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El Papa Francisco: no seamos fatalistas

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El Santo Padre, en el Angelus del domingo 15, ha explicado que son falsos profetas los que pretenden predecir el fin del mundo. Debemos rechazar —como el mismo Cristo nos lo dijo— esas falsas profecías y toda forma de fatalismo. Lo importante es que ya caminamos junto a Jesús, a un destino eterno, y que debemos estar preparados para el encuentro con Él. La parte final es divertida porque confronta a la gente con la costumbre de leer el horóscopo. Es una superstición que siempre me ha dado risa porque me imagino a los que lo escriben riéndose de sus lectores. Sus condolencias por el terrorismo en París incluyen la reafirmación de la posición católica sobre la violencia como incompatible con la naturaleza de Dios, como recordaba el Papa Benedicto XVI en Regensburg: «el camino de la violencia y el odio no resuelve los problemas de la humanidad y utilizar el nombre de Dios para justificar esa vía es una blasfemia!» Esta coincidencia obvia me permite decirles a los lectores que no tiene nada de malo que los Papas discrepen en sus juicios humanos sobre cuestiones contingentes. Pienso especialmente en los lectores que se puedan molestar por el artículo donde hice referencia a la clara discrepancia entre Benedicto XVI y el Papa Francisco acerca del Islam. Mostrar las diferencias entre unos y otros no es condenar a ninguno de ellos. Lo único condenable es apartarse de la caridad y de la fe de la Iglesia. Por lo demás, aunque todos los Papas decidieran bajar el tono negativo en sus referencias al Islam, por razones de diálogo interreligioso o de pacífica convivencia, todavía seguiría siendo legítimo, para quienes no estamos atados por esas circunstancias, adherir a toda la historia del pensamiento católico, lícito y veraz, que abiertamente condenó el Islam como una religión llena de errores y violenta. ¿O lo que pensaron los santos hasta hace 50 años ya no puede pensarse, por el solo hecho de que hay musulmanes razonables?    

Comentarios
0 comentarios en “El Papa Francisco: no seamos fatalistas
  1. Querido Cristóbal, me permito corregirle en cuanto a los horóscopos. La adivinación no es algo que de risa, sino una cosa muy seria, e hija del error y el Padre de la mentira como la magia misma, hermana del Satanismo. Hay tanta daño en consultar a los horóscopos, sean vividos con creencia ocultista, o como juego derivado de un espíritu mundano. De hecho la mentira del demonio, es siempre gradual, más burda con el que está más alejado de Dios y más sutil con el que pretende serle fiel y está formado en la fe. Así a nuestro Señor intentó engañarlo con la misma Sagrada Escritura, pero a un mundano supersticioso bastará con una lectura al pasar del horóscopo del día. Ello porque en el fondo se persigue que quitemos nuestra esperanza en el Señor y sus caminos, y la pongamos en otro lado. Digo se persigue y en última instancia digo el Diablo. Y si en el Islam vive el error y se aparta a sus creyentes de los verdaderos caminos de Amor de Dios Padre, no vive menos el error en el horóscopo y en el espíritu mundano que tan duramente ha condenado nuestro Santo Padre en sus homilías de ayer y hoy en referencia a los macabeos y San Eleazar y su fidelidad aún en aquello que parecía secundario de la ley, pero que buscaba anestesiar al Pueblo de Dios y hacerlo descarrilar de aquello que Dios pide al Pueblo para su salvación, perseverar en su amor, su piedad y su observancia.

  2. (Entre paréntesis los comentarios de religiónlavozlibre)
    Basado en el artículo de Edward Pentin

    Francisco ha causado controversia al sugerir que la esposa luterana de un católico podría recibir la Sagrada Comunión en base al hecho de que ella estaba bautizada y de acuerdo con su conciencia.

    Durante una sesión de preguntas en un servicio de oración de la tarde del domingo en la Iglesia Evangélica Luterana de Roma, el Papa exhortó a la mujer luterana, Anke de Berardinis, a «hablar con el Señor» sobre la recepción de la Sagrada Comunión «y luego ir hacia adelante»(ir hacia adelante es dar un paso adelante, ¿tal vez comulgar entonces?), pero añadió que «no se atrevería a permitir esto, porque no es mi competencia». (Hablar claro no es lo tuyo, ya se ve)

    El Papa respondió así a de Berardinis que le preguntó cómo ella podría finalmente lograr la comunión eucarística con su marido católico.

    El Santo Padre planteó la cuestión de si la Eucaristía es la meta del caminar juntos, o si es el sustento (viático) de tal camino. La respuesta, dijo, se debe dejar a los teólogos.

    Luego continuó diciendo que, al compartir, «no hay diferencias entre nosotros» y la doctrina se convierte en la «misma»(¿De verdad que no hay diferencias? ¿La misma doctrina?) Doctrina, dijo, es una «palabra difícil de entender (sí, para los que la quieren tergiversar)- pero yo me pregunto: ¿no tenemos el mismo Bautismo? Si tenemos el mismo bautismo, ¿No deberíamos estar caminando juntos? »

    Dijo que el lenguaje católico y el luterano es «el mismo» cuando se trata de enseñar a los niños por qué Jesús vino entre nosotros y lo que hizo por la humanidad. (Sólo para los católicos Cristo se hace presente realmente en la Consagración y sigue entre nosotros en todos los sagrarios de la Tierra, eso es algo muy grande que nos diferencia)

    Pasando a la Cena del Señor, el Papa dijo que hay «preguntas que, sólo si uno es sincero con uno mismo y con la pequeña luz teológica que tiene, deben ser respondidas por uno mismo.»

