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Toledo sigue siendo especial

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    Enlace permanente de imagen incrustada Artísticamente no tiene parangón en España. Y como diócesis tampoco. Un seminario modelo, un clero en su mayoría excelente, unos arzobispos que desde 1971 parecen contagiarse de la dignidad primada y que salvo el brevísimo paréntesis de tres años escasos que concluyó en el año citado han sido desde el penoso cardenal Borbón, extraordinarios o por lo menos muy dignos… Toledo es una joya en la Iglesia española. Pues hoy ha vivido un momento más verdaderamente glorioso. Doscientos monaguillos, todos con sus albas, llenaron de luz, de alegría y de esperanza la ciudad de Toledo. A las doce y media una misa en la catedral que si está hermosísima siempre hoy lo parecía si cabe más. Cuando es tan raro ver monaguillos y ya no digamos en tantísimo número. Fue el celebrante principal Don Braulio, flanqueado por el deán y el rector del seminario menor y concelebraron con él más de treinta sacerdotes. Los que respondiendo a la llamada del arzobispo acudieron a la ciudad con sus monaguillos. El primado estuvo francamente bien en las palabras que les dirigió y tras la misa partieron en dirección, supongo, del Seminario Menor donde celebrarían una comida. Fue un hermosísimo espectáculo que levantaba la esperanza. Muchos sacerdotes conocieron su incipiente vocación como monaguillos. Y no pocos de esos chiquillos ilusionados con ayudar a misa y vestirse con sus sotanillas rojas, sus roquetes blancos o sus albas, aunque no llegaran al sacerdocio conservaron toda su vida el amor a la Iglesia en la que fueron felices. Después desaparecieron prácticamente los monaguillos. Y también las vocaciones. Muchos curas no querían saber nada de esos chiquillos ilusionados con ese servicio a la Iglesia. Como tampoco querían saber nada de la Iglesia. Vacíos ellos, vaciaron todo. Pues en Toledo hay monaguillos. Y muchos. Y también vocaciones. Muchas. Si es que en Toledo todo se hace bien. Quizá sea una exageración. Digamos que muchas cosas se hacen bien. Entre ellas esta reunión de monaguillos que visto el éxito supongo que se repetirá más veces. Antes un sacerdote era feliz cuando mandaba un joven al seminario. Hoy muy pocos saben de esa felicidad. Y curiosamente entre esos pocos hay bastantes que no han enviado a uno sino a varios. Bastantes veces esas vocaciones han comenzado de monaguillos. Pues como para que vuelvan a ocuparse de ellos. Como en Toledo. Lamento no disponer de una fotografía del hermoso acto para ilustrar esta entrada. P.D.: Ya me han enviado una hermosa foto del acto.

Comentarios
0 comentarios en “Toledo sigue siendo especial
  1. Bueno, si ud. lo dice. Sí, la diócesis de Toledo funciona mejor que otras, no cabe duda. El compromiso de los seglares resulta espectacular, en general, ya lo dijo D. Braulio hace un tiempo: «Y no es oro todo lo que reluce en los números de Toledo. La diócesis tiene unos 750.000 habitantes, pero muchos ya no son activos en la fe”.
    Como habitante de esta diócesis, hay muy buenos y fervorosos sacerdotes, pero no se sabe bien porqué extraña ecuación, las homilías dejan mucho, mucho que desear. Se lo dice alguien que no va siempre a la misma parroquia a participar en la Misa.

  2. «desde el penoso cardenal Borbón»
    Ay, Paco Pepe, a ver si leemos más. Al que tu llamas penoso cardenal Borbón el Arzobispado de Toledo debe, entre otros, el fondo biblioteca Borbón-Lorenzana, único entre las bibliotecas diocesanas españolas de su época, por ejemplo. Que fuera nieto de Felipe V y se dedicara más a enriquecer artísticamente la catedral y su preocupación por los pobres con obras de caridad no es comparable a otros obispos de su época que salieron corriendo cuando entraron los franceses. Al menos él se puso al frente de la Regencia cuando su familia huyó a Bayona y resistió en Cádiz. Le obligaron a besar la mano de su sorbrino Fernando VII y murió poco después. Hay que entender las cosas en su contexto, no generalizar tanto. Si no sabes de todo no hables de todo porque metes la pata con frecuencia. En Toledo hablamos del cardenal Borbón con respeto y le tenemos enterrado en la Sacristía de la catedral.

  3. Los monaguillos, los monaguillos….son la clave de la resurrección de la Santa Iglesia. El nefasto cardenal Liénart en su lecho de muerte decía, regodéandose: …. «humanamente, la iglesia católica está muerta». Los padres dejaron varias bombas de tiempo, que fueron estallando paulatinamente. Y siguen estallando. A ver si con la explosión del sínodo despiertan algunos católicos confundidos, que han perdido el norte.

    Mi niña fué monaguilla. Se veía bonita en su costal que tenía por alba. Cómo nos hemos arrepentido. Perdónannos, Señor. Era un padre novus ordo muy guay, que siempre andaba empinando el codo. Hasta que le pusieron el dedo. No fuí yo, no soy chivato. Pero se lo mandé decir con el diácono, que tuviera cuidado.
    Cuando la parroquia se llena de monaguillas, los monaguillos huyen. Y se pierden vocaciones, por éso soy enemigo de las monaguillas en el novus ordo. En la Santa Misa , no hay problema, siempre son monaguillos, a la mayor gloria de Dios.

  4. En Toledo habrá vocaciones al sacerdocio, pero no a la vida monástica. Como he señalado en otro comentario, el monasterio de San Clara la Real, de monjas clarisas, que databa del siglo XIV, acaba de cerrar porque las religiosas que quedaban eran pocas y muy mayores.

    Hace unos pocos años se fueron las capuchinas.

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