El Obispo de Vic se pronuncia sobre las esteladas en los campanarios

En esta entrevista realizada por Infovaticana, Mons. Román Casanova, obispo de Vic, habla de la situación de la Iglesia en Cataluña y de la reciente visita ad limina. «Joven, ilusionado, alegre y bueno. Sobre todo bueno» decía de él La Cigüeña de la Torre cuando fue nombrado obispo de Vic. Román Casanova Casanova nació en Deltebre, Tarragona, el 29 de agosto de 1956. Fue ordenado sacerdote joven, a los 24 años. ¿Podría contarnos cómo surgió su vocación al sacerdocio? Mi vocación nace en el ámbito de la familia, de la parroquia, conque mi respuesta al Señor la di cuando tenía 16 años, cuando empecé a oír esta llamada. A los 18 años, cuando era cuestión de universidad o seminario, hice la opción por entrar al Seminario. A mí me gustan mucho las matemáticas y esas cosas, siempre fui más de ciencias que de letras, pero al final el Señor me llamó a estudiar filosofía y teología. Y así fue. Siempre está presente el experimentar cómo el Señor va acompañando y va llamando, de manera suave, al corazón, y cómo poco a poco va creciendo esta llamada, hasta que también notas la Gracia de Dios, que te da la Gracia suficiente para decir “Sí Señor, aquí estoy para recibir esta llamada”. ¿Qué es lo mejor de ser sacerdote? ¿Qué les dice a los jóvenes para animarles a entregar su vida a Dios en el sacerdocio? Primero de todo lo que les digo es que lo que hace feliz a una persona es cumplir la voluntad de Dios. Eso es lo más importante. Si en tu corazón sientes que el Señor te llama, a lo que sea, darle respuesta es lo que te hace feliz. Además la experiencia personal mía, como sacerdote y evidentemente como obispo, de que el Señor te da mucho más de lo que tú le das. Lo de ciento por uno se cumple con creces. ¿Con qué frecuencia habla con cada uno de sus 5 seminaristas personalmente? ¿Cuál es la relación del obispo con el seminario? Los seminaristas los tenemos en el seminario Interdiocesano de la tarraconense, que está en Barcelona. Ahí se forman con formadores nuestros, el vicerrector es de aquí de Vic, y mi relación con ellos es fluida. Los visito durante el año y nos encontramos muchas veces en Vic. Por Navidad hacemos un día de encuentro en el cual rezamos juntos, compartimos la comida… En verano además hacemos tres días de retiro, excursión, convivencia… Y después tenemos encuentros esporádicos. ¿Y cómo trata de fomentar en los sacerdotes una mayor sed de almas? Yo creo que el tema clave de la vida sacerdotal es el encuentro con Cristo, ya que cuando eres del todo de Cristo eres para los demás, y si no eres para Cristo tampoco eres para los demás. ¿A qué santos tiene especial devoción y por qué? Evidentemente a María, la Madre de Señor. Pienso en San Pablo y también en San Agustín. Además en Vic tenemos 7 santos diocesanos. Un obispo, San Bernat Calvó. Un arzobispo, San Antonio María Claret. Un santo contemplativo, que es San Miguel de los Santos. Una Santa fundadora, Santa Joaquina de Vedruna. Un dominico, San Francisco Coll, y Santa Carmen Sallés. También tenemos un mártir dominico, que murió joven, a los 30 años, en China, en el siglo XIX, que es San Pedro Almató. Por otra parte tenemos setenta y tantos beatos que tienen relación con nosotros, algunos de ellos mártires. Recuerdo una vez que hablé con Benedicto XVI, pocos días después de la canonización de Carmen Sallés, y le dije “Santidad, es el segundo santo de Vic que canoniza” y me dijo “pues tierra de santos, porque en un pontificado, que canonice a dos santos de una diócesis, es que es una Tierra de Santos.” Resulta alarmante el aumento de divorciados entre los fieles, de hecho el Papa ha convocado un sínodo extraordinario para tratar la pastoral familiar. ¿Cuáles cree que deberían ser los pasos a dar en ese sentido? ¿Cómo se integra en sus comunidades parroquiales a las familias en situaciones “irregulares”? El primer principio es la acogida, y después hablar con verdad, no esconder nada y respetarles mucho. Hay un camino que es el de la reconciliación, la penitencia, de buscar luz, de pedir ayuda a Dios, y es un camino que todos hacemos, porque todos tenemos que luchar contra muchas cosas. Lo que sí está claro y pienso, aunque yo no soy