Justin Francis Rigali es un Cardenal y Arzobispo emérito de Filadelfia, Estados Unidos.
El cardenal Justin Francis Rigali, arzobispo emérito de Filadelfia (EE.UU.), nació el 19 de abril de 1935 en Los Angeles, California, EE.UU.
Fue ordenado sacerdote el 25 de abril de 1961 y tiene un doctorado en derecho canónico.
La trayectoria de Justin Francis Rigali
En 1964 entró en el Departamento de idiomas de la Secretaría de Estado del Vaticano, de la que fue nombrado director en 1970, después de servir en la Nunciatura Apostólica en Madagascar (1966-1970). Trabajó como traductor de Inglés para el Papa Pablo VI, a quien acompañó a varios países. También se desempeñó como profesor en la Pontificia Academia Eclesiástica.
El 8 de junio de 1985 fue nombrado arzobispo titular de Bolsena y fue ordenado sacerdote el 14 de septiembre de 1985. Al mismo tiempo, fue nombrado Presidente de la Pontificia Academia Eclesiástica. A partir de 1985-1990, ocupó varios puestos del Vaticano y fue nombrado secretario de la Congregación para los Obispos el 21 de diciembre de 1989 y poco después, el 2 de enero de 1990, Secretario del Colegio Cardenalicio.
El 25 de enero de 1994 fue nombrado Arzobispo de Saint Louis, Missouri. El 15 de julio de 2003 fue nombrado Arzobispo de Filadelfia. Su renuncia fue aceptada el 19 de julio de 2011. En la Curia es miembro de las Congregaciones para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos y para los Obispos; es miembro del Comité Vox Clara y de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica.
Cuando salió elegido presidente George Bush en 2004, en una carta felicitándole le dirigió unas peticiones «Le pido al Presidente que permanezca firme en la defensa de los valores tradicionales de la familia y en el reconocimiento de que existe el matrimonio sólo entre un hombre y una mujer. Es mi esperanza en el futuro que el gobierno de los Estados Unidos proteja a los no nacidos, asegure compasión por los pobres y necesitados, buscando justicia para los oprimidos y trabaje sin descanso por la paz mundial».
Escándalo de abusos sexuales en su diócesis
Sobre un escándalo de abusos sexuales en su diócesis se manifestó de la siguiente forma:
El cardenal Rigali ha sido un firme defensor del «no nacido», oponiéndose de pleno a la política del presidente Obama en este asunto. Defendió la protección de la mujer embarazada con insistencia y animó a que se creara una ley que la asegurara.
Sobre las ideas promovidas por pequeños sectores católicos en favor de aceptar la homosexualidad dijo que se trataba de una «aberración» para justificar «la conducta homosexual y peor, el matrimonio homosexual». «La Iglesia acepta a las personas tal como son», dijo. «Jesús dice que la iglesia es como una red, se tira en todo el mundo, todo el mundo pertenece a la iglesia, hay pecadores, hay santos, hay personas con ideas equivocadas. Pero la Iglesia sigue proclamando lo que Jesús enseñó».
«No hay lugar en la Iglesia para la aceptación de las ideas aberrantes», dijo. «Hay espacio en la iglesia para aceptar, entender y amar a las personas sean quienes sean. No les diga que lo que están defendiendo es correcto, no lo justifique. Eso es muy diferente. Eso es totalmente, totalmente diferente».
En un Congreso Eucarístico celebrado en Canadá, el cardenal Rigali resaltó la importancia de estar «limpio» a la hora de comulgar «San Pablo nos dice que cualquier persona que recibe la Eucaristía debe estar preparado (…) Las únicas personas que van a comulgar son personas que creen todo lo que creemos» afirmó el cardenal americano. «Tenemos que aceptar las enseñanzas sobre el cuerpo de Cristo y tenemos que aceptar la enseñanza del cuerpo de Cristo que es la Iglesia, para ser totalmente digno», dijo.
La espiritualidad del Cardenal
Dijo que la principal responsabilidad de la persona era examinarse a sí mismo delante de Dios con respecto a su dignidad para recibir la comunión, y añadió que «obviamente, la Iglesia tiene la obligación de salvaguardar la Eucaristía en contra de los abusos (…) «Eso es lo que le decimos a todo el mundo – que tiene que estar en estado de gracia».
Cuando Benedicto XVI dijo que la Misa según el Misal Romano de 1962 -rito extraordinario- promulgado por el beato Juan XXIII, debía estar disponible para aquellos que lo prefirieran, el cardenal Justin Francis Rigali dijo que los seminaristas debían aprender a decirlo. Por tanto se puso manos a la obra e impulsó en su diócesis que los sacerdotes y seminaristas aprendieran a celebrar el rito extraordinario.
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