Un exvicario general culpable de abusos deshonestos

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http://www.revistaecclesia.com/el-obispado-de-san-sebastian-sobre-la-culpabilidad-de-un-sacerdote-del-delito-de-abusos-deshonestos/

http://www.periodistadigital.com/religion/espana/2017/01/10/munilla-expulsa-a-su-ex-vicario-general-que-admite-haber-abusado-sexualmente-de-al-menos-dos-menores-religion-iglesia-san-sebastian-mendizabal.shtml

http://www.elconfidencial.com/espana/pais-vasco/2017-01-11/iglesia-pais-vasco-abusos-sexuales_1315242/

Lo reconoce una nota del obispado de San Sebastián. El culpable es el que fue vicario general de la diócesis Juan Cruz Mendizábal. Que parece arrepentido de sus actos, según dice la citada nota, y da la impresión, puedo estar equivocado en mi interpretación, de que se quiere salvar su sacerdocio para un futuro. El que la declaración del obispado no mencione la palabra pederastia habiendo sido los tocamientos deshonestos a menores, pudiera ir también en ese propósito.

A monseñor Munilla le encomendaron una misión imposible que él aceptó sabiendo que iba al Calvario. Ya era obispo por lo que no cabe achacarle lo que que una mitra bien vale malos, en este caso malísimos ratos. Fue una aceptación generosa por su parte e incluso martirial. Su nombramiento fue rechazado por la mayoría de su clero y entre los firmantes de la protesta estaba Mendizábal. Con lo que está clarísimo de que pie cojeaba. Aunque ahora sepamos que cojeaba de los dos pies. Una joya como lo era la mayor parte del clero de San Sebastián aunque gracias a Dios los demás sólo cojearan de un pie. Cojera que se llamaba Setién-Uriartitis.

Paciencia, entrega, oración y seguramente muchas lágrimas han ido sosegando aquel infierno que hoy, aunque todavía muy problemático, no tiene la virulencia de los primeros días. Como el obispo tenía que arar con los bueyes que había, que por los gañafones que tiraban más bien parecía mihuras, ofreció a Mendizábal la vicaría general pienso que para tranquilizar de algún modo al clero que le rechazaba. Aunque cada vez fuera menos pues lo peor se iba jubilando o muriendo y los nuevos que se incorporaban, bien por nuevas, si bien escasas, ordenaciones o por regreso del exilio, estaban todos con su obispo. En el caso de Mendizábal quizá se pudiera mentar aquello de que una vicaría general bien vale una colaboración. Pero el descubrimiento de las ocultas inclinaciones del vicario echó por tierra todo.

El arrepentimiento perdona los pecados en la Iglesia y las responsabilidades penales parece que están prescritas. Uno procura huir del talibanismo y puede aceptar que si hay garantías sólidas se pueda reincorporar al sacerdocio con las cautelas que procedan. De todas formas ya lleva plomo en el ala y su vuelo posterior no puede ser alto. Si eso llegara sería una prueba más del corazón generoso del obispo.

Comentarios
12 comentarios en “Un exvicario general culpable de abusos deshonestos
  1. A mi tampco me extraña que pasen estas cosas, andan un montón de curas enfrascados en la pastoral juvenil con adolescentes, teniendo en cuenta como están esos adolescentes (a cuenta de la tele y otras cosas), esos curas no tienen ninguna prudencia se van de acampadas con los susodichos jovenes y se creen estos sacerdotes vanidosos que son inmunes a la tentación, sólo digo que el demonio es un perro rabioso atado y no conviene acercarse demasiado.
    ovenes

