Impresionante testimonio de una gran mujer

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FB_IMG_1458166218046 Del facebook de amigos de Irak Queridos Todos: Les comunicamos que el Padre Luis Montes ha interrumpido sus charlas en España debido al fallecimiento de su madre. María Michnowicz de Montes, madre de 7 hijos, había ingresado a la vida religiosa tiempo después de enviudar, tomando el nombre de María Matka Boska (María Madre de Dios, en polaco, en referencia a su origen). Su vida había florecido en 3 hijos sacerdotes, misioneros del IVE en Ucrania y en Irak; un hijo voluntario en la misión de Egipto; 2 casados –que le dieron 10 nietos-; y otro hijo que apenas nacido había partido al Cielo. A todos ellos dedicó su vida, sin ahorrar sacrificios ni renuncias. Y ya en la vejez, decidió entregarlos a Dios en el silencio y la oración. Se encontraba por aquel tiempo en Egipto, haciendo un año de voluntariado, cuando pidió ingresar al Instituto. Tuve el enorme privilegio de recibirla como “novicia”. Y aunque yo era su “maestra”, de ella aprendía. Inteligente e ingeniosa, tan normal y tan virtuosa. Tenía la humildad de un principiante y la sabiduría de un grande. Pasaba horas leyendo y pasábamos horas conversando. Me acompañaba en mis viajes y aliviaba mis penas. Era mi hija en la vida religiosa, y mi madre a la vez. Su frágil salud le impidió seguir en la misión y fue destinada entonces a Argentina, donde pasó varios años dedicada a la atención de la farmacia de nuestros Hogares de Misericordia. Hoy, con 83 años partió de este mundo. Nos dejó el dolor de su ausencia, y el consuelo de su santidad. En setiembre de este año iba a realizar su profesión perpetua, pero prefirió celebrarla en la Gloria, con su esposo terreno, a quien amaba tanto, y con su Esposo Celestial. Querida Matka: ¡Ya llegaste! Ahora podemos pedirte que intercedas, que consueles el corazón de tus hijos carnales y espirituales. Y nos consigas aquello que durante tu vida fue tu único desvelo, la salvación de nuestras almas. Tu hija H. María de Guadalupe  

Comentarios
0 comentarios en “Impresionante testimonio de una gran mujer
  1. Por sus frutos los conoceréis: más que claro.

    Acompañemosla con nuestra humilde oración y encomendemosnos a su intercesión!

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