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Fariseísmo siglo XXI

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libro cristo y los fariseosLas condenaciones más fulminantes de Jesús se refieren a la hipocresía de los maestros de la Ley que en nombre de la religión pretendían toda suerte de aplausos y aprobaciones del pueblo cuando su interior estaba infestado de los vicios contrarios a aquellas virtudes que ostentaban sin poseerlas.

«El destino de Jesús de Nazareth era chocar con el fariseísmo; y una vez producido el choque la lucha hasta la muerte sigue inevitable. Este drama tiene el determinismo riguroso de todo buen drama. El sino del que se dio como misión: las ovejas que perecieron de la casa de Israel era topar con la causa del perecimiento de Israel, a saber, con los falsos pastores, con los lobos vestidos de pastores, los de la zamarra de piel de oveja» (Castellani,Cristo y los fariseos).

Es que la hipocresía «es una simulación especial, que consiste en aparentar exteriormente lo que no se es en realidad. Como explica San Isidoro, el nombre de hipocresía se tomó de los cómicos que trabajan en el escenario cubiertos con una careta para aparentar lo que no son. “Así también añade San Agustín-, en la vida religiosa y civil, quien pretende aparentar lo que no es, es un hipócrita: finge obrar la justicia pero no la guarda”. Es el pecado típico de los fariseos, duramente fustigados por el Señor en el Evangelio» (Royo Marín, Teología moral,793, 2.º). El capítulo 23 (13-33) del Evangelio de San Mateo es espeluznante, las protestas y las denuncias de Jesús alcanzan el límite de la disconformidad. Jesús les llama frecuentemente hipócritas, guías de ciegos, sepulcros blanqueados, serpientes, hijos de víboras, llenos de podredumbre. ¿Qué actualidad poseen estas condenaciones de Cristo? Abramos los ojos: detrás de las más formidables afirmaciones acerca de la necesaria renovación de la humanidad, detrás de grandes palabras como libertad, amor, promoción, desarrollo, paz, fraternidad, progreso, elevación, justicia, inclusión, misericordia, veremos la trampa y la mentira de los lamentos de las conductas inconfesables, los egoísmos escondidos, la ambición, el rabioso individualismo, la hipocresía, y también podremos ver los más descarados egoísmos, el primitivismo más alienante, las religiones más disparatadas, el erotismo y la violencia más salvajes e infrahumanos. Pero abramos también los ojos sobre nosotros mismos, los que nos llamamos aun cristianos, y veremos detrás de las mismas grandes palabras recogidas del mensaje de Cristo en el fondo de nosotros y de nuestras obras las mismas mentiras, manejos, conductas inconfesables, los mismos egoísmos, erotismos y violencia salvaje yparecidos primitivismos, incluso hacemos del mensaje y la profesión cristiana y de sus prácticas públicas, una máscara más.

«Las desviaciones de la carne son corrupciones; pero las desviaciones del espíritu son perversión. El Gran Incesto es copular consigo mismo, hacerse Dios. Eso es lo que hizo el Diablo en el principio, el Gran Homicida. (…) Al verse a sí mismo divino, todas las acciones del fariseo quedan para él divinizadas» (Castellani, Cristo y los fariseos).

Y sin embargo es Cristo ante los ojos limpios, el hombre nuevo, pero Cristo es Cristo y los cristianos no somos cristianos, aquí radica todo, si llegamos a ser cristianos, a vivir de verdad en Cristo y como Cristo, mostraremos el hombre nuevo en nosotros mismos al mundo de hoy. Cristo mantiene su tienda entre nosotros, su presencia como amor viviente de Dios, como bondad, como verdad decisiva, como luz para los hombres, como hombre nuevo para engendrar al hombre nuevo en cada uno de nosotros a fin de que hagamos entre todos la nueva humanidad.

«Pero la flor del fariseísmo –dice Leonardo Castellani- es la crueldad: la crueldad solapada, cautelosa, lenta, prudente y subterránea;  el dar la muerte creyendo hacer obsequio a Dios. El fariseísmo es esencialmente homicida y deicida. Da muerte a un hombre por lo que hay en él de Dios».

A la vista de la sinceridad, de la humildad, de la transparencia, de la conducta de Jesús se comprende con cuanta justa violencia ataque la hipocresía y dedique a sus seguidores las expresiones más duras que salieron de sus labios.

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