¿Reclinatorios en la comunión?

Benedicto XVI, en el libro de entrevistas titulado “Luz del Mundo” escrito por el periodista alemán Peter Seewald (quien ya antes le había entrevistado siendo Cardenal con la publicación de “La sal de la Tierra” y “Dios y el mundo”), decía las siguientes palabras: “No estoy en principio en contra de la comunión en la mano: yo mismo la he dado y la he recibido de ese modo. Pero al hacer que se reciba la Comunión de rodillas y al darla en la boca he querido colocar una señal de respeto y llamar la atención hacia la presencia real”. Y unas líneas después, añade:“debe verse con claridad que allí hay algo especial. Aquí está presente Él, ante quien se cae de rodillas. Prestad atención”. Escuchando estas palabras podemos recuperar la intencionalidad de tratar a Dios tal cual está en la Eucaristía: presente con Su Cuerpo, Su Sangre, Su Alma y Su Divinidad. El mismo Papa Emérito advierte del riesgo de “banalización” a la hora de recibir a nuestro Señor. Leyendo de nuevo, me vienen a la mente algunos puntos como: –          ¿Por qué no vemos entonces más reclinatorios en las iglesias? Me consta que a muchos les gustaría. –          ¿Por qué no solicitamos con educación y corrección los fieles laicos los reclinatorios? Podemos presentar amablemente este texto de Benedicto XVI a cualquier sacerdote para que podamos hacer uso de este derecho. –          Si no nos arrodillamos ante Dios, ¿ante quién nos vamos a arrodillar? Como siempre, las Escrituras nos inspiran. Veamos cómo se comportó Jesús en el momento de agonía en el Huerto de los Olivos (fotografía que ilustra este blog). Dice la Escritura que “arrodillado, oraba diciendo: Padre, si quieres, aparta de mí este Cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”. Y yo, reflexionando en voz alta, me cuestiono: si Cristo rezó arrodillado siendo Quien es, ¿no lo haremos nosotros que somos criaturas pecadoras y, a la par, redimidas? Acabo. Nadie me tache de querer uniformar. No pido que todos se arrodillen, sino que al menos aquellos que queramos, podamos.