Entrenadora del equipo de Softball de Alabama: ‘La Eucaristía es el combustible que me impulsa’

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La fe que da sentido trascendente a su vida, su experiencia de Dios, anima incluso a otros para vivir esa «alegría del Evangelio» que refleja Alyson Habetz.

Gane o pierda, lo más importante para la entrenadora  Alyson Habetz es ser fiel a su fe. Lo afirma en una entrevista publicada por la revista SportsUp el pasado mes de junio.  “Entrenar el alma” es la principal tarea para esta Coach que dirige al equipo de softball  de la Universidad de Alabama (USA).

Su ‘entrenamiento’ lo realiza cada día, confidencia, rezando el rosario y asistiendo a misa… Desde que lo conoció en la Primera Comunión, ella quedó enamorada de Jesucristo en la hostia consagrada y no puede resistir el anhelo de estar unida a él cada día. «La Eucaristía es el combustible que me impulsa”, remarca Alyson.

Fe que enciende el campo de juego

Crecer en la fe y desarrollar una actividad deportiva tienen varios puntos en común, según lo vive la Coach de Alabama: «A veces me es difícil levantarme temprano para orar o ir a misa, pero sé que debo hacerlo y sé lo mucho que me ayudará», explica y agrega… «Es lo mismo en los deportes. Tienes que ejercitarte para perfeccionar tus habilidades».

La verdad espiritual que da sentido a la vida de esta mujer se transparenta además en su trato cotidiano. Al punto que su testimonio entusiasma a otros con Cristo, y no son estos necesariamente sus amigos más cercanos o familiares. Kallie Case, afamada deportista de softball en la Universidad de Alabama, expresa con emoción cómo  ha ido recibiendo aquello que habita a la entrenadora… «Aly es una luz que brilla en mi vida y seguirá afectando a tanta gente con su fe», cuenta Kallie, quien también fue entrevistada por SportsUp. «Es sorprendente –agrega la joven- ver que puede quedarse sonriente y feliz todos los días. Ella es una mujer de Dios y un gran ejemplo que me motiva».

Sus compañeros de trabajo recuerdan un partido reciente que perdieron, tras el cual Alyson lejos de estar abatida, les recordaba a todos que la óptica es recordar que siempre hay nuevas oportunidades y como para dar realce  -recuerdan- coronó su reflexión diciéndoles: «Cristo vino a darnos esperanza plena en todas las situaciones».

El cielo prometido es el objetivo

Aly creció en Louisiana en una familia con muchos hermanos, cuyos padres formaron en ellos un buen apego a la misa con regularidad y a los sacramentos en general. Pero la fe y devoción de la joven se relajaría durante su etapa en la Universidad de Louisiana en Lafayette –donde obtuvo una licenciatura en Comunicaciones-, mientras destacaba como jugadora de baloncesto y softball; e incluso luego durante sus tres años posteriores como deportista profesional de baseball en el popular equipo de las “Silver Bullets” (Balas de Plata).

Pero aunque fuese apenas un susurro en su conciencia,  ella no había cerrado totalmente la puerta y lograba escuchar a Dios llamándola. Así poco a poco retornó. Primero se motivó rezando el rosario… y la oración le llevó hacia Jesús Eucaristía. Décadas han transcurrido viviendo plena en su fe y con una meta muy clara que ella misma confiesa: «Yo hago lo que tengo que hacer para crecer en santidad.»

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