaba la gente, las personas que se creían justas. Decían: éste no es un verdadero profeta ¡fíjate que compañía lleva! Estaba con los pecadores. Y El decía: Yo he venido para los que necesitan salud, para los que necesitan ser curados; y Jesús nos cura los pecados. Y en el camino… todos somos pecadores. E incluso cuando nos equivocamos…Jesús sale al encuentro y nos perdona. Y ese perdón que recibimos en la confesión es también un encuentro con Jesús; lo encontramos siempre”. “Y caminemos así por la vida, como dice el profeta, hasta el monte, hasta el día del encuentro definitivo. ..Esta es la vida cristiana: caminar, ir adelante, unidos, como hermanos, queriéndonos unos a otros. Sed valientes, no tengáis miedo. La vida es este camino”, ha concluido el Papa, que una vez acaba la misa, ha departido con algunos grupos de fieles para volver al Vaticano poco antes de las ocho de la tarde.

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