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¿El «Trucho» autor en la sombra de Amoris Laetitia?

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http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/1351303?sp=y

Ni el individuo podía llegar a más ni un escrito papal a menos.

Comentarios
19 comentarios en “¿El «Trucho» autor en la sombra de Amoris Laetitia?
  1. con bergoglio como papa, el magisterio pontificio, que era de alta calidad, ha sufrido una horrenda e impensable degradación, ya que el magisterio de bergoglio ademas del plagio se ha caracterizado por su pésima calidad, su vulgaridad chocante, su incoherencia absoluta y su ambigüedad calculada. por ende un magisterio para ignorar y olvidar.

    postdata; “el teólogo Victor Manuel Fernández“; teólogo? a duras penas ese lamezapatos ignorante sabe decir y escribir burradas.

  2. El comentarista que se pone Rafael para devaluar el escrito y desacreditar a su autor Sandro Magister torticeramente argumenta como si la motivación fuera la llamada a la autoridad de San Pablo en citas primero por Fernández y después por Bergoglio papa-obispo de Roma. Para ahondar más el rejonazo infame imputa a magister hacer trampa con los documentos del Papa, así en plural cuando sabe bien que fue apartado de la información directa del Vaticano por haber publicado anticipadamente su periódico un documento embargado hasta fecha determinada.
    En el Vaticano los curiales engominados y carrasposos le tenían ganas por ser un periodista católico, profesional independiente que no se somete a las conveniencias de los suseñores con gualdrapas o puestos de hombrecitos postureros. La ocasión la pintan calva y arremetieron contra Magister, pero este periodista es más honorable y fiable que todos los Joaquines juntos imaginables dentro y fuera del Vaticano imperioso.
    Sigue impertérrito en su profesión dando testimonio practicamente en solitario de su catolicidad acendrada y bien combatida.

  3. Otra vez he conseguido abrirme paso entre la acosadora selva publicitaria. ¡Válgame el bendito cielo, qué escándalo! ¿Hasta dónde vamos a llegar? El Papa cita pasajes de Encíclicas de Juan Pablo II y de autores como Santo Tomás que ya las había citado el teólogo Victor Manuel Fernández. Esto es la debacle. Menos mal que tenemos a Sandro Magíster, perseguido por hacer trampa a todos con los documentos del Papa. Que los tecnócratas de la religión se hagan cargo del Vaticano, que esos sí saben lo que hay que hacer.

  4. continúo…

    Alguien podría benévolamente pensar que al fin y al cabo lo único que se ha hecho es traducir al latin las primeras palabras de la exhortación, se haya redactado ésta en español o en italiano. Pero esto contraviene totalmente la constante costumbre vaticana de denominar el documento con las exactas palabras iniciales del idioma en el que originalmente fue escrito.

    Y así tenemos por ejemplo la «Mit brennender sorge», la encíclica de Pio XI contra el nazismo, así denominada porque fue escrita originalmente en alemán y esas eran su palabras (alemanas) iniciales.
    Ver este enlace: http://w2.vatican.va/content/pius-xi/es/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_14031937_mit-brennender-sorge.html
    Obsérvese que carece de versión latina en la página oficial del vaticano.

    E igualmente tenemos el caso de la «Non abbiamo bisogno», la encíclica de Pio XI contra el fascismo, así denominada porque fue escrita originalmente en italiano. También carece de versión latina.
    Ver este enlace: https://w2.vatican.va/content/pius-xi/es/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_19310629_non-abbiamo-bisogno.html

    Por todo ello, decir «Amoris laetitia» parece una fatua pretensión; y además nos deja a oscuras sobre cuál sea el idioma de referencia.