especialista, pero sí que soy pastor, hay una palabra clara de Jesús, que dice que quien se casa con una repudiada comete adulterio. Creo que en este caso sí que hay una palabra clara de Jesucristo que no puede cambiar, porque es una palabra directa de Jesús. Lo cual no quiere decir que no haya misericordia, que haya acogida, que haya diálogo, pienso que es positivo… Sí, pero el Papa en Evangelii Gaudium dice que “la Comunión no debe entenderse como un premio para los santos sino como un remedio para los pecadores…” Sí, pero no aplica en este caso, me parece. Está claro que todos somos pecadores, y decimos “No soy digno de que entres en mi casa”, pero la Comunión significa mucho más, significa que intentas luchar, pero claro si estás viviendo en una situación objetiva de pecado, es diferente. Una cosa es que uno luche, pero claro, si uno está cometiendo una estructura, una realidad objetiva, me parece que esto pesa, para mi entender. Nosotros hemos denunciado en Infovaticana el caso de MegastarFM, que utiliza con frecuencia imágenes eróticas en sus comunicaciones. Además hay muchas quejas por la tendencia de 13 tv… entre otros los propios obispos de la tarraconense o el arzobispo de Tánger ¿Cree que los medios de la Conferencia Episcopal representan fielmente los principios cristianos? Yo creo que sí, que luchan por hacerlo. Yo pienso que los que van delante, en este tema, el ejecutivo y los que lo dirigen, creo que sí que luchan y que en cada momento buscan los medios para que el ideario propio se cumpla. Lo que sí está claro es que son emisoras de radio y televisión que son generalistas, y entonces es mucho más complicado el tema. Si tú tienes una radio en la cual solamente hablas de religión creo que es más fácil, pero cuando hablas de deporte, de política, de cine y de cultura, o lo que sea, y con comunicadores que no son ni teólogos sino gente que trabaja en esos campos, es mucho más difícil mantenerlo a raya. Pero en definitiva yo creo que mientras se esfuerce y se luche en revisar como hacen ellos y corregir una vez y otra lo que haga falta, yo creo que estamos en buen camino, y creo que es bueno que la Iglesia tenga medios generalistas, porque esto te da una cobertura grande para poder comunicar cuando sea oportuno lo que crees conveniente y para intentar hacer programas que sean adecuados dentro del ámbito nuestro. ¿Pero ese no es el papel de los laicos? Sí, yo no digo que no, pero también es muy difícil que un laico pueda tener esta capacidad, pueda emprender esta tarea de tener una radio o una televisión, si es difícil para la Conferencia Episcopal, imagínese un laico… Pero esto hay que entenderlo como una inversión pastoral… ¿Pero usted cree que hay frutos pastorales de los programas de 13Tv actuales? En mí seguro que no hay fruto pastoral, porque no los veo nunca estos programas. Lo que pasa es que en una cosa generalista tú creas un marco que te hace posible que puedas colocar cuando te interese un mensaje o un programa determinado. Evidentemente alguien escuchando la retransmisión del Barça-Madrid no se convertirá, pero tú tienes unas ondas, una audiencia, a la cual tú puedes hacer presente un mensaje o una realidad en un momento determinado. Volvamos a Vic. Su predecesor en la diócesis, que está enterrado en la catedral, Josep Torras i Bages, decía que “Catalunya será cristiana o no será”. Usted mismo, en la línea de su predecesor, tuvo unas bellísimas palabras sobre Catalunya en su toma de posesión: “Sed una Iglesia arraigada en esta tierra bendita de Cataluña. Sé, Iglesia de Vic, lo que eres: cuna de Cataluña para vivir con profundidad y verdad las raíces profundamente cristianas y católicas de este pueblo. Sé constructora de cultura catalana impregnada de fe cristiana como Jaume Balmes y como mosén Jacinto Verdaguer, que llevó a la lengua catalana a las cumbres de la belleza desde el amor a Dios y a la patria.” La hoja de ruta del nacionalismo catalán pasa por el ateísmo radical e incluso la filiación masónica, como en el caso de ERC. ¿Cree que se ha perdido la oportunidad de construir una identidad catalana tradicional, católica… en la línea que promovían los intelectuales catalanes del Siglo XIX y principios del XX? Yo creo que la