«No se me ocurriría renunciar al consejo de una persona así. Estaría loco.»

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BENEDICTO-BERGOGLIO-CONTRINCANTES-COMPANEROS-PONTIFICIOS_IECIMA20130313_0060_7 Jorge Milia, amigo y alumno de Bergoglio, cuenta en un artículo su reciente conversación telefónica con el Papa Francisco. El papa le habló de las dificultades que enfrentó para poner sus propias normas, y de su relación con el Pontífice Emérito. «He tenido un privilegio y por eso quiero compartirlo con los que sabeis apreciarlo, porque el bien, cuando se disfruta con más gente, se multiplica.» comienza diciendo Milia en su artículo. «Doce páginas. Una carta de doce páginas «– se quejó Francisco, jocosamente, refiriéndose a una carta que le había escrito su amigo. «Le dije que había empezado a leer la encíclica Fidei lumen y se negó a anotarse méritos personales. Comentó que Benedicto XVI había hecho la mayor parte de la obra, que era un pensador sublime, ignorado por la mayoría de la gente.» «Hoy estuve con el viejo , el viejo ... – le ha llamado así, con un toque argentino, con ese carácter cariñoso que le damos a la palabra viejo – charlamos mucho, para mí es un placer intercambiar ideas con él. » Francisco-reune-primera-Benedicto-XVI_TINIMA20130323_0386_5 Y dice Milia que de verdad, que cuando habla de Ratzinger lo hace con gratitud y ternura. Lo compara con la sensación de quien ha encontrado a un viejo amigo, un antiguo compañero de clase, de los que aparecen de vez en cuando, o alguno de un curso más avanzado, del que has aprendido tantas cosas… «No te puedes imaginar la humildad y la sabiduría de este hombre» – Le dijo el Papa a su antigo alumno. «Entonces mantenlo cerca …» le respondía Milia. «No se me ocurriría renunciar al consejo de una persona así. Estaría loco.», dijo, refiriéndose a Benedicto XVI «Le dije que la diferencia entre ellos dos es que a Francisco la gente que lo vio más humano, que lo podía tocar, podía hablare …» «¿Y por qué no? Claro, yo debería poder hacerlo! Es mi deber escucharlos, consolarlos, orar con ellos, darles la mano, para que sientan que no están solos … «, pero le aseguró que no era fácil conseguir que lo aceptaran muchos de los que rodean al Papa. Y luego repitió: «No fue fácil, Jorge, aquí hay muchos «maestros»del Papa y con muchos años de servicio a sus espaldas.» 129727_md Luego comentó que cualquier cambio que introdujo le había costado esfuerzo (y, supongo, enemigos …) Entre estos esfuerzos, lo más difícil era el no aceptar que le gestionasen la agenda. Por esta razón, no quería vivir en el palacio apostólico, porque muchos Papas han terminado por convertirse en «prisioneros» de sus secretarios. «Yo decido a quién ver, no lo deciden mis secretarios … A veces no puedo ver a quien yo querría, porque tengo que ver a quien  me piden que vea.» Como siempre preocupado por la situación de su país, Argentina, no podía creer que le faltaba el trigo para hacer el pan. Recordaba, como una paradoja, aquellos versos que dicen:. «No se puede morir de hambre / en la tierra del pan bendito» Él asintió con cierta amargura, pero no dijo nada más. Termina la anécdota de su amigo: «Al final me pidió, como siempre, que rezara por él. Para ser honesto, todavía estábamos hablando y no quería ser yo quien finalizara la conversación finaliza cuando, de repente, dijo: – Bueno, nos vemos, o más bien, nos leemos. Adios. Se bueno … y ruega por mí

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