  5. Tengo un par de preguntas sobre la exhortación post-sinodal, por si alguien me pudiera contestar

    1º.- ¿Por qué la «Amoris laetitia» se llama «amoris laetitia»?
    – Sabido es que los principales documentos de la Iglesia y en especial los pontificios acostumbran a denominarse con las dos (o tres) primeras palabras de su texto, que está escrito en latín por ser el idioma oficial de la Iglesia. Y así tenemos la «Lumen Gentium» o la «Gaudium et Spes».
    – Sin embargo, no existe versión latina de la «Amoris laetitia» como puede comprobarse fácilmente en este enlace: http://w2.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhortations.index.html
    En cambio sí existe versión latina de la otra exhortación del papa Francisco, la «Evangelii Gaudium», como se ve en el mismo enlace.
    Al no existir texto latino, denominarla «Amoris laetitia» parece una incongruencia. Comprendo perfectamente que el «Trucho» no haya caído en la cuenta, pero ¿no hay nadie ahí que lo advirtiera?. Además, la exhortación se demoró varios meses ¿no podía haberse esperado algún día más para traducirla al latín? ¿se omitió el latín con alguna especial intención?

    2º.- Al no existir texto latino, surge la duda sobre cuál deba ser el texto de referencia, para resolver las dudas que pudieran ofrecer pasajes de redacción compleja o de difícil interpretación. Yo hasta ahora, confieso que sin haberlo reflexionado mucho, daba por principal el texto en lengua española porque prácticamente es el único idioma que domina Francisco. Pero en algún sitio he leído (ahora no recuerdo donde) que el texto de referencia debe ser el que está en lengua italiana.
    – Además existe otro motivo de preocupación; parece ser que hay alguna discrepancia relevante en algún pasaje entre el texto español y el texto italiano. ¿Cuál debe tomarse pues como texto de referencia?

  6. ¿Acaso es una sorpresa? no es necesario ser un espía ni estar infiltrado dentro del Vaticano para saber que, actualmente, el Papa ya no controla la Iglesia.

  7. Escribe Sandro Magister:
    «Son los párrafos del capítulo octavo; de hecho, abren el camino a la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar.

    Que el Papa quería llegar a esto, es algo que es evidente para todo. Era algo que ya hacía cuando era arzobispo de Buenos Aires.
    Fernández era profesor de teología en la Universidad Católica Argentina de Buenos Aires.

    En esa misma universidad se llevó a cabo en 2004 un congreso teológico internacional de profundización de la «Veritatis splendor», la encíclica de Juan Pablo II «sobre algunas cuestiones fundamentales de la enseñanza moral de la Iglesia», decididamente crítica de la ética «de la situación», la corriente laxista presente entre los jesuitas del siglo XVII y difundida hoy más que nunca en la Iglesia.

    Atención. La «Veritatis splendor» no es una encíclica menor. En marzo de 2014, en uno de sus raros y muy meditados escritos como Papa emérito, Joseph Ratzinger, al indicar las encíclicas a su juicio «más importantes para la Iglesia» de las catorce publicadas por Juan Pablo II, primero citó cuatro, con pocas líneas para cada una, pero después añadió la quinta, precisamente la»Veritatis splendor», a la que dedicó una página entera, definiéndola «de inmutada actualidad» y concluyendo que «estudiar y asimilar esta encíclica sigue siendo un deber grande e importante».

    En la «Veritatis splendor» el Papa emérito ve que se devuelve a la moral católica su fundamento metafísico y cristológico, el único capaz de vencer la deriva pragmática de la moral corriente, «en la que ya no existe lo que es verdaderamente mal y lo que es verdaderamente bien, sino sólo lo que desde el punto de vista de la eficacia es mejor o peor».

    Pues bien, ese congreso del año 2004 en Buenos Aires, dedicado en particular a la teología de la familia, se movió en la misma dirección trazada después por Ratzinger. Y fue precisamente para reaccionar a ese congreso por lo que Fernández escribió los dos artículos citados, prácticamente en defensa de la ética de la situación»..
    Este tipo, catapultado a arzobispo como primera providencia del papa Bergoglio y pronto a cardenalicio, fue el amanuense redactor del Documento de Aparecida. Es un revoltijo ideológico transido de talmudismo rabínico cocinado en la amistad de sangre con el.judaísmo argentino. Todo está en el libro “El evangelio según Francisco” del rabino Sergio Bergman, hoy Ministro de Ecología en Argentina
    Otro gran favor que debemos los católicos al gran profesional periodista católico Sandro Magister al que no pueden ver ni en pintura los francisquitas redomados.
    Escrito esclarecedor para la historia eclesiástica y de las ideas.
    Fijarse en la fotografía en la que ninguno de los dos ostenta pectoral de Jesucristo crucificado, uno de los cuales oculta hasta la simple y sola cruz que está tras ellos en el alto de la pared.