  2. Una verdadera pena que se haya organizado semejante escandalazo por toqueteos a tres menores de momento, aunque las informaciones no descartan que pueda haber otros muchachos que se hayan callado y ahora puedan surgir.
    Era y es un joven sacerdote emprendedor, abierto, cercano, pero de formación ya interconfesional que fue consiliario de la juventud en tiempos del vicario diocesano Pagola, el mismo que a tiempo completo ahora se dedica a sus teologías. Hubo un tiempo en que los seminaristas eran inducidos a ir a los bailes y tener amistades particulares con damiselas. Había profesores de seminario que estaban a la última progresía con todas sus consecuencias de doctrina moral desmoralizante.
    A Kruz Mendizábal apreciado y hasta líder de un buen número de curas separatistas de su diócesis que firmaron en contra de la designación del obispo Munilla para la diócesis de San Sebastián,
    se supone que el ahora obispo Munilla le conocía de sus tiempos de párroco en la villa de Zumárraga durante el episcopado de Uriarte sucesor de Setién que tuvieron a Pagola como vicario de ambos.
    Al llegar Munilla contra la voluntad del clero separatista el más asequible para desempeñar este cargo se entiende que resultó ser Mendizábal por menos ariscado y más cooperador, además de señal de comprensión dentro de unos límites por parte de Munilla que no quería agraviar ni agravar.
    No tenía el obispo donde escoger que no levantara una rebelión de huelga de brazos caídos y por eso Mendizábal fue aceptado por unos y otros con expectación en la pretensión de lograr el cícrculo cuadrado aunque algunos lo tacharan de colaboracionista. Y es que no era un mal chico. Ni seguramente lo es a pesar de la compulsividad morbosa que le llevó a esta enormidad.
    No es de recibo el comentario, seguro que de separatista, que alguien hace en la web de donde se toma la información en el sentido de que le está merecido a Munilla este escándalo en la persona de su vicario. Solo faltaba que sirviera para agitar de nuevo la defenestración de Munilla que ha llevado el caso con enorme dignidad de prudencia y firmeza a la vez, dando cuenta a la Curia de Francisco y aconsejando a las víctimas denunciar los hechos ante la jurisdicción civil. El daño debe ser reparado hasta donde sea posible aunque no haya pasado de toqueteos libidinosos y el ya ex-vicario esté arrepentido y además puesto en solfa con su fotografía en todos los medios de comunicación.
    No por ello deja de ser penosísimo este nuevo escándalo sexista clerical que indica la decadencia de la moral católica en conciencias presuntamente bien formadas y compensadas las psicologías y conductas del clero en general.
    Habría que preguntarse hasta qué punto la instrucción sobre normas a seguir de la SAGRADA CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE.DECLARACIÓN
    ACERCA DE CIERTAS CUESTIONES DE ÉTICA SEXUAL, firmada por el Cardenal Seper, entonces Prefecto, ha sido ignorada o incluso devaluada.
    Algo terrible ha entrado en la imaginación y las figuraciones mentales que ha conducido a situaciones inadmisibles porque no han tenido en cuenta que mejor casarse que abrasarse. La carnalidad contagia aunque se nos inste a tocar y retocar carne.
    En esa Declaración se dice para empezar:
    Verdaderamente, en el sexo radican las notas características que constituyen a las personas como hombres y mujeres en el plano biológico, psicológico y espiritual, teniendo así mucha parte en su evolución individual y en su inserción en la sociedad. Por esto, como se puede comprobar fácilmente, la sexualidad es en nuestros días tema abordado con frecuencia en libros, semanarios, revistas y otros medios de comunicación social.

    Al mismo tiempo ha ido en aumento la corrupción de costumbres, una de cuyas mayores manifestaciones consiste en la exaltación inmoderada del sexo; en tanto que con la difusión de los medios de comunicación social y de los espectáculos, tal corrupción ha llegado a invadir el campo de la educación y a infectar la mentalidad de las masas.

    Si, en este contexto, educadores, pedagogos o moralistas han podido contribuir a hacer que se comprendan e integren mejor en la vida los valores propios de uno y otro sexo, ha habido otros que, por el contrario, han propuesto condiciones y modos de comportamiento contrarios a las verdaderas exigencias morales del ser humano, llegando a favorecer un hedonismo licencioso.

    De ahí ha resultado que doctrinas, criterios morales y maneras de vivir conservados hasta ahora fielmente han sufrido en algunos años una fuerte sacudida aun entre los cristianos, y son hoy numerosos los que, ante tantas opiniones contrarias a la doctrina que han recibido de la Iglesia, llegan a preguntarse qué es lo que deben considerar todavía como verdadero.