oportunidad de evangelizar nunca se pierde. Siempre podemos empezar. Yo creo que el tema es este. Tampoco yo quiero juzgar a nadie. Yo además soy sacerdote hace muchos años y me juzgo a mí mismo. El tema de la Iglesia ahora mismo aquí en Cataluña es servir a este pueblo, y servirlo de tal manera que pueda otra vez encontrar su raíz cristiana y para que el Evangelio sea la realidad fundamental de la vida de este pueblo, de las personas, desde la libertad evidentemente. Y desde ahí creo que nace lo que Dios quiere que fecunde con el Evangelio. Tampoco la Iglesia tiene que tener nunca una postura partidista, política, en cualquier cosa, siempre que haya respeto y concordia y comunión, buscando siempre la unión. Lo nuestro es evangelizar y en este momento sí hay que evangelizar más, si cabe, pero en Cataluña, en España entera y en todo el mundo. Porque realmente en la barbaridad de mentalidad que hay en nuestro mundo las ideologías son fuertes: el laicismo fuerte, el secularismo, el hedonismo…, y todas estas cosas inciden mucho más de lo que pensamos, y hacen que la gente pierda su raíz y pierda la incidencia cristiana. El Papa habla con mucha frecuencia del diablo, de sus tretas y sus maniobras ¿Cuál cree que es el mayor logro del diablo en la sociedad actual? El diablo aparece en aquella actitud de la que hablaba Juan Pablo II en su encíclica sobre el Espíritu Santo, que lo que hace el diablo en el corazón del hombre desde el pecado original es poner la desconfianza en Dios. El Papa decía que esto acompaña al hombre desde toda la historia de la humanidad: El demonio lo que hace es plantear al hombre y hacerle creer que Dios no se preocupa por él, no se interesa por él mismo, y hace que en el hombre crezca la idea que vivirá más feliz, más libre, más pleno, en la medida en que viva más lejos de Dios, más lejos de Cristo y más lejos de la Iglesia. Esta es la tentación sutil que acompaña siempre al hombre: el diablo siembra en el corazón del hombre esta actitud de desconfianza y de hacerle creer que cuanto más lejos mejor. Por otra parte quiero recordar que una cosa evidente es que el diablo sólo destruye, jamás construye. La obra diabólica es destruir y nunca construir. Y aquí también radica su debilidad, su nada, su vacío… El demonio lo que hace es herir al hombre pero jamás lo mata del todo. Y es este hombre herido, por muchas realidades, del pecado, de la realidad social, la realidad interior, lo que sea, el que también es una oportunidad para evangelizar, una oportunidad inmensa, porque el hombre herido encuentra en Cristo la salvación. El Papa lo dice mucho, que la Iglesia es hospital de campaña, para que el hombre herido se pueda encontrar con la misericordia de Dios. ¿Cómo valora la ley del aborto que ha anunciado el gobierno? Primero de todo, como Iglesia, el aborto siempre es malo, en todo momento es un fracaso. El Papa nos hablaba también en el encuentro con los obispos catalanes de la cultura del descarte, y un descarte concreto es el aborto. Este niño que ya está en el seno de la madre, este ser que va  a nacer pero que vive ya, como me molesta lo descarto matándolo, esto es un asesinato con todas las letras. Ahora bien, toda ley que promueve un cuerpo legislativo y que disminuya los efectos negativos de una ley anterior supone un avance a favor de la vida y se le puede dar el apoyo. Evidentemente aquí hay un cambio porque se reconoce que el que va a nacer tiene un derecho, y antes sólo se reconocían derechos a la mujer. Esto es clave e incluso algunos comentan que esto podría ser el principio del cambio de ley del aborto en muchos países. Ojalá fuera el camino para que desapareciera el aborto. Yo siempre digo que de aquí a unos años se preguntarán “¿Cómo era aquella gente del siglo XX-XXI que mataron tanta gente? ¡Qué bestias eran! Había un tal Hitler que mató no sé cuantos, pero aquellos mataron no sé cuantos más…” Es evidente que lo dirán porque son millones y millones de asesinatos, un genocidio, una auto destrucción. Otra autodestrucción, por lo menos en lo demográfico, es la promoción general de la esterilidad, y uno de sus caballos de batalla es la promoción de la homosexualidad. ¿Qué legislación sobre convivencias homosexuales cree que