Más sobre la Doctrina Social y el catecismo.

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No todos opinaron igual

La doctrina social de la Iglesia no es dogma de Fe. Sí son dogmas o principios fundamentales la doctrina sobre la que se apoya: amar al prójimo como a uno mismo, por ejemplo.

A lo largo de los años ha habido fuertes cambios de postura en la Doctrina Social: Por ejemplo, la encíclica Quadragesimo Anno de Pío XI prohíbe las huelgas (94), mientras que Juan Pablo II en Laborem Exercens exige que los trabajadores tengan asegurado el “derecho a la huelga” sin sufrir sanciones. (20. Importancia de los sindicatos). Está claro, repito, que no son dogmas de Fe, y aunque ciertas disposiciones falibles haya que seguirlas con espíritu de obediencia religiosa, no exigen el asentimiento de la Fe (según el catecismo, que dice a conciencia «espíritu de obediencia» en vez de «obediencia», y sabiendo hasta dónde llega la obediencia religiosa, siempre ilegítima según la Iglesia si contradice un dogma o una normal moral fundamental).

El catecismo por su parte tampoco es infalible, aunque las enseñanzas que sean infalibles o fundamentales explicadas en el mismo sí lo sean. Por ejemplo, cuando el catecismo explica que María nunca tuvo pecado, eso es un dogma, pero cuando dice que el canto y la armonía en liturgia «es tanto más expresivo y fecundo cuanto más se expresa en la riqueza cultural propia del pueblo de Dios» (1158), entonces no lo es, sino que solamente refleja la línea que está tomando la Iglesia en liturgia desde el Vaticano II expresada en la constitución Sacrosactum Concilium.

Un comentarista amablemente nos envía un pasaje del catecismo sobre doctrina social: 

2425 La Iglesia ha rechazado las ideologías totalitarias y ateas asociadas en los tiempos modernos al “comunismo” o “socialismo”. Por otra parte, ha rechazado en la práctica del “capitalismo” el individualismo y la primacía absoluta de la ley de mercado sobre el trabajo humano (cf CA 10. 13. 44). La regulación de la economía por la sola planificación centralizada pervierte en su base los vínculos sociales; su regulación únicamente por la ley de mercado quebranta la justicia social, porque “existen numerosas necesidades humanas que no pueden ser satisfechas por el mercado” (CA 34). Es preciso promover una regulación razonable del mercado y de las iniciativas económicas, según una justa jerarquía de valores y con vistas al bien común.

Me parece muy apropiado. Solo unas puntualizaciones, partiendo del preámbulo arriba explicado.

  1. Noten la diferencia entre «la Iglesia ha rechazado las ideologías totalitarias […] comunismo o socialismo» al «ha rechazado EN LA PRÁCTICA DEL capitalismo…» O sea, que en sí no rechaza el capitalismo, sino que rechaza de la práctica del capitalismo ciertas cosas, lo cual también implicaría que si un empresario o un sistema capitalista pensase en los demás o valorarse el trabajo humano, sería legítimo.
  2. Esto nos lleva a pensar que un capitalismo que elevase el nivel de vida de las personas más humildes, que elevase el nivel de vida del prójimo, que no fuese egoísta para unos pocos sino que beneficiase a todos, sería legítimo.

El juicio a una entidad o sistema no es dogma de Fe. Sí los principios fundamentales que llevan a realizar un juicio, errado o no. Es decir, si acusas de pecados objetivos a alguien, esos pecados lo son, pero si éste no los ha realizado, es inocente, como le ocurrió a San Pío de Pieltrecina a pesar del juicio que de él hizo San Juan XXIII.

En el caso de un sistema político, éste quedaría absuelto, en base a lo aducido en el catecismo:

  1. Si se entiende que el capitalismo no es individualismo sino pura colaboración de todos.
  2. Si se entiende que el fin de los que defienden el capitalismo no es el individualismo como sinónimo de egoísmo sino precisamente esperar mayor prosperidad en todos, incluyendo a las capas más pobres.
  3. Si se ve que la ley del mercado no es un ente impersonal que lucha contra el trabajo humano, sino la propia demanda humana de cubrir sus necesidades (valga el humor, Trueba no nos puede exigir ver su última película si no nos interesa, por mucho que haya trabajado).
  4. Si se entiende que el capitalismo no prohíbe la caridad ni impide cubrir necesidades humanas.
  5. Si se entiende que aún mejor que recibir limosna es trabajar cubriendo las necesidades que demanda el prójimo.
  6. Si se entiende que regular el bien común, como en casi todos los países donde hay exceso de regulaciones, suele provocar el efecto contrario, y que no querer regularlo puede ser considerado como búsqueda del bien común, creyendo que además se atiende así al pueblo al detalle, es decir, individuo por individuo, partiendo de la demanda y oferta que cada cual haga, sin alteraciones.
  7. Si se entiende que no hay ni puede haber un capitalismo o liberalismo absoluto, entre otras razones porque para que se cumplan los acuerdos entre las personas éstos necesitan moneda y Estado que la defina, así como leyes, jueces y policía independientes que protejan derechos y solucionen conflictos (con mayor o menor acierto), lo que incluye el buen término de los contratos.

Digo «si se entiende». Aquí cada cual puede opinar y estar equivocado. Es lo que ocurre con los asuntos que no son dogma de Fe. 

Comentarios
2 comentarios en “Más sobre la Doctrina Social y el catecismo.
  1. Un comentario que no está directamente relacionado con lo que decís, solo lo amplía:
    1) A medida que la Iglesia y el Imperio fueron perdiendo fuerza como ideas universales en occidente, con el surgimiento de los estados nacionales (fines de los años 1200, por decir algo), fueron surgiendo nuevas prácticas económicas que configurarían el futuro capitalismo: el préstamo con interés por ejemplo.
    2) El actual capitalismo y la teoría que lo sustenta hunde sus raíces en el protestantismo, y en muchos aspectos. Los teólogos saben mas de eso que yo, claro. 😀

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