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Actualidad y vigencia de la Rerum Novarum

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AutorCONCENTRACIÓN DE LA RIQUEZA: Brutalidad e Inhumanidad del Nuevo Orden Mundial   Informes de organizaciones mundiales insospechadas de anticapitalismo ponen en evidencia la voracidad y rapacidad de la elite financiera mundial, la cual está depredando y robándose las riquezas del mundo en exclusivo beneficio propio. Ante esta perspectiva, se torna actual e imperiosa la necesidad de implementar políticas nacionales e internacionales que pongan en práctica las enseñanzas de la Doctrina Social de la Iglesia, para poner freno y producir un cambio absoluto de rumbo a este proceso de concentración inhumano y asesino.  

  1. A) Un reciente informe de la organización internacional OXFAM, de origen británico[1], da a conocer la brutal e inhumana concentración de la riqueza a escala global que se está dando en forma paulatina, incesante y en aumento[2].

Los datos no están tomados en forma subrepticia o en fuentes clandestinas, sino que son datos oficiales tomados de la revista Forbes y de los informes anuales que elabora el banco Credit Suisse. Entre otras cosas, el informe mencionado revela que:

  1. desde el año 2010, “el 1% de los individuos más ricos del mundo ha incrementado su participación en el conjunto de la riqueza a nivel mundial”: el 1% más rico posee el 48% de la riqueza mundial, mientras que el 99% restante posee el 52%.
  2. de este 52%, la totalidad del mismo está en manos del 20% más rico de la población mundial, mientras que el 80% restante posee sólo el 5,5% de la riqueza mundial.
  3. de mantenerse esta tendencia, en sólo dos años, en el 2016, el 1% más rico de la población poseerá más del 50% de la riqueza mundial.
  4. Estos datos indican que 80 personas poseen la misma riqueza que el 50% más pobre de la población mundial, es decir, 80 personas poseen la misma riqueza que 3.500.000.000 de personas. Pero en el año 2010 eran 388 personas las que igualaban en riqueza al 50% más pobre de la población mundial.
  5. Hay que tener en cuenta que en el año 2000 el 2% de los individuos más ricos del mundo poseía el 48% de la riqueza mundial[3].
  6. Los sectores financieros y de seguros constituyen la fuente de riqueza más habitual y del incremento de la misma[4].
  7. Las actividades de lobby que desarrollan los más ricos del mundo tienen como objetivo influir sobre cuestiones presupuestarias y fiscales, que en general socavan el interés general, en la medida que “una reducción de la contribución fiscal de las empresas se traduce en una disminución de los recursos disponibles para financiar servicios públicos básicos”[5].

  Tan brutal es este proceso que la organización Oxfam va a presentar este mismo informe en la Conferencia de Davos que se celebrará a fines de este mes de enero en esa localidad suiza. León XIII-Rerum Novarum

  1. B) Pero este proceso de concentración no constituye un “daño colateral” o un “efecto no deseado”. Muy por el contrario, constituye su gran talón de Aquiles. Ésta es la enseñanza que nos deja la historia, cuando nos muestra que sobre todo a partir de la Revolución Industrial –a mediados del siglo XVIII- el capitalismo se caracterizó por ser un sistema de producción de bienes y riqueza en grado superlativo, pero con la incapacidad de distribuir los mismos.