podríamos admitir los católicos? En el ámbito social hay que tener en cuenta el mal menor, y tampoco tenemos que tener actitud beligerante contra las leyes continuamente, pero sí que tenemos que defender que el plan de Dios es hombre y mujer, y que en eso está el futuro de la humanidad. Lo otro es una realidad que no es matrimonio, será otra cosa… Ahora bien, si dos personas quieren convivir y quieren que sus derechos sociales a nivel herencia, o cosas sociales, se vean reconocidos, pues es un tema que se puede hablar. Lo que pasa es que es un tema en el que si se pierden la raíz y la verdad, cabe todo, caben barbaridades. Lo nuestro es defender lo nuestro, y el futuro de la humanidad está en manos de la familia, y la familia está formada por hombre y mujer. De hombre y mujer nace una vida nueva. Volvemos a lo que decía antes del demonio, que no construye. Un mundo en el que el matrimonio fuera solamente homosexual no habría futuro, tendría unos años de vida limitados y luego desaparecería. Uno de los temas en los que ha habido controversia en la Conferencia Episcopal es la unidad de España. ¿Cree que la unidad de España es un bien moral? Bien moral significa que es bueno moralmente. Una unidad es un bien, no hay duda. Ahora bien, no es una cuestión moral esto de si España tiene que ser una realidad dogmática y que no puedan aparecer otras formas de configurarse este estado. En la Conferencia episcopal también se habló de que se puede configurar de muchas maneras esta unidad de España. Incluso si hubiera una secesión o si un territorio concreto se saliera de una manera legal y lo hiciera correctamente, sería otro bien. Yo aquí lo moral no lo veo, una realidad política no puede ser definitiva, definitiva no es porque las cosas cambian, sino también sería un bien moral toda la Península Ibérica, de la que forma parte Portugal, también es una unidad geográfica. Evidentemente que en este momento es un bien, porque es un país que tiene una historia, una realidad económica, política y social que funciona, y todo esto es un bien, pero que este bien sea el único bien y que no se pueda destruir esto, no creo que sea un tema moral, eh… Hay un éxito que hay que reconocerle: Cuando tomó posesión como obispo de Vic, llegó a tener una manifestación en contra. Posteriormente, este movimiento contestatario a su persona se ha venido disolviendo como un azucarillo ¿cómo lo ha conseguido? No, no es éxito mío ni nada. Lo que pasa, y yo lo explico así, que el problema no era con la gente de Vic, sino que eso fue más una cosa promovida desde Barcelona con una idea: “Si a Vic habéis enviado a este y hacemos esto, si a Barcelona enviáis a quien no queremos…” No era tanto por mí, no tiene mérito… Aquí en la diócesis, desde el primer día, he encontrado a la gente acogedora, amable conmigo, y siempre he encontrado este ambiente en la diócesis. De verdad, yo creo que era más un tema de política clerical, que es la peor, la mezcla de lo clerical con la política, que es fatal. ¿Cómo fueron las relaciones personales con su antecesor en la sede de Vic, monseñor Guix? ¿Mejoraron? Siempre fueron perfectas, correctísimas, siempre. Nunca hubo ningún problema. Él estuvo aquí unos 6 años conmigo hasta que murió, venía siempre a los encuentros que organizábamos, lo visitaba yo muchas veces cuando estaba enfermo, nos veíamos, compartíamos la mesa, y nunca, nunca hubo ningún problema, ninguno, al contrario, él siempre se comportó correctamente, en su lugar. Nada, nada… En algunas ocasiones se ha apuntado la posibilidad de unir las diócesis de Vic y Solsona y crear una gran diócesis central en Cataluña. Además a principios de 2012, organizaron conjuntamente las dos diócesis un exitoso congreso de Nueva Evangelización con la asistencia de monseñor Rey ¿Ha continuado la colaboración entre las dos diócesis? De esto no hay nada, eh. De esto no habla nadie. Esto son más rumores periodísticos. Además tampoco tiene sentido. Evidentemente yo no creo que el tema vaya por Vic. También está Lérida al lado, que es una diócesis que se ha quedado muy pequeña. Yo creo que es bueno que exista la diócesis de Solsona. Solsona nació en el siglo XVI en la época protestante porque el rey quería más obispos en la frontera