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¿Ha conseguido Sistach más prórroga en Barcelona?

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Francisco recibió al cardenal Sistach Germinans piensa que sÍ: http://germinansgerminabit.blogspot.com.es/2015/01/sistach-se-sale-con-la-suya-y-consigue.html Y no es la única página: http://www.libertaddigital.com/espana/2015-01-30/el-arzobispo-de-barcelona-se-aferra-al-cargo-y-arranca-una-nueva-prorroga-al-papa-1276539511/ Pienso, como la página catalana, que unos meses más del cardenal no son buenos para nadie salvo para él. Su figura está ya amortizada y su paso por Barcelona. La archidiócesis está peor de lo que se la encontró y la había encontrado muy mal. También creo que el empeoramiento se no se debe a lo que hizo el arzobispo sino más bien a lo que no hizo. Dejó que todo el mundo hiciera lo que quisiera con tal de que no tocaran a su persona.  Y como la mayor parte del «mundo» era mala o incluso pésima, pues aquello siguió deteriorándose. Caso completamente distinto del de Madrid. Sus dos últimos arzobispos, Suquía y Rouco, se esforzaron por levantar una diócesis hundida y vaya si lo consiguieron. Hoy Don Carlos Osoro se ha encontrado con una diócesis bombón, con muchas parroquias que funcionan, mucho clero ilusionado y que no rehúye manifestarse como tal incluso externamente, un seminario floreciente, una universidad que es referente para toda España y un laicado tranquilo y feliz en su Iglesia. Claro que una gran ciudad tiene graves problemas pastorales derivados de la masiva secularización del siglo pero hay mucho bueno en el catolicismo madrileño. En Barcelona apenas se observa la vida de Madrid. Y la que hay es obra de escasos y meritorísimos sacerdotes que han venido trabajando al margen de su arzobispo. Aunque también es cierto que Sistach no les obstaculizaba. Su problema no era molestar a los buenos sino dar la impresión que le traían sin cuidado. Esos no tenían el poder y no le podían molestar mucho.  Era a los otros, a lo peor, a lo que había dejado las iglesias vacías, a los que había que contentar no fueran a armarle la que le liaron al pobre cardenal Carles. No es que el cardenal les amara, pienso que Sistach, por temperamento, es de pocos amores, y hasta me atrevería a decir que su eclesiología estaba más próxima a los buenos sacerdotes que a los malos. Les daba lo peor, las buenas iglesias eran para quienes se la podían armar aunque terminaron dejándolas vacías, pero tampoco les molestaba. Creo que muchos de esos sacerdotes, que tampoco eran mucho, no rechazaban en Sistach a un tirano perseguidor inexistente sino que no encontraban en él al padre que les quisiese y animase. Cosa sin duda grave pero mucho más por omisión que por acción contraria. Si hasta Germinans, un verdadero golondrino en carne del arzobispo, a quien dejaron muy malparado ante la historia, no fue tratada con rigor por quien había sido objeto de tanta crítica. Un proceso judicial absurdo contra dos personas que no eran nada en la página. Una, nada de nada, la otra un amigo que facilitó el soporte técnico que le pidieron quienes sabían sus conocimientos. Algo así como si en una operación antiterrorista el detenido fuera quien diseñó el teléfono móvil con el que se comunicaban los atentados. Algo así como si después de un atentado el procesado fuera el presidente de Telefónica por haber utilizado el teléfono los terroristas. Pues en aquel absurdo proceso, que tan mal terminó para Sistach, el cardenal estuvo a punto de llegar a un acuerdo que terminara con aquel sin sentido. Como algo tuve que ver en ello puedo decir que en ningún momento me pareció observar en el cardenal, por lo que me decía mi interlocutor, que era persona calificada, de notable inteligencia y trato cordialísimo, ninguna herida personal de la que hiciera cuestión de honor. Lo que parecía ya arreglado se torció a última hora, supongo que por la intromisión de algún malmete, y el fracaso del juicio fue también un fracaso de Sistach. Pero él verá quién fue el que le llevó al huerto vendiéndole seguramente una victoria imposible. Sistach, cuando se vaya, haya obtenido o no, con lágrimas o sin ellas, unos días o unos meses más, no pueden ser muchos pues dentro de menos de tres meses cumple 78 años, no va a dejar a su sucesor un bombón sino más bien un caramelo envenenado. Cierto que hoy con menos veneno. Pero no por obra del arzobispo sino por el inexorable paso del tiempo. Mucho de lo peor ya no está o a punto está de irse. Unos han dado cuenta a Dios de sus pecados, otros viven ya su jubilación y no son nadie, y de los pocos que quedan, entre lo peor, la mayoría está a punto de ingresar en el estéril club de los jubilados. Lo que se va a encontrar el sucesor en su presbiterio ya es bastante menos malo que lo que se encontró Sistach. Mucho dependerá del valor con el que llegue. Personalmente pienso que cuanto antes, mejor. Pero lo que yo piense no tiene que coincidir con lo que piense el Papa. Aunque hay algo que ni el Papa mismo puede cambiar. El próximo 29 de abril Sistach cumple 78 años. En muy buenas condiciones físicas, de lo que me alegro mucho, pero que son esos. Hoy, con puestos relevantes, sólo son mayores que él, Abril, Lehman, Ortega, López Rodríguez, Damasceno y Nicora. Es inevitable que, en días más o menos próximos, vayan cayendo de sus cargos. Pues al arzobispo de Barcelona le va a ocurrir, antes o después, lo mismo.  

Comentarios
0 comentarios en “¿Ha conseguido Sistach más prórroga en Barcelona?
  1. Hace tiempo que no se menciona a Sebastián Taltavull, a quien los independentistas pretendían que sucediera a Sistach. ¿Habrá hecho éste alguna gestión al respecto en su entrevista con el Sasnto Padre?

  2. A juzgar por los resultados parece que Monseñor Sistach es bastante mediocre como obispo, pero parece que como político es un genio. Supongo que habrá convencido al Papa que “después del él, el diluvio”, de lo que incluso puede que no le falte razón. No sé por qué, me ha venido a la memoria la habilidosa y actualmente famosa Tania Sánchez, que al parecer ha declarado que permanecerá atornillada al silloncito pase lo que pase.

  3. «Estos cardenales (…) saben que al actual Santo Padre se le gana por los sentimientos y por el corazón»

    Mala cosa. La Iglesia se gobierna con la cabeza y no con el corazón.

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