‘Un buen cristiano tiene que ser perseguido y los cristianos de Occidente deben recordarlo’

‘Un buen cristiano tiene que ser perseguido y los cristianos de Occidente deben recordarlo’

La hermana María Guadalupe, misionera del Instituto del Verbo Encarnado, explica que «a pesar de que en Occidente no hay una persecución cruenta, no hay que olvidarse de que la persecución a la Iglesia y al cristiano está en el Evangelio. No es cuestión de región geográfica, es cuestión de fe cristiana».

La hermana María Guadalupe, misionera del Instituto del Verbo Encarnado, explica en un vídeo publicado por el facebook «SOS Cristianos en Siria» que, a pesar de que en Occidente la persecución a los cristianos no sea «con la espada», la persecución a los cristianos «es brutal».

«A veces, uno piensa que la persecución a los cristianos se da solamente en Medio Oriente. En otros países no hay una persecución cruenta, con la espada, pero no hay que olvidarse de que la persecución a la Iglesia y al cristiano está en el Evangelio. No es cuestión de región geográfica, es cuestión de fe cristiana. Un buen cristiano tiene que ser perseguido. Y eso los cristianos de Occidente tienen que recordarlo más a menudo«, ha defendido la misionera.

La hermana María Guadalupe explica que en Occidente nos encontramos con «la persecución de los medios de comunicación, las persecuciones de las leyes que amparan todas esas agresiones a nuestra fe, los ataques a la vida, a la familia. Resulta que al parecer vivimos en democracia y en libertad, y a mi me da risa. Un católico no puede decir lo que piensa. Y no sólo no puede decir lo que piensa, sino que tiene que decir y profesar la fe de todos aquellos que tienen sus ideas propias».

«¿Eso es libertad religiosa?», se pregunta la misionera. «Es una vergüenza, y no sólo esos ataques, también lo es la reacción de tantos cristianos amedrentados, como si realmente lo nuestro fuera ofensivo».

«En nuestras conversaciones evitamos nombrar a Dios, a la Santísima Virgen…y damos una imagen de que tenemos una línea moral ambigua. ¿Pero qué es eso? Eso es tibieza y el Señor dijo: ‘A los tibios los vomitaré de mi boca’. Si soy cristiano lo soy en serio, porque a medias ni si quiera vale la pena», sentencia la hermana.

«Estamos llamados a vivir nuestra fe de manera radical. A defender nuestra fe y a asumir las responsabilidades que tenemos en este mundo. ¿Cómo podemos convertir el mundo si ya no somos apóstoles, si estamos perseguidos? Debemos definir nuestra identidad como cristianos de manera radical y sin miedo. Porque eso es lo que en definitiva da la verdadera libertad, y la alegría», concluye María Guadalupe.

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