y se creó con parte del territorio de Vic y parte del territorio de la Seu de Urgell. Tiene una idiosincrasia propia, tiene un obispo maravilloso, espléndido en cuanto inteligente, pastor, buenísimo… y tiene también un clero que trabaja bien y laicos comprometidos. Yo la veo muy bien, como una diócesis que tiene vida propia… Cuando uno recorre esta tierra maravillosa se sorprende con la utilización de campanarios en todos los pueblos para exhibir símbolos políticos, en concreto banderas esteladas. ¿Existe una posición común de la Conferencia Episcopal Tarraconense respecto a la utilización de los campanarios y las torres de las iglesias para la exhibición de símbolos independentistas? Está claro que no tiene que haber. De nada que sea propio de la Iglesia tiene que hacerse un uso partidista. Lo que sí que pasa es que hay muchos campanarios en Cataluña que no pertenecen a la Iglesia. Por ejemplo en Lérida, el campanario de la catedral antigua pertenece a la Generalitat. Además aquí tenemos también casos concretos de lugares en que hay curas que no tienen tanto criterio, y entonces se permiten cosas, y hay que decírselo, y hay que quitarlo, etcétera… Luchamos pero tampoco hacemos una guerra porque sería peor, pero hay que explicarlo, y en el momento oportuno lo explicamos, “que el campanario es un lugar religioso, que es para convocar al pueblo, que es para Cristo, para Dios, para la Iglesia y nada más…” También para cosas sociales concretas pero realmente significativas, pero nunca un uso partidista. Hay una posición común pero siempre hay casos concretos que hay gente que no escucha, y eso pasa en todas partes. Vd. y los obispos Saiz Meneses, Benavent y Novell  representan a los prelados de Cataluña más jóvenes y sin lugar a dudas por ellos pasará el futuro de la Iglesia en Cataluña, ¿es consciente de ello? El futuro está en manos de Dios, compañero… El futuro y el presente. Jesús nos dice que cada día tiene su propio afán. El Papa nos dice que cada obispo tiene que trabajar en su diócesis y con ese trabajo en su diócesis ayuda a toda la Iglesia. Yo trabajando en mi diócesis concreta ayudo a Cataluña y a la Iglesia entera. Por lo demás, no haría conjeturas de futuros… ¿Cómo vio al Papa, respecto a la Iglesia que peregrina en Cataluña, en la visita ad limina? Muy comprensivo, es un hombre realmente acogedor. Acoge con una sonrisa que expresa ternura. Escucha bien, mucho, es un hombre que sabe escuchar y siempre habla con mucha sabiduría y desde una experiencia de pastor. Es un hombre que ha sido siempre un pastor y se nota. Yo lo veo siempre, y me parece que esto lo define, como un hombre que tiene mucha paz porque se deja forjar por Dios, y a mí me parece que es un hombre que está centrado en la Gloria de Dios, y lo único que busca es la Gloria de Dios. Lo que siempre nos dice el Papa, en España y a todos, es que lo nuestro es cuidar mucho las cosas de Dios. Yo creo que el tema es este. Yo vi una gran escucha y un gran respeto, también iluminándonos, pero diciendo: “ustedes la gloria de Dios y cuidar el pueblo de Dios”. Enfureció a la prensa digital anticatólica cuando, en Octubre de 2009, vetó a la directora del Centro Borja de Bioética para una conferencia en Manresa. Hoy tiene una cruz en su diócesis en forma de una monja que hace declaraciones públicas constantemente contrarias a la doctrina de la Iglesia e incluso ha insultado al Papa, al anterior… ¿A quién se refiere? A Sor Lucía Caram… Tampoco es tan mala como la pintan… Tampoco es tan mala. Yo he hablado con ella y yo veo a una persona que tiene un corazón… Antes a lo mejor hablaba más pero ahora sobre todo está preocupada por los pobres, y tiene una plataforma para los pobres y está lanzada en esto. Es una persona que tiene carácter, que tiene don de gentes, es comunicadora… Yo he hablado con ella, y hemos hablado los dos, y evidentemente que hay cosas que no estoy de acuerdo, y ella también lo ve… Pero yo tampoco soy su superior, soy el superior último pero ella tiene una madre priora en su monasterio, y en su orden hay una federal, y hay un padre general, y ese es el ámbito… Yo como obispo tengo, como dice el Canon, una “vigilancia peculiar sobre el monasterio”, que lo tengo, pero es peculiar, no