‘Contra la ideología de género’

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A continuación reproducimos el editorial del diario La Gaceta, que versa sobre la «perspectiva de género, una mera superstición ideológica que desvirtúa y violenta la naturaleza humana y, en consecuencia, sólo puede crear trastornos indeseables».

La Gaceta.– Lentamente va instalándose en España, y en las sociedades occidentales en general, la denominada «ideología de género», es decir, la teoría según la cual el sexo no es una realidad biológica, sino psicológica, y ello no en unos pocos casos, sino en todos. El éxito institucional de esta ideología es asombroso, máxime cuando no hay aval alguno para ella desde el punto de vista científico, racional. Sin duda que hay casos -extremadamente minoritarios- de transexualidad, pero éstos se deben a circunstancias psicológicas y genéticas determinadas en individuos muy concretos, no a una norma de carácter general. La norma general, en el individuo, es más bien la contraria.

No está de más recordar ahora el informe que publicaba hace meses el Colegio de Pediatras de los Estados Unidospulverizando las pretensiones de quienes consideran que el sexo es algo opcional. El dictamen de los pediatras norteamericanos coincide con las orientaciones más recientes en otras instituciones anglosajonas como la universidad John Hopkins de Baltimore, la Universidad Vanderbilt o la clínica Portman de Londres. En sustancia, su mensaje se reduce a lo siguiente: la “perspectiva de género” es una mera superstición ideológica que desvirtúa y violenta la naturaleza humana y, en consecuencia, sólo puede crear trastornos indeseables.

Este informe es especialmente relevante porque arroja elementos decisivos para el debate y lo hace en un terreno de juego, el científico, que el pensamiento dominante debería ser capaz de entender. Desde hace tres siglos, el discurso moderno, el discurso de la emancipación individual, ha tratado de encontrar en la ciencia positiva, empírica, un aval para sus pretensiones ideológicas contra la sabiduría tradicional de corte religioso o filosófico. La teoría de Darwin –nos decían- desmontaba el relato de la creación divina, la física reducía el mundo a materia e impugnaba la existencia de lo espiritual, la bioquímica demostraba que sólo somos impulsos determinados por causas estrictamente naturales, etc. Esto nunca ha sido completamente verdad y, de hecho, el diálogo entre ciencia y fe siempre ha sido posible, pero es cierto, en todo caso, que sobre esas bases científicas se ha cimentado el materialismo contemporáneo. Hace tiempo, sin embargo, que el discurso autodenominado “progresista” ha entrado en contradicción flagrante con la pura observación científica. Por ejemplo, si hoy existe una razón de peso para oponerse al aborto, ésta se encuentra precisamente en la Genética, que nos ha enseñado que existe un ADN individualizado en el mismo instante de la concepción. Del mismo modo, las razones más inteligibles para oponerse a la ideología de género descansan en la constatación biológica que otorga un sexo diferenciado a cada espécimen. Lo que ha hecho la Asociación Americana de Pediatría, y tantas otras instituciones de corte científico, es constatar lo obvio.

Por desgracia, en Occidente vivimos en un tiempo en el que constatar la obviedad se ha convertido en pecado de lesa corrección política, un ejercicio sospechoso de cualquier “fobia”. El pensamiento dominante ha entrado en una fase propiamente supersticiosa en la que ya no es posible debate alguno, ni científico ni de ningún otro tipo: la mayoría ideológica impone su ley y lo hace además con instrumentos que castigan al disidente. En esta nueva tiranía coinciden la derecha emasculada y la izquierda cerril, y el resultado es un paisaje sencillamente invivible. Ojalá en España sea posible entablar un debate sereno sobre esas nuevas leyesque, so coartada de corrección política, vienen a golpear la libertad de pensamiento, la libertad personal y, aún peor, la propia dignidad de la naturaleza humana.