    Visionar:
    https://youtu.be/9p8_mO3D3BQ

  8. Una verdadera pena de exhortación, falta de peso y calidad en comparación con lo que suelen ser los textos papales. El que esta persona sea el autor explica todo, por él y por quíen lo escoge para hacer teología. Los documentos papales, e incluso de las CC.EE. ,suelen tener más altura y estar hechos por personas mejor formadas, o al menos y caritativamente, mejor expresadas.
    Y es de alucine teológico la referencia a la postestad pontificia , pego : «El Papa está convencido de que lo que ya ha escrito o dicho no pueda ser castigado como si fuera un error. Por lo tanto, en el futuro todos podrán repetir esas cosas sin miedo a ser sancionados». El Papa puede decir errores y más cosas. No distingue -seguro que porque no concoce» que en el campo humano , político, empresarial, etc.- un «interventor general» o similar está puesto por quien dirige (o por un Consejo) para controlar incluso al propio presidente o adláteres.
    Cuando se quiere que el Interventor no controle o diga algo, se le manda instrucciones por escrito, para justificar las «excepciones» si es que el Presidente tiene poder delegado para ello, sino no.
    El poder no es absoluto, tampoco en la Iglesia; ese poder sólo lo tiene Dios, por eso existen «controles», para hacer que se cumpla el orden. El cardenal Sarah ¿seguirá esperando el escrito revocando o cambiando los ritos e instrucciones del Jueves Santo?. A lo mejor, pero su deber -y quien está por encima de él debería estar encantado de que haga su trabajo- es solicitar se le expresen adecuadamente los cambios.
    No sé cómo serán los argentinos, seguro que serios y estupendos, pero los que conocemos dan la sensación de chapuzas y «todo es igual y da lo mismo»; puede valer para un chiringuito pero no para una organización seria. La nobleza de quien dirige se muestra, entre otras cosas, en el acatamiento de las normas e instituciones sobre las que está pero nunca para saltarselas sin más.

  9. Lo peor de todo no es que un Papa tenga sus colaboradores que lógicamente elige libremente, lo malo de este asunto es el uso torticero de la institución bimilenaria del Sínodo de los Obispos.
    Montamos la «escenita» del camino sinodal, para publicar un texto que ya estaba escrito previamente.
    Esto tiene un nombre: maltratar la colegialidad episcopal y, quizás, algo peor, desdeñar el fundamento apostólico de la Iglesia, las 12 columnas.

  10. Nada nos sorprende a quienes lo hemos tenido de cardenal primado tantos años. Dios no lo quiera, pero verán más sorpresas de este tipo.

  11. La encíclica «los alegres poliamores sodo-guays» se encargarán a la coordinadora LGTB de Roma. La realidad supera la ficción

  12. con amoris laetitia-los amores de leticia, se ha evidenciado que el mequetrefe de trucho fernandez es el ideologo y el poder detrás del trono de este calamitoso pontificado bergogliano. por ende estamos bien jodidos!
    por cierto, el padre jorge bergoglio y trucho fernandez, un dúo porteño que se caracteriza por la mas absoluta mediocridad intelectual y teológica.

  13. El teólogo de cabecera de Juan Pablo II era Joseph Ratzinger; el de Francisco, Víctor Manuel Fernández.

    Creo que está todo dicho.

  14. Puede hacer también una encíclica sobre el problema mundial de los reality shows y que se la escriba Belén Esteban de la que estoy seguro que su capacidad intelectual no es inferior a la de Trucho.
    Trucho y Bergoglio tal para cual.

  15. Pues esto, que en magisterio pontificio hemos pasado de Benedicto XVI al celebrado autor de «Sáname con tu boca. El arte de besar». Y así nos va.

  16. La próxima Encíclica papal, sobre la comida vegetariana, la escribirá Cristina Almeida. Incluirá un Anexo con recetas de cocina.

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