es directa para cada acto. Yo puedo marcar para estas cosas un marco general pero no puedo entrar en las cosas concretas. Yo he hablado con ella, tengo que hablar con ella, he hablado también con sus superiores, y ellos tendrán que decidir lo que crean conveniente. El pasado 24 de marzo se celebró un juicio en Barcelona por el que un diácono permanente pedía 4 años de prisión para los responsables de Germinans. ¿Cómo ve este asunto? No sé, es que no tengo ni idea de este asunto, ni me he enterado. Barcelona es Barcelona y Vic es Vic, eh… ¿Afecta la secularización por igual a una diócesis rural como Vic que a las grandes diócesis urbanas? Yo creo que la secularización afecta a todos en este momento. Antes los pueblos vivían un ambiente familiar pero ahora cada vez hay más incidencia de todo, en la escuela, el instituto, la universidad, los medios de comunicación, internet, etc… En todo esto entra igual una persona de un pueblo que de una ciudad. En los pueblos pequeños se da un factor, y es que al conocerse todos cuesta más que alguien de un paso para cambiar. Además los pueblos tienen también una raíz más religiosa, en que la Iglesia es un referente, uno conoce al cura… aunque también hay menos curas ahora… En cambio en las ciudades sí que la gente puede tener más facilidad para dar con un grupo o un ámbito en el que vivir mejor la fe, pero por contra uno puede pasar toda su vida sin entrar en una Iglesia… En definitiva, que todo tiene pros y contras. Amor meus, crucifixus est. Lo eligió en sintonía con la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, que coincidió en el mismo día de su ordenación episcopal y toma de posesión. ¿Qué representa en su vida episcopal este lema? Lo escogí porque el tema de la Cruz es un tema que siempre me interesó. Yo estudié el tema de la muerte de Jesús y la Cruz siempre me ha impresionado. Leí que Juan de Palafox había elegido este lema, entonces pensé que era un lema que coge perfectamente con lo que yo pensaba: Que quiero centrar mi episcopado en Jesús, porque mi Amor es Jesucristo, Cristo crucificado. Cuando hay dificultades es mirar la Cruz y seguir adelante… ¿Es fácil confesarse en su diócesis? Pues no, la verdad es que no es fácil, y es un tema que me preocupa. Lo predico, por ejemplo esta semana en la glosa dominical hablo de “La cuaresma, tiempo de misericordia” y acabo diciendo esto: que los sacerdotes tienen el deber de ofrecer a sus fieles la presencia en el confesionario para escucharles, y también buscar a los confesores para poder confesarse ellos. También he hecho un retiro ahora con los sacerdotes y partíamos de lo que el Papa predicó o exhortó en aquella meditación a los párrocos de Roma, que hablaba de la misericordia y decía que “la misericordia se vive estando más en el confesionario.” Ya digo que es un tema que lucho y me esfuerzo por predicar, y también yo cuando hago una visita pastoral si puedo me pongo un rato en el confesionario y siempre escucho la confesión. También es verdad que hoy hay menos sacerdotes, y tienen que ir corriendo de un lado a otro y tienen dificultades, y también pesa la parte ideológica “clerical” digamos, que rehuyó este sacramento. También hay sobre todo jóvenes que empiezan a ponerse más y estoy contento por eso… Fue noticia por recomendar a su grey que se santiguara antes de conducir, y recurrieran a los sacerdotes para que éstos continuaran bendiciendo los vehículos a tenor de lo dispuesto en el Ritual Romano.  Parece triste que eso sea noticia… (Risas) Sí, eso pensé yo. Cada semana escribo una glosa y me puse a escribir y dije “voy a hablar del tema de la conducción”, que sea también evangelizarse y evangelizar. Pensé eso, y nada más… ¿Considera que la información religiosa en los medios generalistas catalanes es satisfactoria? No, yo creo que hay más desinformación que información, y cuando se informa se hace desde un punto de vista más clerical que eclesial. ¿Qué cambiaría de la Iglesia? A mí mismo… La Iglesia es Santa, los pecadores somos los que la formamos… Y en ese sentido… ¿La insistencia de Francisco en la austeridad y en que los obispos no sean «príncipes» le ha hecho recapacitar? ¿Le ha movido a prescindir de cosas de su vida o a cambiar algún