    2. La Iglesia no puede permanecer indiferente ante semejante confusión de los espíritus y relajación de las costumbres. Se trata, en efecto, de una cuestión de máxima importancia para la vida personal de los cristianos y para la vida social de nuestro tiempo…
    Hay párrafos que contrastan con Al.

  3. Yo quiero creer que la Fiscalía actuará de oficio, pues ese señor, mientras siga suelto, es un peligro. Munilla no ha estado fino y nunca se ha mojado con la Amoris. Es más firmó su adhesión incondicional al régimen bergogliano, con sus nefastas consecuencias. No se puede andar con una vela a Dios y otra al diablo. Este caso le va a salpicar.

  4. Vamos a ver si no rizamos el rizo. Quien comete delitos como este o parecidos no puede ser reconducido a otras ocupaciones sacerdotales. Debe ser expulsado del ministerio sacerdotal, sin cobrar un duro y los psicólogos que se los pague el. Al que escandalice a unos de estos mis pequeños mas le valdría atarse al cuello una piedra de molino…no sigo para que no me tratéis de inmisericorde que no lo soy. Un saludo.

  5. Artículo 191

    1. Para proceder por los delitos de agresiones, acoso o abusos sexuales, será precisa denuncia de la persona agraviada, de su representante legal o querella del Ministerio Fiscal, que actuará ponderando los legítimos intereses en presencia. Cuando la víctima sea menor de edad, persona con discapacidad necesitada de especial protección o una persona desvalida, bastará la denuncia del Ministerio Fiscal.

    La referencia al término «persona con discapacidad necesitada de especial protección» ha sido introducida en sustitución de la anterior referencia al término «incapaz», conforme establece el número doscientos cincuenta y ocho del artículo único de la L.O. 1/2015, de 30 de marzo, por la que se modifica la L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal («B.O.E.» 31 marzo).Vigencia: 1 julio 2015
    2. En estos delitos el perdón del ofendido o del representante legal no extingue la acción penal ni la responsabilidad de esa clase.

  6. No sabemos detalles de este tema pues no es lo mismo un menor de 17 años que uno de 10, ni un tocamiento que algo mucho más grave, aunque todo sea condenable, máxime en un sacerdote. Lo que sí quizás se puede recordar es que este sacerdote contaba con los parabienes de los colectivos homosexuales y ofició al parecer una Misa en un Congreso organizado por asociaciones LGTB, lo que llevó al anterior Obispo a relevarle de algún cargo:

  7. Lo que realmente dice el refrán es:

    Quién ha hecho un cesto hace cientos, si le dan mimbres y tiempo.

    Así que no le demos los mimbres, no le parece?

    Saludos cordiales.

  8. Le va a salpicar el caso a Munilla por una sencilla razón : los abusos sexuales a menores constituyen un delito que debe ventilarse en la jurisdicción penal del Estado, Debió trasladar la denuncia a la Jurisdicción penal. No corresponde a la Iglesia decidir sobre la prescripción o no de un delito.

  9. Libre: Me refiero a la reincorporación al ejercicio sacerdotal. Ya sé que el orden imprime carácter pero los secularizados, aun siguiendo sacerdotes, no dicen legítimamente misa ni confiesan salvo en caso de muerte.
    Y sobre la reincorporación ya ve que hablo de garantías y cautelas. No todo el que ha hecho un cesto va a hacer ciento. Pienso yo. Aunque estoy de acuerdo en que nunca se debe bajar la guardia. Por si acaso.

  10. Con todo respeto: Incorporarse al sacerdocio?

    Bien que el Sacramento del orden sacerdotal imprime carácter permanente.

    Bien que si el arrepentimiento es sincero tiene derecho al perdón de Dios y de todos.

    Pero vd, Sr. de la Cigoña confiaría a cualquiera de sus nietos menores a una catequesis con este sacerdote? No lo creo, por supuesto que yo tampoco lo haría.

    Es más, es nada cristiano exponer a una persona a tener ocasión de pecar.

    Por tanto la única manera de que este sacerdote pueda volver a ejercer su ministerio que se me ocurre a mí es que ingrese en un monasterio de clausura en donde no haya ni seminaristas ni postulantes jóvenes.

    Por aquello de no apagar el fuego con gasolina.

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