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El mejor Juan Manuel de Prada en «Morir bajo tu cielo» (y II)

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A lo largo de toda la novela subyace, aparece, comparece, está, protagoniza, preside Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, en el seno de la Iglesia Católica de siempre, pero hermosamente recreada, la de la época en la que se desenvuelve la trama novelesca: años 1898-1899. La forma del autor, Juan Manuel de Prada, de invocar a Dios y la Iglesia es seguir y alcanzar una citas bíblicas corroborantes de la tesis que los personajes deslizan por su boca. La particularidad es que las citas están escritas en latín, extraído de la Vulgata, que son traducidas al español. A Juan Manuel le preocupa, desde lo más profundo de su ser como escritor, es darle a sus personajes una creencia cristiana, pero haciéndolo en contraste con la increencia, en fuertes contraluces literarios, no exenta de cierto barniz de historieta sagrada, usada por el fatídido holandés gigantón para el mal más fino filipino, como para teatralizar realmente la muerte en la cruz de unos indígenas cortadores de cabezas, quienes luego le pasan la factura de la misma manera al factotum y representante de la leyenda negra y de la masonería a lo largo de toda la trama de la novela. En el telón de fondo del anticlericalismo secular español, entre las diversas órdenes religiosas misioneras en tierras filipinas, como dominicos o jesuitas, sobresalen para Juan Manuel de Prada dos: los franciscanos y las Hijas de la Caridad. Los protagonistas están simbolizados en fray Cándido y en Sor Lucía, quienes mantienen un equilibrio en sus posiciones eclesiales con ribetes de maestría para bordar y abordar la increencia indiferente del dirigente de los insurrectos, o la búsqueda de la serenidad anímica y espiritual del capitán en contraste con el dragón corrosivo interiorizado en el alma del teniente del regimimiento de cazadores apostados en el interior de la iglesia de Baler. Porque, la iglesia parroquial, de la localidad filipina se convierte en el cuartel, el fortín, en la defensa contra el asedio, a que son sometidos por unos insurrectos, el destacamento de soldados españoles allí refugiados. Las luchas psicológicas, el enfrentamiento contra el hambre, el afán de libertad mezclada con la deserción, el esfuerzo ante la muerte rondando a todas horas, la regulación militar tomada al pie de la letra….contrata fuertemente con un franciscano que tiene una puntería finísima para la escopeta como para otros asuntos biográficos anteriores; y con la Hija de la Caridad, una mujer de armas tomar, una española nacida en Filipinas, heredera de las grandes mujeres de la historia de España, que han enseñado latín, han disparado desde un cañón, han llevado agua a los soldados heridos, han curado sus heridas, y no han perdido su entrega a sus votos y al mismo Dios a quien siempre lo tenían presente. Este personaje de ficción es el preferido de Juan Manuel de Prada. En el argumento aparece el arzobispo de Manila, monseñor Nozaleda, hombre sensato, prudente, conocedor en la entrevista que mantiene con fray Cándido de cómo estaba aquel archpiélago en los meses duros del levantamiento insurreccional contra España. Esta es la luz del cuadro, pero la sombra la coloca el secretario suplente del arzobispo: un cura chupacirios, palmero de opiniones obsequiosas, ladino de formas y vestidos, anunciador de una tipología clerical que no murió en aquellas islas, sino que sigue transpuesto a la realidad eclesial actual. Una pena que los ciegos obispos gustan rodearse de estos tipos maledicentes hasta la vomitera y el hartazón sin vislumbrarse la muerte de estos especímenes. Conclusión Juan Manuel de Prada ha tratado en «Morir bajo tu cielo» demostrar que aquel Desastre tuvo un padre: el abandono de la fe católica en aquella España, entregada a la nueva religión civil del liberalismo, cuya hija fue la democracia censitaria creada en la Restauración canovista, que en aquellos años hacía aguas por todas partes en manos de una políticos irresponsables. La masonería madre de la independencia de los Estados Unidos exportó el virus de una libertad a la que levantó una estatua al llegar a Nueva York a cualquier visitante. Esa epidemia liberacionista llegó hasta Filipinas, donde con el apoyo de la masonería interior, fueron tan ilusos de cambiar el «yugo» de España por la esclavitud de los Estados Unidos hasta el día de la fecha. Por esto, la novela es una fortísima crítica a los tiempos actuales en España, enferma en una crisis ecónomica que sería menos si la corrupción no tuviera asiento en todos las piedras del arco parlamentario, que terminará por caerse como un castillo de naipes azuzado por el nacionalismo periférico hijo legítimo del neoliberalismo económico de los últimos años. Felicito al amigo y maestro Juan Manuel de Prada; le animo a seguir en ese empeño que tiene entre manos para el futuro de su vida literaria; e invito a los lectores a leer «Morir bajo tu cielo», les aseguro que pasarán un rato más agradable que bebiéndose la basura que sueltan las ofertas culturales de estos días en España. Tomás de la Torre Lendínez

Comentarios
0 comentarios en “El mejor Juan Manuel de Prada en «Morir bajo tu cielo» (y II)
  1. La estampa de la Iglesia que tiene la novela de Juan Manuel de Prada es la misionera que trabajo en Filipinas, pero a la vez coloca el modo como los protagonistas vivian su vinculacion o desercion de Dios.
    Los figurantes como el secretario del obispo de Manila y el modo de vivir su religiosidad el pueblo filipino, som descritos com un realismo que abarca hasta nuestros dias y llega mas alla de hoy. Felicidades Juan Manuel.

  2. Vaiente novela sobre la hidalguia española, que comenzo en Numancia, paso por los ultimos de Filipinas y otros casos similares en la guerra civil. Hoy esa hidalguia ha muerto en manos de una desercion de los valores tradicionales hispanos. Los militares de hoy desconocen los valores de la hidalguia española. Muchos nos preguntamos:
    Que pinta el ejercito profesional fuera de España, cuando toda la nacion esta para saltar por los aires?.

  3. El cambio de hora ha despistado a los comentaristas. Com lo interesante que es el post doble de ayer y hoy. Es de destacar como toda la novela es una paliza a los politicos de la restauracion y a los politicos de la actual transicion tan corruptos como aquellos.
    Las Filipinas se perdieron y ahora se va a desintegrar la unidad española. Estamos en el cambio de un tiempo a otro, sin haber trazado el mapa de la ruta. Pobre España siempre improvisando!.

  4. El tema de la fe ligado a la política no sólo es algo real sino que induce a una reflexión profunda sobre qué es creer y qué significa comprometerse. Hace poco,el hijo de un antiguo compañero de trabajo me vio en Canfranc,nos saludamos y me dijo: Me caso el día 12 de Octubre aquí,en la Iglesia. Le dí la enhorabuena y me comentó: Llevo unos años viviendo con mi novia pero este paso es la forma de concretar nuestra fe.(Ambos pertenecen a una institución que trabaja con jóvenes en la Iglesia).Esa vivencia de fe no les va a dañar,en absoluto. Otros jóvenes,mi misma hija,se casó en Canfranc igualmente,por el juzgado,y se aman profundamente,no entro en el amor,sino en la respuesta a la fe. Yo rezo por ambas parejas y por otras muchas,para que el Señor cuide de ellos. Un abrazo,pater.

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