aspecto de su día a día? Bueno, yo los obispos que conozco tampoco tenemos mentalidad de príncipes… Yo los que conozco, y he estado en África, en América, tampoco veo príncipes… Hombre, evidentemente tenemos que vivir en donde vivimos, yo por ejemplo vivo en el Palacio de Vic, pero creo que eso es bueno porque estás siempre dispuesto, y también es una casa que hay que mantenerla, y acoges a la gente, y esto lo encuentro positivo. La gente de Vic por ejemplo está contenta de que el obispo viva en la casa del obispo. Cuando ven una luz en la casa del obispo están contentos porque ellos quieren que el obispo esté disponible. Pero también si ven como vive el obispo, vivimos humildemente… Comemos de manera austera, lo que conviene pero austeramente, y vivir austeramente y trabajar mucho y estar siempre dispuesto, atender a la gente, visitar a la gente, en las parroquias, prepararte cosas, estudiar, rezar mucho… Esta es la vida nuestra, y la pobreza del obispo es la donación, es entregarte al máximo… ¿Hay algún movimiento, institución u orden religiosa  de la Iglesia que le guste especialmente o al que pertenezca? En principio todas. ¿Cuáles tienen especial peso en la diócesis? En la diócesis somos cuna de muchas congregaciones, como las Vedrunas, las Dominicas Anunciatas del Padre Coll, las siervas del Sagrado Corazón de Jesús, hay unas religiosas dedicadas a la sanidad, que son las josefinas de la caridad… Tenemos unas adoratrices perpetuas que llevan 150 años adorando al Santísimo ininterrumpidamente. Además, en Manresa y en Vic tenemos dos conventos de carmelitas descalzas, y de hecho, desde que estoy aquí, y no es causa efecto, han entrado doce chicas jóvenes, seis en cada uno. Son conventos como ves con mucha vida. Hay mucha riqueza en este sentido en la diócesis. ¿Qué libros está leyendo ahora? Las Obras Completas de Ratzinger, también un libro en francés, que me gusta practicar el francés, y un libro sobre Santa Teresita de Lisieux. Siempre me gusta tener un libro de literatura, un libro de pensamiento y un libro de espiritualidad. Y la biblia siempre, la biblia hay que leerla cada día… ¿Qué música escucha? No escucho mucha música, no soy de música… Sé que no tendrá mucho tiempo para ver cine pero ¿Tiene alguna película favorita? Me gustó mucho “Un Dios prohibido”. Además coincidió que estuve hace unos días en Barbastro y esta historia me impresionó mucho: Estos mártires fieles, jóvenes, que por cierto eran de Vic muchos además… Con el perdón continuamente, muy unidos ellos, ofreciendo su vida por los que le mataban… Impresionante el testimonio. ¿Le gusta el fútbol? Sí, lo que pasa es que estoy un poco en crisis porque veo que hay mucho dinero en medio. Soy del Barça pero esto de que haya tanto dinero y el fútbol mueva tanto dinero y haya tantas cosas extrañas me preocupa, me inquieta… ¿Cuál es su comida preferida? Soy del delta del Ebro y ahí cultivamos arroz, y me gusta mucho el arroz, como sea… ¿Fuma? No, algún cigarro juvenil pero no llegué a coger el vicio… ¿Le gusta beber alcohol? Tampoco, aunque también me gusta un buen vino algunos días para comer… Como decía San Pablo un poco de agua y vino. Si pudiera hacer milagros ¿qué milagro haría? Cuando ves un niño enfermo preocupa, y eso pediría, curar gente, salud… Lo demás, dinero y eso nada. ¿Si no hubiera sido sacerdote, en qué le habría gustado trabajar? Educador, profesor… ¿Con qué personaje del siglo XX le gustaría tomar un café y charlar? Con el Papa Juan Pablo II, que para mí es el personaje del siglo XX… ¿Qué diría a un grupo de laicos interesados por informar sobre la Iglesia? ¿Cuál cree que debe ser nuestra actitud ante temas “delicados” sobre los que informar, o ante divisiones o actuaciones censurables de miembros de la jerarquía eclesiástica? Hay dos principios, el de la Verdad y el de la Caridad. El problema es conjugarlos. El Papa Benedicto XVI decía en Deus Caritas Est que “a veces por caridad hay que hablar y a veces por caridad hay que callar”… Yo os diría que invoquéis mucho al Espíritu Santo para que os ayude a discernir lo que hay que callar y que hablar, conjugando verdad y caridad, estos dos principios. Muchísimas gracias por su atención y por dedicar su tiempo a Infovaticana.com