Con la pérdida de cardenales con derecho a voto ante un eventual Cónclave, debido a que algunos de ellos van superando la barrera de los 80 años, empiezan a crecer los rumores de un primer consistorio del Papa Francisco. Y tras los muros vaticanos parecen destacar varios candidatos con muchas papeletas. Pero con el Papa Francisco nunca se sabe. Andrea Tornielli hace un balance de cómo queda el colegio cardenalicio.
El sábado cumplió ochenta años el cardenal brasileño Geraldo Majella Agnelo, arzobispo emérito de Sao Salvador de Bahía y ex Secretario de la Congregación para el Culto Divino, como anunciamos en Infovaticana. Así, los cardenales electores que podrán participar en un eventual Cónclave son ahora 109, y el día de Navidad serán 108, porque cumplirá la misma edad el arzobispo de Colonia, Joachim Meisner.
Los que pudieron participar en el anterior Cónclave en la elección de un nuevo Papa -Francisco- después de la histórica renuncia de Benedicto XVI, eran 117. Aunque al final participaron 115 electores, debido a la renuncia de dos de ellos: el escocés Keith Michael O’Brien –acusado por pecados de «juventud»- y el indonesio Julius Riyadi Darmaatmadj.
Benedicto XVI realizó dos consistorios en 2012, en febrero y en noviembre. Parece evidente que ya tenía decidido lo que iba a anunciar el 11 de febrero del año siguiente. Por otra parte resulta sorprendente que, la mayoría, no viéramos en ese gesto un anuncio, un anticipo de lo que habría de ocurrir.
Los cardenales que perderán el derecho a entrar en un eventual Cónclave durante el próximo año serán 12. Cuatro de ellos cumplirán los ochenta años entre enero y marzo de 2014 -el ecuatoriano Raúl Eduardo Vela Chiriboga, el vietnamita Jean Baptiste Pham Minh Man y los italianos Giovanni Battista Re y Dionigi Tettamanzi. Entre enero y marzo, si no interviene antes el primer consistorio del Papa Francisco, los cardenales electores se verán reducidos a 104. Este hecho deja abierta la posibilidad a una nueva entrada de cardenales nombrados por el nuevo Papa en los próximos meses.
En la Curia hay tres prelados que ocupan puestos «cardenalicios»: el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Gerhard Ludwig Müller, el nuevo prefecto de la Congregación para el Clero, Beniamino Stella, y el nuevo Secretario de Estado Pietro Parolin. El posible nombramiento de Baldisseri, recién nombrado Secretario del Sínodo de Obispos, vendría del gesto que tuvo con él el Papa en el Cónclave de imponerle su solideo cardenalicio al secretario del mismo como promesa de ingreso próximo en el Sacro Colegio.
Todo esto, tendría un final evidente con cualquier Pontífice. El nombramiento de estos cuatro hombres que ocupan puestos que siempre han sido de «cardenales». Pero amigos, con el Papa Francisco nunca hay que dar algo por supuesto. ¿Enviará otro gesto a los miembros de la Curia y del episcopado haciendo ver que un buen puesto no garantiza el capelo cardenalicio? ¿Romperá ese otro «carrerismo» que no es otro que la lucha por un asiento en el Colegio cardenalicio? Tarde o temprano saldremos de dudas, si Francisco finalmente convoca el primer consistorio de su pontificado.
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No puedo todavía creer que el arzobispo Baldisseri llegue a nombrarse cardenal tan temprano; no tiene sentido.
Hace solo semanas (¿cuántas, dos?) que se trasladó al secretariado del Sínodo de obispos desde aquel de la congregación para los obispos, y siendo durante todo eso secretario del Colegio cardinalicio–por cual razón «recibió» el solideo escarlata del antiguo cardenal Bergoglio; sí, es la tradición, pero no se requiere con tanta rapidez como seguirla en aquel proto-concistorio franciscano.
Entonces, hacerle tal transferencia y pues nombrarlo cardenal pocos meses después–lo que ya no va con sus puestos actuales–eso daría más trabajo a la congregación relevante – ¡pobre cardenal Ouellet! No importa que se tratara de su ex secretario…