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Comentarios
8 comentarios en “‘Contra la ideología de género’
  1. No creo que dispongamos de tiempo para esperar un cambio de Papa, en todo caso si así fuera tampoco él tiene la última palabra. La perversión que promueven algunos degenerados se cimientan en su mente siniestra y retorcida. La ideología de género es la excusa que emplean quienes quieren dar rienda suelta a sus bajos instintos y adornan con palabras más aceptables para el mundo la concupiscencia e inmoralidad que los rige

  2. Esto no es cosa solo del Papa, es cosa del sentido común de todos, que se ha perdido por completo. En una España que apenas puede sostener a la población, resulta que ¡se van a gastar un montón de dinero! en poner a nuestros jóvenes con tal cacao mental, que van a estar de «psicólogo». ¡Por el amor de Dios, que alguien para este disparate!

  3. La finalidad de la idiologia de género es la destrucción de la familia a través de la utilización del sexo como fuente de placer no reproductivo. Como nunca se deja de experimentar nuevas formas para conseguir dichos placeres es fácil caer en aberrantes prácticas sodomitas, pedofilas y también la del incesto, pecados mortales por atentar gravemente contra las leyes naturales, morales y de Dios. Estas prácticas las lgtb las quieren normalizar y legalizar, para que sean pagadas, sus nefastas consecuencias, con dinero público. Desestructurada la familia y, por ende, también la sociedad es más fácil generar situaciones de tensión que favorezcan gobiernos de izquierdas. Es curioso que en este tipo de gobiernos, en realidad, los más perjudicados sean los pobres, clases trabajadoras y medias. Pero la propaganda y la manipulación de la cultura y la educación hacen maravillas en la opinión general.

  4. La ideología de género se quiere imponer en todo el mundo y pretende destruir no sólo la familia y la persona. Su objetivo principal es la Iglesia Católica, pues la única institución que difunde, aunque ahora menos, el auténtico evangelio, la auténtica verdad, sobre el matrimonio, la familia y la persona en su diferenciación sexual procreativa. Por eso es necesaria una encíclica seria, no otra Amoris desastrosa, que pretende dar la comunión a los adúlteros y arrejuntados de todo tipo.http://magister.blogautore.espresso.repubblica.it/2017/01/14/amoris-laetitia-la-navicella-di-malta-si-unisce-alla-flotta-del-papa/

  5. Hace falta distinguir entre la Perspectiva de Género, que es ideológica y política, y la causa transexual, cuya dimensión fundamental es humanitaria y la atención que demanda es científica.
    Las personas transexuales contradecimos de hecho la Perspectiva de Género, puesto que ésta afirma que es sobre todo la cultura, la educación colectiva, la que construye el género, mientras que para las transexuales es una cuestión vital afirmar que es sobre todo la biología la que nos hace, que somos variantes biológicas; precisamente hemos sido educadas como varones, toda nuestra cultura colectiva ha ido en una dirección, y nos hemos resistido con todas nuestras fuerzas, negando las afirmaciones de la Perspectiva de Género. La biología es más importante que la cultura.
    Sí, es así, la cultura, la educación de tantos años no nos ha hecho. Nos ha hecho nuestra biología.
    ¿Cómo puede ser que una persona de sexo masculino afirme que mentalmente es femenina y que lo diga con fundamento, o si su aspecto es femenino haya dicho que es un varón, con la misma convicción?
    Por la misma razón, la intersexualidad, en el plano cerebral en nuestro caso, que hace que otras personas no coincidan en otras áreas corporales. Me remito a los resultados que el español Dr Guillamón y su equipo están consiguiendo con técnicas de escaneado cerebral.
    Creo que los avances en esta materia requerirán un día el consenso social de todos los ciudadanos y para conseguirlo han de centrarse en la ciencia.

  6. Lo malo de esta iodeología, que de bueno no tiene ¡naaadaaa! es que pervertidos o confundidos nuestros jóvenes, adolescente ¡o niños» , la futura sociedad nos llega pervertida o confundida. Empezando por la familia. Y ¡óigan!», que familia y sociedad es la gran familia militar. ¿Podrán ustedes creer que, por decreto, en las RR.OO. se nos obliga a admitir esta denigrante aberración? Pues sí, señores. La que fuera Ministra de Defensa en tiempos de infumable peor Presidente que jamás tuvo España, nos la impuso. Retirado poco más puedo hacer que difundirlo;pero por Dios y por todos los santos de la corte celestial: ¡¡que alguien lo pare!! Y si no se para de ese tren yo me bajo. És te no es mi Ejército.Ni esto es lo que juré a Dios de defender el «honor» de España.

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