¡La Virgen es misionera!

¡La Virgen es misionera!

Lo sabemos por las Sagradas Escrituras: apenas dado el «Sí» a Dios en la Anunciación, la Virgen se dirigió «presurosa» a Ain Karem, a ayudar a su prima Santa Isabel. Llevó a Cristo, proclamó las grandezas de Dios, y por su medio, Jesús santificó en el seno de su madre a San Juan Bautista.

Y también está manifiesto en la historia de la Virgen de Luján. Se cuenta que el negro Manuel, que cuidaba la imagen de la Virgen, la hallaba llena de rocío muchas mañanas y con abrojos en el vestido. Y que empezaba a reclamarle, que qué necesidad tenía de salirse de su nicho, siendo poderosa para obrar cualquier maravilla, ni salir de él.

Este hecho recuerda una hermosa poesía que expresa una verdad teológica de modo figurado, literario. Se llama Contrabando en el Cielo.

En ella, ven que en el Cielo hay gente que no dejó pasar San Pedro y después de investigar descubren el motivo:

«la Virgen María,
de ellas compadecida y no sufriendo
que en vano así esa gente la implorara,
a los muros del cielo se subía
y desde allí, creyendo
que por la noche nadie la veía,
uno a uno iba alzando
con intensa alegría,
haciendo así a San Pedro contrabando.

Como San Pedro ya se vio triunfante,
probada su inocencia,
al buen Señor le dijo muy campante:
«Al menos le hará Usted una advertencia!»
Más el buen Dios que había reconocido
de los muros del cielo, allá en la altura
a su Madre, tan dulce, pura y bella,
le respondió con sin igual dulzura:
‘Para qué? Tú sabes cómo es Ella!'»

Lo mismo podemos imaginar el Negro Manuel diciéndole a Cristo que le diga algo a Su Madre para que no salga del Santuario, y a Cristo respondiendo: «¿Para qué? ¡Tú sabes que es misionera!»

¡Feliz día de la Virgen de Luján!

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