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Aborto en Chile

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La aprobación del proyecto de ley de aborto en una etapa legislativa más —faltan todavía el Senado y el recurso al Tribunal Constitucional— es un síntoma más del derrumbe del espíritu cristiano en Chile y de la orfandad de los fieles. Aunque los Obispos siempre han sido claros en esta materia y han hablado con claridad ante el escándalo de hace dos días —tantos católicos dando su voto a una permisión de matar inocentes—, la realidad cotidiana de la Iglesia en Chile es, como en casi todo el mundo occidental, de apostasía de la fe y de las costumbres cristianas, que está en la raíz de lo que más tarde pueda pensarse y hacerse en materia de aborto. El aborto legal es el epifenómeno de la pérdida de la fe y de la razón, de la crisis interna de la Iglesia católica. Lo que es el alma para el hombre, eso es la Iglesia para el mundo (cf. Carta a Diogneto). Sin embargo, en esta Sodoma hay diez justos: hay grupos de jóvenes (y algunos viejos) que seguirán dando la batalla. La misión del Gran Inquisidor es mostrar, no obstante, que sin la conversión de los corazones a la fe y la vida de fe, entonces la lucha política y la argumentación racional, por necesarias que sean como causas segundas, a la postre se muestran impotentes: porque se estrellan contra la vida desordenada de las masas y de sus dirigentes. Si un cristiano lucha en la política por la buena causa, por la vida y la familia o por la disminución de la miseria humana, pero vive en pecado mortal, en realidad le hace el juego al demonio. Y el cura que es cómplice con eso, por su silencio, es clerical, quiere que el cristianismo triunfe en la política, pero no salvará ni el mundo ni su alma. En paralelo al caso del aborto, la prensa ha informado sobre la casi desaparición de los seminaristas, para no decir nada de las defecciones de sacerdotes. ¿Y qué tiene que ver el aborto con el sacerdocio? Todo. San Alberto Hurtado, campeón de la justicia social cristiana en el Chile de la primera mitad del siglo XX, decía que el principal problema de Chile entonces era la falta de sacerdotes (y lo decía junto con describir las peores lacras sociales e injusticias contra los más pobres, que él mismo se esforzaba por remediar). Ahora faltan más todavía. Y el cura de Ars decía algo así: “Dejad una parroquia veinte años sin sacerdote y adorarán a las bestias… » (citado por Benedicto XVI). Pues ahí tenemos: adorando bestias, asesinando niños, corrompiendo menores… todo legal. España lo sabe mejor.

Comentarios
0 comentarios en “Aborto en Chile
  1. Es la mala formación de los cristianos, o la ausencia de ella, incluyendo la de los laicos y un significativa porción del clero católico chilense, obispos incluidos.

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