Es por eso que ya a comienzos del siglo XIX, en paralelo con la reacción socialista, comienzan principalmente en Francia (Sociedad de san Francisco Javier, Federico Ozanam, Lammenais, Buchez, Alban de Villeneuve-Bargemont), en Alemania (Monseñor Joseph von Kettler, Adolf Kolping, Shorlemer-Alts, Alfred Huffer, etc.), en Estados Unidos (cardenal James Gibbons) e Inglaterra (cardenal Henry Edward Manning) las reacciones contra esta injusticia capitalista a través del llamado catolicismo social. Esta reacción se desarrollará a lo largo de todo el siglo XIX. Todas estas iniciativas del catolicismo social encontrarán su cauce en la sistematización de la enseñanza social de la Iglesia Católica, comenzada con la redacción de la encíclica Rerum novarum, por el papa León XIII. Los datos puestos de relieve en ésta última confirman la actualidad que posee el diagnóstico efectuado por el mencionado pontífice, a fines del siglo XIX, ya que en ella denuncia entre las “cosas nuevas” que se presentan en ese momento histórico a “la acumulación de las riquezas en unos pocos y el empobrecimiento de la multitud”, en el contexto de la destrucción de los antiguos gremios de obreros y la desprotección a la que éstos se veían sometidos, la secularización de las instituciones y de las leyes públicas, la voraz usura y la concentración de la producción y el comercio en muy pocas manos[6]. Que ya entrados en el siglo XXI vivamos, empeorada, la injusta situación económica-social que padecen los pueblos del mundo en su conjunto muestran que, a pesar de los logros materiales obtenidos, la humanidad ha retrocedido y empeorado desde el punto de vista moral-espiritual, al no haber podido solucionar los graves problemas planteados por un sistema económico-político que produce riqueza y avances tecnológicos a más no poder, pero que no ha sido capaz de distribuir esa riqueza y avances generados. En otros trabajos hemos mostrado el contexto en el que se produce la actual concentración de la riqueza: el ejercicio fáctico de un Único Gobierno Mundial, que implica la globalización económica (el mundo como una única unidad productiva), el debilitamiento de los Estados-Nación y su reemplazo por la soberanía supranacional de una elite de intelectuales y de banqueros mundiales (tal como lo explicitó David Rockefeller en junio de 1991), el sincretismo cultural-religioso (una religión cósmica-universal para reemplazar las distintas confesiones de fe y creencias y sus respectivas culturas), la ONU como sistema supra-nacional para imponer las políticas sociales, económicas, culturales que permitan el dominio político del mundo por parte del Poder Financiero transnacional (con el objetivo a largo plazo de transformarse en un único gobierno mundial), la instauración del holocausto demográfico y el invierno demográfico provocado por el mismo (control de la natalidad), la promoción del conflicto ideológico «Izquierda vs. Derecha», como pantalla y velo que sirve para ocultar el dominio político imperialista y neo-colonial sobre los pueblos y naciones formalmente soberanos. En última instancia, se trata de un proceso de secularización de la vida social y pública de los pueblos, en la que la economía financiera –el dinero- se convierte en el dios supremo de la vida de los hombres y en la dimensión a la que se someten las otras dimensiones de la vida humana. Es por eso que la Doctrina Social de la Iglesia sigue teniendo permanente vigencia, hoy más que nunca, y sus postulados humanistas constituyen la única posibilidad que tiene la humanidad de poder vivir una vida digna en la tierra, en la que cada hombre y todos los hombres puedan volver a ejercer la soberanía sobre el conjunto de la creación, a la que están llamados por vocación divina. [1] Fundada en 1942 en la ciudad de Oxford (Inglaterra) por la Sociedad de los Amigos o Cuáqueros. [2] “Riqueza: tenerlo todo y querer más”, Informe temático de OXFAM, enero de 2015. Documento redactado por Deborah Hardoon, publicado por Oxfam GB para Oxfam Internacional (ISBN 978-1-78077-800. [3] James B. Davies, Susanna Sandstrom, Anthony Shorrocks, and Edward N. Wolff, The World Distribution of Household Wealth, UNU-WIDER, Helsinski 2006. [4] Los individuos más ricos son, entre otros, Warren Buffet y Michael Bloomberg (Estados Unidos), Príncipe Alwaleed bin Talal Alsaud (Arabia Saudita), George Soros (Estados Unidos), Joseph Safra (Brasil), Luis Carlos Sarmiento (Colombia), Mikhail Prokhorov (Rusia), etc., en “Riqueza: tenerlo todo y querer más”…, p. 5. [5] “Riqueza: tenerlo todo y querer más”…, p. 9. [6] León XIII, Rerum novarum (1891), n. 1.

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