    Y agregó: «Véalo usted misma. Esto es mi cuerpo. Esta es mi sangre. Hacedlo en memoria Mía – este es un viático que nos ayuda en el camino «. (La estás invitando a ello, ¿no te das cuenta?)

    Continuando con su respuesta, el Papa recordó que un pastor protestante amigo le dijo que ellos también creían que el Señor está presente en la Eucaristía (No es una Presencia real para los protestantes) y se preguntó cuál era la diferencia?». (Hay enormes diferencias entre lo que un luterano y un católico creen en cómo Jesús está presente en la Eucaristía) «La vida es más grande que las explicaciones e interpretaciones», dijo el Papa. «Siempre se refiere de nuevo a su bautismo. (Los luteranos tienen un bautismo válido pero no creen en los efectos del bautismo como los católicos respecto a la justificación y santificación, además los luteranos no lo consideran sacramento: Nota del sacerdote Fr Z, tomado de su blog)
    «Una fe, un solo bautismo, un solo Señor. «Esto es lo que Pablo nos dice, y luego tome las consecuencias a partir de ahí.» (No es la misma fe, ni el mismo Bautismo) (Es un Ecumenismo peligroso y taimado el que haces, Francisco, una afrenta contra lo más sagrado: Dios en la Eucaristía)

    El Papa agregó: «No me atrevería a permitir esto, porque no es mi competencia. (Quieres decir que es la competencia de la conciencia de cada uno, ¿no?) Un bautismo, un solo Señor, una sola fe. Hable con el Señor y luego siga adelante. No me atrevo a decir nada más». ( Yo, el Vicario de Cristo en la Tierra, no me atrevo a advertirte de tu error, cuando mi principal misión sería hablaros de la Verdad que os salva. Pero no te aclaro tu duda, sino que como falso profeta te empujo a la Comunión a la que no puedes acercarte bajo el dictado erróneo de tu conciencia, a la vez que te digo, porque lo mío es dar una de cal y una de arena, que » no me atrevo a permitir» a que vayas a comulgar. Debería decirte que tú, como protestante, nunca te has confesado de tus pecados mortales y para recibir a Jesucristo en la Eucaristía hay que hacerlo, pero no lo hago porque mi objetivo no es la Verdad ni el bien de las almas).

    Las palabras del Santo Padre están causando preocupación generalizada en Roma, lo que lleva a algunos a describirlas como un ataque a los sacramentos. «El Rubicón se ha cruzado», dijo una fuente cercana al Vaticano. «El Papa habló de una manera acogedora (con la protestante), pero lo que dijo supone realmente burlarse de la doctrina. Tenemos siete sacramentos, no uno «.

    El tema levanta graves susceptibilidades especialmente en el momento actual, dada la continua presión para permitir que los divorciados vueltos a casar- puedan recibir la Sagrada Comunión según su «fuero interno», guiados por su confesor.

    El Catecismo de la Iglesia Católica afirma que, debido a las comunidades eclesiales derivadas de la Reforma y separadas de la Iglesia Católica «no han conservado la sustancia del Misterio eucarístico en su plenitud, especialmente debido a la ausencia del sacramento del Orden,» la intercomunión eucarística con estas comunidades «no es posible».

  3. Cristóbal:

    Ud. habla de «adherir a toda la historia del pensamiento católico, lícito y veraz, que abiertamente condenó el Islam como una religión llena de errores y violenta». Creo que sin negar lo anterior, habría que complementarlo con la nueva mirada que sobre las religiones no cristianas hace el CVII, en la Declaración Nostra Aetate, donde se destacan los aspectos «positivos» de éstas (búsqueda de trascendencia, sentido de la vida, etc.)

  4. 1 Tesalonicenses 5: 19-22: No extingáis el Espíritu; no desprecéis las profecías; examinadlo todo y quedaos con lo bueno. Absteneos de todo género de mal.
    Lucas 12: 56: ¡Hipócritas! Sabéis explorar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no exploráis, pues, este tiempo?
    Conviene leer la Biblia; libro donde, por otro lado, están todas las profecías. Profecías bíblicas que, como es natural, concuerdan con todas las revelaciones privadas posteriores, tanto de Jesús como de María.

  5. Jorge, creo que ninguna verdadera profecía ha tenido la pretensión de fijar la fecha del fin del mundo, ni nada parecido. Creo que el Papa se refiere a esos falsos profetas, y no a las de la Virgen, que, como en el caso de Fátima, fueron incluso publicadas y comentadas por la autoridad eclesiástica. Que han profetizado desastres, cumplidos, nadie lo duda; pero no eran fatalistas: sucedieron porque los hombres no obedecieron a la Virgen. La historia está abierta.

  6. Debemos rechazar las falsas profecías, que nos las verdaderas, como las de Nuestra Señora en Fátima o en Akita, ambas aprobadas por le Iglesia, aunque no estemos obligados a creerlas. para salvar nuestras almas.

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